El agua y el sector agrícola | El Nuevo Siglo
Foto cortesía contexto ganadero
Sábado, 4 de Agosto de 2018
Alvaro Sánchez

Todos los estudios que a la fecha tratan de predecir la cantidad de tiempo que el ser humano podrá sobrevivir en el planeta, coinciden en cifras que oscilan entre los 180 y los 300 años, en uno de sus últimos escritos el científico Stephen Hopkins tasó este periodo en 200 años y en el año 2012 este servidor en compañía del Dr. Ernesto Duque llegaron a calcularlo en 185 años; en estos análisis se contemplan infinidad de variables que van desde los efectos del cambio climático y la tolerancia de la especie al mismo, hasta la supervivencia de diversas especies que son parte vital de la condición del planeta para albergar a nuestra especie.

Lugar común en todos los estudios tienen varios temas entre los que se encuentran: el calentamiento global, el cambio climático, el rompimiento de la capa de ozono, la disminución paulatina de los niveles de oxígeno en el aire que respiramos, la desaparición y/o extinción masiva de especies vegetales y animales, el aumento de materiales con contenidos peligrosos para la salud, y la disminución de agua potable en todo el planeta.

Me quiero referir al problema del agua, que está en cierta manera descuidado en nuestro país y que requiere de una intervención rápida, concreta y agresiva desde la institucionalidad y de una concientización especial que trate de revertir el vivir actual y permita alargar los, ya de por si  largos periodos de supervivencia de nosotros en el planeta; sin agua potable la probabilidad de supervivencia del ser humano es nula y por lo tanto debería ser una de las principales fuentes de preocupación.

Es necesario hacer que los habitantes del país tengan el conocimiento de que cerca del 72% del agua dulce en nuestro territorio es consumida por el sector agrícola, mientras que el consumo de los pobladores y el de la ganadería sumados no llegan al 14%; esto hace que nos preguntemos el porqué de las protestas contra el petróleo y la minería regulada en defensa del agua, y no hagamos otro tanto con respecto a las malas prácticas agrícolas que en realidad generan mayor daño ecológico y consumo de agua que los anteriores. Quizá los esfuerzos se deben dirigir a rebajar el consumo de agua en este sector.

Las regulaciones en materia de consumos para el sector agrícola son prácticamente ridículas y fáciles de evadir, no hay políticas que obliguen a utilizar adecuadamente el agua y se limitan a exigir permisos de uso que tampoco son debidamente controlados por las autoridades ambientales; entonces va siendo hora de que nos preocupemos por este tipo de regulaciones y de que le demos un peso específico al presupuesto para controlar el cumplimiento de las nuevas reglamentaciones.

A manera de ejemplo veamos algunas posibles intervenciones en el sector:

  • Los créditos agrícolas deberían ir atados en sus tasas a los consumos de agua, a menor consumo menor tasa; además de ir atados a otros tipos de variables como la variedad y el tipo de cultivo.
  • La agricultura con material genético seleccionado puede producir muy bajos consumos de agua, con esto se logra no solo ahorrar el líquido vital sino además mejorar los niveles de producción de alimentos.
  • Las inversiones e importaciones de material y maquinaria para la construcción de riegos eficientes, debe tener exenciones de impuestos y aranceles.
  • Las sanciones a quien desperdicie agua en procesos innecesarios deberán ser ejemplarizantes, dado que son atentados contra la vida misma.

En fin, esperamos un proyecto conjunto que impulse la agricultura en el país, pero incorporando tecnologías adecuadas y preservando el agua que hoy tenemos, pero cada vez en menor cantidad.

alsanchez2006@yahoo.es

@alvaro080255