Cuando tienes la piel sensible, debes ser el doble de cuidadosa con todo lo que te aplicas: cremas, maquillaje e incluso un perfume. Por eso es crucial que sepas reconocer si este es tu caso, para que no lastimes tu piel sino que trabajes con ella para verte perfecta. Solo necesitas fijarte en estos 3 detalles
1. ¿Tu piel reacciona bruscamente ante los cambios del entorno? Estos agentes externos del entorno afectan más a la piel sensible porque esta no cuenta con el mismo umbral de tolerancia que los otros tipos de piel, es decir, no protege igual que las demás y reacciona de manera transitoria con el enrojecimiento por las corrientes de aire, el calor o el frío extremo e incluso los sistemas de calefacción en casa.
2. ¿Sientes que tu rostro se ve reseco, enrojecido o irritado? La piel sensible tiene una alteración en su función para proteger, por lo que se deshidrata más fácil y permite la entrada de agentes irritantes, promoviendo estos síntomas.
3. ¿Después de bañarte quedas con una sensación de piel acartonada que arde? Seguramente te bañas con jabón, que rompe el manto ácido de la piel por ser alcalino y contiene fragancias, lo que genera esta sensación y hace que la piel se reseque más rápido.
Si respondiste sí a mínimo dos de estas preguntas, tienes la piel sensible y tu prioridad debe ser mantenerla hidratada para evitar estas molestias. Y aunque en el mercado hay varias opciones, una de las más eficaces es a Pond’s Sensitive.
Recomendaciones:
● Cuida tu maquillaje: usa productos sin perfumes, alcohol ni conservantes. Si ya llevas mucho tiempo con el mismo maquillaje, es probable que esté contaminado y te esté alterando la piel. Renuévalos cada 4 meses en promedio.
● Prueba cualquier producto antes de usarlo: si vas a usar un nuevo producto, asegúrate de que no tengas una reacción desfavorable. Para esto, aplícate un poco del producto en la parte inferior de la muñeca y espera 48 horas, si después de este tiempo no se produce irritación, inflamación o enrojecimiento, puedes usarlo con confianza.
● Mantén tu piel hidratada también desde la alimentación: toma agua y jugos naturales, además de frutas con alto contenido de vitamina A y C.
● Haz limpiezas faciales a diario: debes tener mucho cuidado para eliminar todas las partículas de maquillaje y agentes contaminantes del ambiente, por eso no olvides realizar una limpieza en la mañana y en la noche con productos adecuados y agua tibia o fría, nunca caliente.