Justo cuando el país avanza en un proceso de recuperación en tiempos de covid-19, y se planean nuevas intervenciones que permitan dinamizar la economía, 20 organizaciones hacen un llamado para que las acciones en la Orinoquia se enfoquen en un desarrollo sostenible que integre el bienestar de más de 3 millones de habitantes en la cuenca del Orinoco colombiano; el crecimiento de sectores como el de hidrocarburos, el agropecuario y el forestal, y la conservación de los ecosistemas que soportan el 32,47% de las reservas de agua del país.
La Orinoquia es un territorio estratégico para Colombia: el 28% de la producción agrícola nacional y el 20% del hato ganadero se encuentran en sus paisajes. Además, se estima que cuenta con el 70% de las reservas de petróleo y se considera la “última gran frontera que le queda al país para el desarrollo agroindustrial”.
La confluencia de ecosistemas andinos, amazónicos y sabanas naturales que se dan en la Orinoquia, representan una amplia oferta de beneficios para sectores productivos agropecuarios, forestales y minero-energéticos, así como, de ciudades intermedias, grupos indígenas, poblaciones locales y tradicionales.
Por eso, a través de un manifiesto público, el Ministerio de Agricultura, TNC, el Proyecto Biocarbono Orinoquia, TFA, WWF, WCS, Fondo Acción, IAVH, Asorinoquia, GGGI4 y Ecopetrol, entre otros actores, insisten en la necesidad de aunar esfuerzos enfocados en un desarrollo sostenible, resiliente y planificado, que responda a las necesidades de la región y del país, de cara a desafíos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la necesidad de promover ambientes saludables.
Manejar el enorme potencial de la Orinoquia requiere la gestión integral de su biodiversidad y servicios ecosistémicos. El área hidrográfica del Orinoco cuenta con 347.607 Km25, los cuales representan el 30,43 % del territorio nacional, albergando el 48%6 de los humedales continentales y una gran diversidad de ecosistemas que ocupan el 81,5%, entre ellos las sabanas naturales. En la región se han registrado 5.411 especies de plantas y alrededor de 3.000 especies de animales, entre ellos 663 especies de peces y 254 mamíferos, que requieren protección, como la danta y el jaguar.
Sumado a esto, cuenta con una enorme diversidad cultural y étnica que tiene una historia de poblamiento de más o menos 10.000 años, con 23 etnias y una vibrante cultura llanera, cuyos cantos tradicionales han sido reconocidos como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
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¿Cómo conservar toda esta riqueza natural, obteniendo ganancias para la naturaleza, los pobladores, la sociedad y los sectores productivos?
El manifiesto destaca que es posible lograr sistemas rentables y sostenibles que contribuyan a la seguridad alimentaria del país y que, además, favorezcan a la conservación de la biodiversidad y el recurso hídrico; pero sólo se alcanzará como resultado de una planificación conjunta de los sistemas productivos, priorizando, entre otras, la diversificación de la producción.
Así mismo, a través del manifiesto se hace una invitación para que más actores se vinculen. Es un llamado a un espacio de diálogo y participación de los múltiples sectores: público, productivo local y regional, academia, organismos multilaterales, instituciones de investigación y organizaciones de la sociedad civil, que tienen y tendrán presencia y actividades en la Orinoquia, para que sus acciones en el territorio estén articuladas con intereses de conservación, producción y bienestar social.
Pacto Orinoquia Sostenible
El manifiesto hace parte de las acciones del Pacto Orinoquia Sostenible, una iniciativa que busca aunar esfuerzos conjuntos y consolidar una visión entre el sector ambiental y los principales sectores productivos de la Orinoquia, para brindar mejoras en los medios de vida e impulsar un desarrollo competitivo y equitativo desde la sostenibilidad, como respuesta a las tensiones territoriales que existen entre la demanda económica y productiva de nivel regional y nacional, y la necesidad de conservación de los servicios ecosistémicos de la Orinoquia.
El Pacto reconoce alianzas y procesos existentes como el SIRAP Orinoquia, el NORECCO9 y el Pacto Cero Deforestación, que también le apuntan a la gestión de la biodiversidad a través de áreas protegidas y otras estrategias complementarias de conservación, el desarrollo bajo en emisiones o el control a la deforestación en la región. Estos esfuerzos tienen importantes aprendizajes que resultan útiles para la consolidación del Pacto, complementando las iniciativas o acciones colectivas existentes y en conformación, potencializando los avances que se han logrado de forma sinérgica e incidiendo entre varios sectores y niveles territoriales.