Tres apuestas | El Nuevo Siglo
Lunes, 28 de Septiembre de 2015

Uno de los retos más importantes de este último semestre para el Gobierno es revertir la tendencia negativa de la imagen presidencial, que tuvo a partir de la crisis fronteriza con Venezuela una caída, aunque más pronunciada en unas encuestas que en otras. Para ello son tres los programas de gobierno en que se tienen puestas las esperanzas. De un lado, elSer pilo paga II, que en pocas semanas servirá para otorgar 11 mil becas para los bachilleres con mejores puntajes en las pruebas Saber. El segundo, la terminación del programa de las 100 mil casas gratis, cuya última unidad sería entregada a un familiar de una víctima de la masacre de El Salado. Y tres, un maratón de inauguraciones de obras viales y de infraestructura por todo el país.

Cuentas amarillas

Los cálculos en la campaña del Polo Democrático sobre el potencial de votantes que podrían tener para el 25 de octubre son altos. Por ejemplo, se calcula que si los 85 mil contratistas del Distrito votan por Clara López se podrían tener allí no menos de 170 mil votos. También calculan que todos los profesores distritales darán su apoyo, sumando por esa vía no menos de 100 mil votos, entre docentes y sus familiares. Los sindicatos, aunque algunos han dado su respaldo a otros aspirantes, se estima que podrían sumar no menos de 100 mil votos. Todos esos cálculos, sostienen, les dan un plante no menor a los 500 mil votos.

Guerra celular

Se avecina una nueva guerra de precios y ofertas en el mercado de la telefonía celular. Las distintas empresas preparan una ofensiva de promociones para este último trimestre que podría aumentar en forma sustancial el número de líneas telefónicas activas o reactivar el mercado de recambio de aparatos, que se cayó luego de que se terminaran las cláusulas de permanencia y los programas de reposición de equipos.

Duro pulso

La decisión de la Junta del Banco de la República en el sentido de aumentar las tasas de interés a 4,75%, aunque unánime, no fue del todo fácil. La reunión, que comenzó a las 7 de la mañana del viernes, se prolongó por casi 7 horas, debido a que no existía el consenso entre los directivos al respecto. Sin embargo, la intervención del gerente José Darío Uribe fue clave para la decisión. Al final triunfó la tesis de que era mejor atajar la ya acelerada inflación para que no diera una sorpresa más preocupante en este último trimestre.

Peros al Emisor

Los mercados financieros no asimilaron con optimismo la decisión del Emisor de elevar las tasas de interés. En el ambiente quedó la sensación que esa era una medida algo extemporánea. Por ejemplo, los analistas del Bancolombia señalaron que “el momento óptimo para haber efectuado este ajuste  debió haber sido hace seis meses. En ese entonces los indicadores de confianza y actividad real estaban en un terreno positivo, el repunte de la inflación no había tomado fuerza y las expectativas estaban ancladas. Al esperar hasta ahora para incrementar su tasa, la autoridad monetaria puede terminar impactando negativamente el crecimiento de la economía”.