Los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) se han convertido en un elemento esencial de la vida cotidiana. Su disponibilidad y uso generalizado han permito a gran parte de la población mundial mejorar sus condiciones de vida. Sin embargo, la forma en que se producen, consume y se eliminan es insostenible.
Debido a la lenta adopción de los procesos de recogida y reciclaje, las externalidades -entre ellas el consumo de recursos, la emisión de gases de efecto invernadero y la liberación de sustancias tóxicas durante el reciclaje informal de residuos- ilustran el problema que supone mantenerse dentro de unos límites sostenibles.
En consecuencia, muchos países se enfrentan a los graves riesgos para el medio ambiente y la salud de las personas que entraña una gestión inadecuada de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), comúnmente conocidos como residuos-e. Incluso algunos de los países que disponen de un sistema formal de gestión de residuos-e presentan tasas de recogida y reciclaje relativamente bajas.
El seguimiento de las cantidades y los flujos de residuos-e reviste una importancia crucial tanto para valorar su evolución a lo largo del tiempo, como para fijar y evaluar metas en pro de una sociedad sostenible y una economía circular. A partir de un conjunto de datos sólidos sobre residuos-e, las infraestructuras de reciclaje, las políticas cabales y los instrumentos jurídicos pueden desarrollarse con mayor eficiencia. La verdadera naturaleza de los movimientos transfronterizos y, en algunos casos, de los envíos ilegales tampoco podrá entenderse sin una imagen global de estos residuos.
Tomando como base la Asociación para la Medición de las TIC para el Desarrollo, la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), en estrecha colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), han aunado fuerzas en la Alianza Mundial para el Control Estadístico de los Residuos Electrónicos (Amcere).
Desde finales de 2019, el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (Unitar) coorganiza Scycle, el programa especializado de la UNU en materia de residuos-e. La Amcere recopila datos de países aplicando una metodología normalizada a escala internacional y vela por que esa información esté a disposición del público en su base de datos sobre residuos-e.
En 2018, el órgano normativo supremo de la UIT, la Conferencia de Plenipotenciarios, fijó el objetivo de aumentar la tasa de reciclaje mundial de residuos-e al 30% para 2023, lo que correspondería a un incremento del 12,6% con respecto a la media mundial actual.
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Esta tercera edición del Observatorio mundial de los residuos electrónicos es obra de la Amcere y sus colaboradores más cercanos y sigue la estela de la edición de 2017 y del innovador Observatorio mundial de los residuos electrónicos 2014 de UNU-Scycle. Este informe muestra que, a escala mundial, se siguen generando cada vez más residuos-e.
En 2019, el mundo generó 53,6 millones de toneladas métricas (Mt), de los cuales solo el 17,4% quedó oficialmente documentado como recogido y reciclado de forma adecuada. Aunque estas cifras traducen un incremento de 1,8 Mt desde 2014, el total de residuos-e generados a nivel mundial aumentó en 9,2 Mt, lo que indica que las actividades de reciclaje no siguen el ritmo de crecimiento global de los residuos-e.
Además de una perspectiva mundial, el presente informe incluye análisis nacionales y regionales de los volúmenes de residuos-e y los instrumentos legislativos existentes. “Si bien el 71% de la población mundial se halla amparada por algún tipo de política, ley o reglamento en materia de residuos-e, es preciso redoblar esfuerzos en favor de la aplicación y el cumplimiento de la normativa, a fin de promover la adopción de infraestructuras de recogida y reciclaje”, señala el estudio.
La tercera edición de The Global E-Waste Monitor 2020, lanzada hoy por la Global E-Waste Statistics Partnership (GESP), proporciona una visión completa para abordar el desafío global de los desechos electrónicos. Se informa que se generó un récord de 53,6 millones de toneladas métricas (Mt) de desechos electrónicos, productos desechados con una batería o enchufe, como computadoras y teléfonos móviles, en todo el mundo en 2019, un 21% más en cinco años.
El nuevo informe también predice que la basura electrónica global alcanzará 74 Mt para 2030, casi el doble de la cifra de 2014, impulsada por mayores tasas de consumo eléctrico y electrónico (EEE), ciclos de vida más cortos y opciones de reparación limitadas.
Según el informe, Asia generó el mayor volumen de desechos electrónicos en 2019 (24,9 Mt), seguida de América (13,1 Mt) y Europa (12 Mt), mientras que África y Oceanía generaron 2,9 Mt y 0,7 Mt respectivamente.
En 2019, solo el 17,4% de los desechos electrónicos se documentó oficialmente como recolectado y reciclado formalmente. Esto significa que el hierro, el cobre, el oro y otros materiales recuperables de alto valor valorados de forma conservadora en US$57.000 millones, una suma mayor que el producto interno bruto de la mayoría de los países, fueron en su mayoría objeto de dumping o quemado en lugar de recolectarse para su tratamiento.