En un recorrido realizado por estudiantes y biólogos de la Universidad El Bosque se hizo un reconocimiento de 94 especies de plantas y 12 especies animales que habitan el separador de la Autopista Norte con el fin de identificar cuáles deben ser reubicados en un hábitat con características similares y así mitigar el impacto ambiental de la ampliación de este corredor, donde se pretende ampliar el separador para dar paso a la vía.
“El objetivo de este estudio es suministrar información biológica para que en el momento en que se vaya a intervenir, las autoridades ambientales tengan herramientas para hacer una buena reubicación de los individuos que puedan ser trasladados a un ecosistema igual de privilegiado”, explicó Clara Santafé, directora del programa de Biología de la Universidad El Bosque.
De acuerdo a la información suministrada por los biólogos, el ecosistema de Humedal encontrado en el separador es el encargado de mitigar la contaminación vehicular de esta zona, pues absorbe parte del dióxido de carbono que emiten los vehículos que transitan por esta vía principal, así como de drenar parte de las aguas lluvias, evitando los daños en la capa asfáltica de la troncal.
Este es un ecosistema bastante rico, el Jardín Botánico José Celestino Mutis (JBB), tiene un registro, hasta el año 2016, de 3.604 árboles que actualmente están sembrados sobre este corredor, incluyendo la parte de Guaymaral. El 69,7 % son de origen foráneo (extranjero) y el 30,3 % restante son de origen nativo.
“También encontramos una gran variedad de aves como el Sirirí, el Milano Maromero, especies de aves amenazadas como: tingua bogotana y caicas, esta última se encuentra en peligro por la caza indiscriminada y por la transformación y destrucción de su hábitat, siendo éste un factor más a tener en cuenta para su traslado”, agregó Santafé.
Por otra parte, se reportó la presencia de anfibios como la rana sabanera y de reptiles como la culebra sabanera. Entre los mamíferos se identificaron curis, que curiosamente han sobrevivido a las diferentes obras de ampliación y se encuentran organizados en un solo sector del humedal.
Como resultado de esta actividad de monitoreo donde se evidenció la gran diversidad que hay en el Humedal Torca, los biólogos de la Universidad El Bosque hicieron un llamado para considerar la protección de las especies identificadas y considerar su traslado teniendo en cuenta la importancia que representan para el ecosistema de la zona.
“Encontramos una gran variedad de flora que es importante conservar para el equilibrio ecosistémico de la región, pues ayudan a la recuperación de suelos, controlan la erosión y dan refugio y alimento a la fauna local y de migración, por lo que recomendamos hacer su traslado a un ecosistema similar como el humedal de Torca sistema al que pertenece el separador”, concluyó Santafé.
Según datos del DAMA, la construcción de la Autopista Norte, hace más de medio siglo, dividió el humedal en dos partes y alteró el ecosistema, secando la parte sur del mismo para la construcción de cementerios.
En este mes se iniciaron las obras de ampliación de la autopista Norte a la altura de la calle 195, un ambicioso proyecto en el que se invertirán $457.000 millones, donde se eliminará el separador para dar paso a la vía.
Para ello, ya empezaron a talar un total del 3.191 árboles en el separador de la autopista Norte, lo que ha alarmado a varios ciudadanos que ven cómo poco a poco ha desaparecido este espacio verde. Los trabajos se iniciaron a la altura de la calle 245, y se deben a las obras de ampliación del corredor vial.
Entre los árboles que se están removiendo hay cinco especies con vedas, es decir que tienen algún tipo de prohibición de tala o control a nivel nacional, y seis especies en alguna categoría de amenaza, como 2 palmas de cera, 10 nogales, 2 pinos colombianos, 50 pinos romerón, 108 robles y 48 cedros.
Las palmas de cera, que se encuentran ubicadas en donde se trasladaría el peaje Andes, al ser una especie muy delicada para su traslado y de importancia a nivel nacional, quedarán incluidas dentro del diseño paisajístico.
En total 50 especies, 46 géneros y 35 familias de árboles, distribuidos en 12,91 hectáreas son los que deben ser removidos para que la Autonorte pase de tres a cinco carriles. Otros 30 individuos de cuatro especies están a la espera de ser trasladados y reubicados, siempre y cuando se encuentren en buenas condiciones físicas y fitosanitarias; de lo contrario, deberán ser talados.
Esta situación compromete la eliminación de cuerpos de agua que albergan diferentes especies, afectando el equilibrio ambiental de esta zona de la ciudad, por lo que se hace necesario implementar herramientas de traslado de fauna y flora para mitigar el impacto de la ampliación de la vía.
Según Accenorte, el consorcio encargado de la obra de Cuarta Generación (4G), junto con la CAR están trabajando en la ubicación de la zona en donde se realizará la compensación, lo cual es preocupante para algunos ambientalistas, ya que esto debió determinarse antes de comenzar a ejecutar el proyecto