En Cali, donde la zona urbana representa el 21 % y la rural el 76 %, los ríos Aguacatal, Cali, Cañaveralejo, Meléndez, Lili, Pance y Cauca conforman una red hídrica esencial para garantizar la calidad de vida de los habitantes y además mitigan los impactos ambientales por ser sumideros naturales de contaminantes atmosféricos, fuentes naturales de refrigeración ante las oleadas de calor, hábitats para la vida silvestre y sistemas de control de inundaciones.
Sin embargo, el censo de árboles realizado en 2015 dio cuenta de un déficit de ellos, lo que ha llevado tanto a una pérdida de biodiversidad de fauna y especies polinizadoras como al detrimento de cobertura vegetal, generando islas de calor en las riberas de los ríos Cauca y Cali; es decir que en algunas zonas se presentan temperaturas más altas debido a factores como la creciente urbanización, el tráfico de vehículos y la actividad comercial e industrial.
Aunque el Plan de Ordenamiento Territorial de 2014 señala que el corredor del río Cali forma parte del proyecto “Corredores ambientales como revitalizadores de los ríos”, y pese a contar con diversos instrumentos de política pública como el Estatuto de Silvicultura Urbana y el Plan de Gestión Ambiental, antes de esta investigación el municipio carecía de herramientas para clasificar áreas urbanas con cobertura arbórea según su generación de servicios ecosistémicos.
El ingeniero topográfico Guillermo Andrés Albornoz Manyoma, magíster en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional (UNAL) Sede Palmira, señala que “estos van más allá de ser un elemento estético en el paisaje, ya que desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima, en la captura de carbono y en el ciclo del agua”, por eso en su investigación estableció dichos criterios, una herramienta esencial para la planificación territorial.
Aportes
El corredor del río Cali representa el 13,5 % del área urbana y cuenta con aproximadamente el 12 % de la cobertura arbórea de la ciudad. Se extiende desde el pie de monte (Comuna 1) hasta la zona plana del río Cauca (Comuna 6) y presenta los patrones ambientales de precipitación o lluvias, altura y temperatura de la ciudad.
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Para el estudio el corredor del río se dividió en cuatro tramos y se desarrollaron varias etapas metodológicas, la primera de ellas fue el análisis bibliométrico y la revisión sistemática de literatura científica, que permitió identificar los principales servicios ecosistémicos asociados con los árboles, destacando la regulación del ciclo del agua, del aire y del clima, así como la prevención de la erosión del suelo.
Además, se identificaron y evaluaron las variables territoriales urbanas que inciden en la distribución de los árboles del corredor del río Cali, entre ellas la jerarquización vial, el espacio público, los servicios públicos, los equipamientos, la densidad poblacional, el uso del suelo, la naturaleza del predio, las pendientes, los drenajes, la radiación solar, la humedad y el tipo de construcción.
Por el contrario, variables en el entorno urbano como el transporte público y las áreas protegidas no mostraron influencia en la localización de los árboles.
“En consecuencia, con sus condiciones actuales los barrios Calima, Ciudad los Álamos, Olaya Herrera y Vipasa (tramo 3) podrían densificar o aumentar la cantidad arbórea, lo que va en la línea de los planes de reforestación que determine la autoridad ambiental”, menciona el tesista.
El inventario arbóreo de Cali arrojó que la relación árboles por cada individuo es de entre 8 y 14, “y la espacialización y comparación con los diferentes barrios mostró un déficit, debido a que las personas caminan más de 15 minutos hasta llegar a las zonas verdes, lo que hace que las áreas que estén más alejadas del río sean las que tengan menos cobertura y, por lo tanto, mayor pérdida de árboles”, anota.
Según el investigador, en los sectores con inclinación del terreno –como los barrios Santa Rita y Santa Teresita, en el tramo 1– se deben implementar acciones que permitan conservar y maximizar los beneficios de los ecosistemas arbóreos.
Por el contrario, en los barrios Centenario y Granada (tramo 2), las áreas aledañas al río se deben destinar para la conservación teniendo en cuenta los espacios intervenidos.