La cámara réflex, superviviente de la irrupción del móvil | El Nuevo Siglo
Foto Freepik
Domingo, 26 de Mayo de 2019

EL FUTURO no tendrá, para muchos, cámaras réflexs. Esas que toman, con un largo lente –naringón, circular-, fotografías. Lo dicen, por la irrupción de los celulares inteligentes, aquellos que han visto la evolución del Iphone X, del Samsung S10 Plus o del nuevo Huawei P30 Pro, celulares inteligentes capaces de capturar el tejido de la ropa. ¿Se van acabar las réflexs?

En el último año las ventas de las cámaras réflex han bajado, mientras que el consumo de los celulares o cámaras instantáneas y digitales ha aumentado. Sin embargo, hay personas que se niegan a abandonar sus cámaras análogas.

Para el fotógrafo de la Federación de Fútbol de Colombia, Luis Álvarez, quien empezó trabajando en laboratorios durante la esa época del rollo y del revelado, su lente de 30 centímetros y su cámara son fundamentales para ejercer su labor, pues piensa que un celular no alcanza a registrar todo lo que una cámara análoga puede lograr.

“Me gustaría meterme al estadio y no llevar maleta grande, no llevar mi cámara para no exponerme tanto y poder tomar las fotos con mi teléfono. Pero no lo veo porque no me imagino que un celular reemplace una cámara”. “No ha aparecido el primer teléfono que reemplace un lente de 400, una Nikon de cinco, eso jamás podrá suceder”, dice Luis a este Diario.

Así mismo, hay otros que son fieles a las cámaras réflex y sus herramientas, aunque aceptan que la fotografía digital ahora es un complemento para llegar a un resultado efectivo. Así le expresó a EL NUEVO SIGLO la directora del Museo Nacional de Fotografía, Gilma Suarez: “Hay una diferencia abismal entre primero el daguerrotipo, luego con los rollos y ahora con la fotografía digital, cada una de esas etapas de la fotografía tienen importancia y no se pueden descalificar ni el uno, ni el otro. Todos se conjugan”.

Es así como en los últimos años la inmediatez, los megapíxeles y las ventajas que ofrece la era digital han tomado fuerza frente la fotografía analógica, que, para algunos, ha pasado a un segundo plano, se ha transformado en un arte y ha estado solo en manos de los expertos de la industria visual.

“Hace cinco años el mercado de las cámaras profesionales era muy movido, pero en el último año son muy escasas las personas que vienen a comprar o a preguntar sobre esas cámaras. Tiene que ser para algo muy puntual, para un viaje muy especial o para estudio. Celulares más que todo vienen a buscar porque hoy en día ya lo tienen todo”, menciona Diana, representante de la tienda especializada en tecnología, Ktronix.

La racha digital

La calidad de la imagen, basada en la calidad de los píxeles, el lente y la composición que le da el fotógrafo a todo el entramado, siempre resulta el eje central para clasificar una cámara. Por eso las grandes empresas de tecnología han empezado a desarrollar equipos con características similares a las de una cámara profesional y condensarlas en un móvil, evitando así el arduo proceso análogo de la fotografía.

David Sierra, un fotógrafo profesional, cuenta que esta tendencia ha llegado a la publicidad. “Hace poco los Rolling Stones estuvieron haciendo una portada para la revista impresa hecha con un teléfono, entonces lo que quieren dar a entender es que ya no necesita una cámara para llegar a sacar esas portadas grandes, sino ya solo con un teléfono de alta calidad”, comenta.

Lo análogo

A pesar de los beneficios que ofrecen los celulares, hay personas que se mantienen fieles a su cámara réflex, vista como una herramienta preparada para “cada disparo”.

Luis, quien lleva alrededor de 33 años como fotógrafo es uno de ellos. Su filosofía como profesional le impide aceptar que los smartphones hagan el mismo trabajo que el de una cámara réflex, ya que para él esta es irremplazable: “Un teléfono jamás podría reemplazar una cámara tradicional por más que tenga capacidad y rapidez, con eso no se puede competir jamás”.

Para Gilma Suárez, es importante diferenciar una imagen y una fotografía. “Siempre he creído que una cosa es hacer una fotografía y otra cosa es captar una imagen, son dos cosas muy distintas. Hasta un niño puede captar una imagen en un momento dado y le puede salir bien, pero otra cosa es hacer la fotografía en la que se necesita tener una cierta mirada y práctica para lograrla”, comentó.