A la decisión de la Contraloría General de investigar el destino que les dieron las termoeléctricas a los 14 billones de pesos girados en la última década por concepto de “cargo de confiabilidad”, le están surgiendo muchos interrogantes. En primer lugar, varios gremios se preguntan si no es la Superintendencia de Servicios Públicos la que debe estar adelantando esta clase de pesquisas, ya que esa entidad es la que tiene toda la competencia para pedir cuentas a las térmicas, revisar sus libros contables y hacerle auditoría a las inversiones hechas con los recursos transferidos. También está facultada para inspeccionar los costos operacionales que tiene cada una de ellas en el momento de generar energía.

¿Y la Superintendencia? (II)

Incluso hay quienes consideran que el Congreso en lugar de pedirle cuentas al Ministro de Minas y Energía debería poner su foco sobre la Superintendencia de Servicios Públicos para que exponga ante la plenaria cuál ha sido el papel de vigilancia de esa entidad sobre las termoeléctricas y si tienen algún piso los rumores mediáticos en torno de que algunas de ellas podrían haber utilizado los recursos del “cargo de confiabilidad” para inversiones distintas a su objetivo primario. El uribismo alista para este martes un debate al respecto.

¿Fórmula errada?

Otro de los asuntos por despejar alrededor de la polémica por el aumento de tarifas de energía para lanzar un salvavidas económico a las termoeléctricas, se refiere a si la regulación  de laComisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) está bien concebida. Según un experto en el tema, esa comisión hace sus cálculos con base en el precio de un combustible  estándar que no se usa mucho en Colombia, y que es más barato que el diésel que están utilizando las termoeléctricas para poder operar. Este cálculo errado, según el experto, explica la diferencia que existe entre la fórmula que se usa para dar la orden de prender las termoeléctricas ante el riesgo de racionamiento y los costos reales de producción que deben sufragar esas térmicas, ya sea que utilicen gas o combustibles líquidos en sus plantas de generación energética.

Más interrogantes

Según el mismo experto también debe establecerse si hay una politización en la Superintendencia y si los cargos de perfil técnico y especializado fueron suplidos por recomendados de los políticos. De igual manera tiene que revisarse si hubo una demora en la decisión de prender las termoeléctricas, ya que se sabe desde hace tiempo que el sistema interconectado de transmisión eléctrica tiene deficiencias  en la red que va hacia la Costa Atlántica. Igual se dice que es posible que algunas empresas de generación hidroeléctrica estén  modulando ya su producción de energía, con el objetivo de que las térmicas produzcan más y las primeras puedan cuidar las reservas de agua que tienen, en previsión de que el fenómeno de El Niño tendrá su pico alto entre enero y febrero.