Llamado a “regalar futuro” adoptando especies en peligro | El Nuevo Siglo
OTRA DE las especies que puede ser adoptada simbólicamente es el delfín de río.
/Shutterstock- WWF- Sweden
Lunes, 13 de Diciembre de 2021
Redacción Medio Ambiente

¿Qué tienen en común el jaguar, la tortuga marina, el delfín de río y el oso de anteojos? Todas son especies que encontramos en Colombia, desempeñan un rol fundamental para su ecosistema y nuestro bienestar, y están gravemente amenazadas por actividades humanas. Por ello, esta Navidad WWF Colombia lanza ‘Regala Futuro’, una campaña para que la celebración de estas fechas especiales sea un motivo para ayudar a su conservación.

A través de un aporte monetario (de mínimo $40.000 mensuales o $100.000 si es de única vez), los colombianos podrán regalarles a sus seres queridos la adopción simbólica de un jaguar, un delfín de río, una tortuga marina o un oso de anteojos, para apoyar los esfuerzos de conservación que la organización realiza en el país y hacer posible un mejor futuro para el planeta.

Quienes adopten estas especies financiarán programas como el monitoreo con cámaras trampa y capacitaciones a comunidades locales para mejorar los índices de conservación de las cuatro especies. Además, recibirán un kit de bienvenida que contiene un certificado digital y un peluche Panda, que será enviado sin costo a la casa del donante.

¿Por qué nuestro futuro y bienestar dependen de estas especies?

Diversos estudios coinciden en que mantener ecosistemas bien conservados, con una gran variedad de especies y un número importante de ejemplares (población), permite que los hábitats estén saludables y que exista un equilibrio en la naturaleza que, a su vez, asegure nuestra salud.

El jaguar, por ejemplo, es el máximo depredador terrestre de los bosques colombianos. Si desaparece, sus presas, que son generalmente herbívoras, quedarían dominando y consumirían especies vegetales sin control. Esto altera la composición y estructura de los suelos, afectando los cauces de los ríos y, por tanto, tiene un efecto en cadena sobre otros seres vivos y el ecosistema.

La tortuga marina, por su parte, ayuda a mantener la salud de los pastos marinos y los arrecifes coralinos, que benefician a especies con importancia comercial como el camarón, la langosta y el atún. Además, con sus hábitos alimenticios regula los ciclos de vida de otras especies, equilibrando las poblaciones. Lo mismo pasa con el delfín en los ríos de nuestra Amazonia y Orinoquia, y con el oso de anteojos en los páramos y bosques andinos.


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Sin embargo, cada año, miles de tortugas marinas mueren o quedan malheridas por las redes o anzuelos de pesca; la cacería y los conflictos entre humanos y osos de anteojos siguen incrementándose; el jaguar es acechado por la deforestación que destruye su hogar; y la construcción de represas hidroeléctricas divide el hábitat de los delfines de río e impide que migren, se reproduzcan y se alimenten.

Si alguna de estas cuatro especies desaparece, el futuro de ellas, el de sus ecosistemas, y el nuestro está en riesgo, pues la salud humana y la de la naturaleza están totalmente interconectadas. En otras palabras, si el planeta está sano, ¡nosotros lo estamos!

¿Qué hace WWF para conservar estas especies?

WWF desarrolla programas de conservación del jaguar y su hábitat principalmente a través del monitoreo comunitario con cámaras trampa. Desde 2017, realiza monitoreo participativo con el pueblo indígena Murui-Muina, que habita el Resguardo Indígena Predio Putumayo. Esto, en el marco de un proyecto trinacional con Ecuador y Perú, con el que se monitorea la presencia del jaguar en el corredor Napo-Putumayo, ubicado en la frontera del noroeste de la Amazonia entre los tres países.

De otro lado, en 2017, WWF y otras organizaciones crearon la Iniciativa de Delfines de Río de Suramérica (SARDI, por su sigla en inglés) con la intención de promover acciones para la conservación de estos cetáceos, que incluyen expediciones de conteo de delfines, monitoreo de sus desplazamientos y uso de hábitats, vía satélite, en los ríos de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú. En 2021, se realizaron expediciones que recorrieron 2.816 kilómetros por los ríos de la Amazonia y Orinoquia en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, se lograron observar cerca de 200 delfines, y se instalaron nuevos transmisores satelitales en estos ejemplares.

En cuanto al oso de anteojos, junto a las comunidades locales, la organización trabaja para ampliar la información existente sobre la distribución, amenazas y número de ejemplares de esta especie en nuestro país. Este año, gracias al trabajo realizado con Parques Nacionales Naturales e Isagen en distintas áreas protegidas del país, hubo dos avistamientos importantes: uno en el Parque Nacional Natural Las Hermosas – Gloria Valencia de Castaño (Tolima y Valle del Cauca) y otro en el Parque Nacional Natural Cordillera de los Picachos (Caquetá).

Adicionalmente, desde hace varios años, WWF trabaja en el Pacífico colombiano con pescadores artesanales haciendo el intercambio de anzuelos tipo “J” (o tradicionales) por anzuelos circulares. Estos últimos permiten desenganchar más fácilmente a las tortugas marinas que quedan atrapadas por error. Una de las principales causas de la disminución de estas especies es la pesca accidental, que ocurre cuando quedan atrapadas en las mallas o anzuelos de las artes de pesca, causándoles la muerte. Las pocas tortugas que quedan necesitan nuestra protección.