No es desconocido para ninguno de nosotros el hecho de que el tema ambiental se ha venido constituyendo en algo obligado en los análisis y ejercicios de planeación del mundo entero, por lo menos durante los últimos 35 años; cada vez es mayor esta tendencia y muy a pesar de ello en Colombia se ha venido demostrando un deterioro paulatino de la gestión ambiental nacional.
Para hacer un poco de historia podemos recordar que durante el gobierno de Misael Pastrana Borrero se expidió el llamado “Código Nacional de los Recursos Naturales” como producto directo de la participación de Colombia en la conferencia mundial de Estocolmo, en el cual se planteó el principio de que “el ambiente es patrimonio común de la humanidad y necesario para la supervivencia y el desarrollo económico y social de los pueblos”. A pesar de ello Colombia no tenía afinada la brújula para mantener el norte y el equilibrio en una gestión ambiental nacional y el control ambiental se fue difuminando entre diversas instituciones que acabaron generando un caos en el manejo.
Para la década de los 90 se lleva a cabo la cumbre de Río en la cual Colombia firma el compromiso de buscar y alcanzar el desarrollo sostenible del país, sobre la base del llamado “Plan de acción ambiental del planeta”. Producto de este compromiso se aprueba en 1993 la ley 99 mediante la cual se crean; el Ministerio del Medio Ambiente y el Sistema Nacional Ambiental (SINA); a partir de estos hechos se crean los lineamientos e instrumentos que deben tener en cuenta las instituciones públicas, privadas, las comunidades y las personas, con el fin de lograr un cambio de modelo hacia uno más equitativo y sostenible.
En la práctica, en los dos últimos periodos presidenciales se va notando un franco deterioro de esa capacidad que se le otorgó en primera instancia a la norma; básicamente esto ha ocurrido por qué el gobierno nacional ha venido desmantelando la estructura central existente y en cabeza del Ministerio de Ambiente, para dar pequeñas autonomías a diversos entes para inmiscuirse en la gestión ambiental. Es prudente aclarar que esto ya venia ocurriendo en gobiernos anteriores pero que a pesar de esto no se había perdido el control del tema como hoy.
Quizá el principal logro de la ley 99 del 93 fue la creación del SINA, en el se fusionaron las normas, los recursos, los programas, las actividades y las instituciones para poder manejar la problemática ambiental nacional. La idea fue maravillosa y permitía la articulación perfecta de las políticas ambientales del país, lamentablemente hoy está totalmente desdibujada la figura y requiere de cuidados especiales para poder funcionar adecuadamente; su gran fortaleza que consistía en la autonomía es hoy una clara dependencia del nivel central, su articulación con las regiones hoy se ha tornado en divergencias entre el actuar de los entes nacionales y de las Corporaciones Autónomas Regionales.
La idea de lograr una buena planeación ambiental regional con la creación de las Corporaciones Autónomas Regionales también está desdibujada, estos entes se han ido convirtiendo poco a poco en ejecutores de algunos proyectos y en fortines burocráticos, con honrosas excepciones, cada vez son mas independientes en la práctica de una política ambiental nacional coordinada y requieren de una reorientación en sus funciones; no se trata de acabarlas sino de fortalecerlas como tentáculos de apoyo de una política coordinada en materia ambiental.
Quisiera saber los programas que proponen los candidatos presidenciales en esta materia, quisiera saber si existe una real preocupación por los problemas ambientales, quisiera que se planteara la reforma integral a la ley 99 del 93 para modernizarla, quisiera el compromiso de los candidatos con el futuro de nuestros hijos.
@alvaro080255