CUANDO el mundo conoció, hace unos años, que Michael Jackson, decidió blanquearse la piel fue tomada como una excentricidad del rey del pop. Adujo, en su momento, que ello obedecía a que sufría de vitiligo, pero muchos aseguraron que la verdadera razón fue la vanidad.
Sea cual fuere el motivo, el mundo no conoció otro caso tan extremo de figuras emblemáticas que hubieran decidido blanquear la piel. Sin embargo, esa es una práctica de vieja data en países de África y por razones que, en otros lados del orbe se consideran inconcebibles: muchos creen que el hecho de tener la piel clara es una forma de encontrar un buen trabajo y de tener una relación amorosa.
Y esa práctica en ese gigante continente viene de hace años. Generaciones pasadas utilizaban cremas y productos elaborados con ingredientes “naturales” o recetas “caseras” que mezclan esteroides con manteca de Karité. En tiempo reciente, el blanqueamiento se ha “tecnificado” y se hace desde con píldoras hasta inyecciones, con dosis de mayor concentración en sus ingredientes. Y todo ese portafolio tiene un común denominador: su base es el mercurio.
De esta forma, el mercurio no solo amenaza los ecosistemas y las cuencas de muchos ríos, especialmente en Colombia, sino que sus efectos tóxicos están presentes en productos de belleza usados para aclarar la piel. Y esta práctica que nació en los países africanos y que por ser tener una población en pleno crecimiento el paradigma de ser “blanco” tiene un mercado en plena expansión, se ha ido expandiendo con fuerza por el mundo y, Colombia, no ha sido la excepción.
Los llamados de las autoridades médicas, tanto allá como acá, para abstenerse del uso de productos de este tipo, que buscan bloquear la melanina, que es la que da el color a la piel, ante los graves riesgos que tienen para la salud, han sido desoídos. El fenómeno crece y amenaza con tornarse en un problema de salud pública ya que, inclusive, se han revelado casos de madres que aplican a sus bebés algunos de estos productos generándoles graves lesiones cutáneas.
Las señales de alarma han venido de todas partes e incluso el organismo de vigilancia para los consumidores estadounidense Food and Drug Administration no autorizó ninguno de esos productos en Estados Unidos, aduciendo que "son potencialmente peligrosos y podrían contener ingredientes nocivos desconocidos".
Sin embargo, su promoción y venta libre a través de internet va en ascenso y así, desde compañías y mercados artesanales hasta miles de personas acceden, a diario, a un amplio portafolio de productos para tener una piel más clara. Con sugestivos nombres como “Real Cleopatra”, presentada con una foto de Elizabeth Taylor en su personaje de reina de Egipto, o “Blancura rusa” que promete lograr ser un “moreno mestizo”, empresario africanos como Davota Lawon, un ícono nigeriano de las redes sociales o Pela Okiemute, quien se autobatizó como “el rey de la belleza” se han vuelto estrellas de la venta de cremas e inyecciones para esta peligrosa práctica de “verse más blanco”.
Y aunque son miles de kilómetros lo que separa a América Latina y específicamente a Colombia del continente africano, el blanqueamiento de piel con estos productos de alto riesgo para la salud, es una práctica que va en ascenso.
“Estas cremas tiene estos metales y estos tóxicos; el paciente no va a tener solo una enfermedad en la piel como una dermatitis o algún tipo de infección, o algún tipo de decoloración inadecuada, sino que puede tener enfermedades en los riñones, en órganos que generan compromiso en todo el organismo”, explicó el dermatólogo, Andrés Luque, especialista del Hospital Universitario Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta.
Y el experto fue más allá al revelar, con un tono de gran preocupación que “La verdad es bastante triste para uno ver cómo mamás le ponen desde bebés este tipo de cremas para que tengan un color, una raza, digamos de una piel también que tenga un tono más alto”.
Y aquí, como en la mayoría del mundo, estos productos se ofrecen principalmente en plataformas digitales, sin cumplir con los requerimientos legales establecidos por los organismos sanitarios. Ello multiplica los riesgos de padecer distintas enfermedades y sin saber aún, a ciencia cierta, cuántas más complicaciones de salud se puedan presentar con el paso de los años.
“Son productos que ofrecen milagros, pero que realmente no cumplen con el proceso legal de verificación en el Invima y la obtención de un registro sanitario”, manifestó el director de la entidad, Javier Humberto Guzmán Cruz.
Además, el uso prolongado de cremas para despigmentar la piel produce en el largo plazo manchas negras y envejecimiento prematuro, así que su uso en vez de generar beneficios termina siendo un gran problema.
¿Cómo funciona?
Como reseñamos, el blanqueo o aclaramiento de la piel se hace ahora con el uso de cremas o la aplicación de inyecciones. Ambos suelen tener efectos secundarios.
Las cremas aclaradoras son, de lejos la práctica más común y actúan inhibiendo la producción de melanina, el pigmento que se sintetiza por la exposición al sol. Los ingredientes que las componen son principalmente hidroquinona, esteroides, plomo y mercurio.
Estas cremas pueden ser inocuas en dosis específicas y durante un tiempo limitado, pero pueden ser peligrosas si se utilizan en concentraciones más elevadas o durante largos periodos, según expertos.
Al principio, los usuarios suelen apreciar los primeros efectos blanqueantes y "brillantes" en su piel, pero para que ese resultado perdure deben seguir aplicándose el producto. El resultado es que con el tiempo la piel se irrita se vuelve más fina, “marmórea” y hasta pueden aparecer ronchas o enrojecimientos que dejan traslucir las venas verdes.
Los expertos señalan que en el peor de los casos, la gente desarrolla una ocronosis, una acumulación de ácido que hace que la piel se vuelva más oscura, todo lo contrario a lo que se buscaba.
Entre tanto, el uso de cremas con esteroides también puede acelerar el crecimiento del cabello y provocar la formación de estrías.
El glutatión
Una de las últimas innovaciones en materia de blanqueo es un producto químico llamado glutatión, un “potente antioxidante” (se utiliza en ocasiones en tratamientos de cáncer) que se administra en forma de píldora o en inyección y que se vende en los mercados o por internet.
Y comprobadamente hace que la piel se vuelva más blanca, en poco tiempo, pero los daños colaterales se desconocen, por ser un producto nuevo.
Ante esta creciente práctica de aclarar la piel, por los efectos que tiene en la salud, pero sobre todo porque se generó un dañino mito en torno a ella, han surgido con fuerza movimientos de “conciencia negra” para derribarlo. Una de ellas es #Melaninpoppin ("La melanina es tendencia"), que celebra la piel negra en las redes sociales.
Y como se dice popularmente, generalmente nadie está contento con lo que tiene y así las crespas quieren tener el cabello liso y viceversa. Sin embargo, en cuanto al color de piel la situación se torna alarmante por los graves efectos que se pueden tener en la salud. Como lo bailó y cantó el desaparecido Michael Jackson en su éxito Black or White, “ser blanco o negro no importa”, lo válido es vivir y hacerlo con salud.