Descubra la edad de su piel para dar el cuidado que requiere | El Nuevo Siglo
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Lunes, 20 de Enero de 2020

Con el tiempo las necesidades del cuerpo son diferentes y por eso es importante que tenga en cuenta que el rostro es el primero en mostrar los signos de envejecimiento

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El sol, la alimentación, la genética y el estilo de vida son solo algunos de los factores que determinan los cambios que sufre nuestra piel a lo largo de la vida. Y aunque no todos dependen de nosotros, es importante tener en cuenta de que lo que hagamos por nuestra piel tendrá un efecto directo en el futuro.

 Foreo, la marca sueca líder en el desarrollo de dispositivos tecnológicos para el cuidado del cutis, lo sabe y nos trae soluciones efectivas.

“Las mujeres en sus veintes tienen una piel que provoca envidia: firme, lisa y radiante. Sin embargo, esas cualidades van decreciendo a medida que pasan los años. Nuestra piel es la primera en pagar el precio de las exposiciones eternas al sol, las trasnochadas y los malos hábitos alimenticios”,  afirma Aránzazu Gómez, General Manager de la compañía.

Identifica la edad de tu piel y aplica las recomendaciones que los expertos FOREO tienen para ti:

Los 20: esta es la década más importante para tu piel pues la forma en que la cuides determinará el futuro de la misma. En los 20, tu cutis está repleto de colágeno, luminosidad y flexibilidad, pues tus células andan a millón y se regeneran a un ritmo óptimo.

¿Cómo identificarla?: El sol todavía no tiene efectos negativos en tu piel o al menos no son visibles. Tus mejillas cuentan con un brillo saludable. Lo que menos te gusta de tu piel a los 20 es la aparición esporádica de acné (por los ciclos hormonales o por algunas rutinas de limpieza que despojan a tu piel de los aceites naturales protectores).

¿Cómo cuidarla?: Usa productos suaves y concentra tus fuerzas en prevenir cualquier daño con el uso de protector solar. Además, recuerda limpiar tu piel  cada noche para liberar los poros de impurezas y maquillaje.

Los 30: las consecuencias de lo que hiciste a tus 20 se verán a los 30. En ésta década los cuidados de la piel deben ser mucho más intensos y no pueden limitarse al simple uso de protector solar pues las células no están funcionando de la misma forma. Como lo afirman expertos dermatólogos, “a los 30 debes empezar a cuidarte sí o sí”.

¿Cómo identificarla?: Comenzarás a ver finas líneas de expresión sobretodo alrededor de los ojos, la frente y la boca. Comienza la aparición repentina de manchas y el grosor de la piel será menor al igual que la producción de colágeno.

¿Cómo cuidarla?: Usa un limpiador con alfa hidroxiácidos (AHA) o ácidos orgánicos que son solubles en agua y suelen obtenerse de frutas y vegetales. Estos ácidos mejoran la textura y la calidad de la piel promoviendo la renovación celular y permitiendo la absorción de los demás productos que te apliques. Para hidratarte debes usar productos con antioxidantes como el té verde o blanco y la vitamina C, que protegerán tu piel de los radicales libres dañinos.

Los 40: Esas grandes vacaciones en la playa que tomaste en tu adolescencia sin utilizar protector solar aparecen inevitablemente en tu cara cuando sobrepasas la barrera de los 40. Si has sido constante con tu rutina de belleza durante la veintena y la treintena, ten por seguro que tienes una gran ventaja con respecto a aquellas que se han puesto las pilas a última hora.

¿Cómo identificarla?: A esta edad estás comenzando a ver daños acumulados por el sol en forma de manchas. También estás perdiendo más colágeno y elasticidad y tu piel retiene menos humedad y proyecta menos brillo debido a que no refleja la luz de manera uniforme.

¿Cómo cuidarla?: Ten a la mano un limpiador cremoso (en lugar de gel) en la mañana y en la noche. Para hidratar la piel ten entre tus productos consentidos las cremas, lociones o sueros que contengan al menos dos tipos de antioxidantes, como licopeno, té verde o soya. Si tu preocupación son las arrugas, prueba un producto con péptidos e hidrata con cremas que contengan ácido hialurónico, vaselina, manteca de karité o aceites naturales.