Multinacionales se unen a la batalla global contra el plástico | El Nuevo Siglo
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Jueves, 21 de Junio de 2018
Redacción Nacional

En medio de la tendencia mundial que intenta poner fin a la invasión del plástico, especialmente en los océanos, donde cada minuto llega el equivalente a la carga de un camión de basura, Greenpeace destacó la iniciativa que empresas icónicas del mundo están adoptando para frenar la que es considerada “la gran batalla medioambiental que hoy enfrenta la humanidad”.

“La situación es dramática si se toma en cuenta que para el año 2020 la producción mundial de plástico rondará los 500 millones de toneladas. La cifra equivale a un 900% más de plástico de lo que se producía en 1980. El problema se ha extendido a nivel planetario debido a la fácil dispersión que tiene el plástico, su lento proceso de degradación y el hecho de que buena parte solo se utiliza una vez y por pocos minutos”, explicó Silvia Gómez, coordinadora de Greenpeace Colombia.

Por eso, desde Greenpeace han destacado los anuncios que empresas icónicas a nivel mundial han hecho y que buscan mitigar el severo impacto medioambiental que hoy tiene el plástico. Como McDonald’s, que anunció que en sus locales del Reino Unido comenzará eliminará los pitillos plásticos el 2019. “Sin embargo, McDonald's necesita acelerar el ritmo para reducir su enorme huella plástica a nivel global. Eso significa abandonar los pitillos de plástico en todo el mundo”, señaló Louise Edge, de la campaña océanos de Greenpeace en el Reino Unido.

A la decisión del gigante de comida rápida se suma la reconocida compañía de cruceros Royal Caribbean, que informó que también eliminará el uso de pitillos de plástico en toda su flota antes de fin de año, reemplazándolos por sustitutos hechos de papel.

Otra marca que hizo un anuncio relevante fue la icónica multinacional sueca IKEA, dedicada a la fabricación y venta de muebles y objetos de decoración para el hogar, compañía que ha anunciado su próxima llegada a Colombia. La empresa ha dicho que de aquí a fines de 2019 dejará de vender utensilios de plástico de un solo uso, por lo que saldrán de sus estanterías artículos tan comunes como pitillos, vasos y cubiertos de plástico.

“Existe una responsabilidad corporativa que no se puede eludir. Necesitamos que la industria nacional comience a liderar el cambio e implemente a la brevedad estrategias innovadoras para no seguir elaborando este material que ha terminado por invadir nuestros mares. Lamentablemente, hasta ahora es un liderazgo que no se ve. Claramente hay falta de audacia y compromiso para enfrentar el problema”, señaló Gómez.

Preocupación

China, Indonesia, Filipinas, Tailandia y Vietnam echan cada año más de cuatro millones de toneladas de plástico en los mares del planeta, esto es, la mitad de la cantidad total, según la oenegé Ocean Conservancy.

Si no se hace nada para evitarlo, de aquí a 2025 habrá 250 millones de toneladas de residuos plásticos en las aguas mundiales, aseguran los investigadores.

“Estamos de lleno en una crisis de contaminación por plástico, vemos en todas partes, en nuestros ríos, en nuestros océanos, en todas partes”, se preocupa Ahmad Ashov Birry, activista de la oenegé Greenpeace en Indonesia.

China, Indonesia, Filipinas, Tailandia y Vietnam están también entre los países con mayor crecimiento en Asia, con economías basadas en gran medida en la producción de plástico. Esto y la falta de un sistema de recolección y reciclaje adecuado provoca una importante polución.

Los habitantes, especialmente quienes viven de la pesca, pagan las consecuencias de la proliferación de plásticos en la naturaleza. En Vietnam, Nguyen Thi Phuong ha visto cómo la zona donde salía a faenar se ha convertido en un vertedero a cielo abierto con el paso de los años.

“Está tan contaminado, no es sano para los niños”, explica esta mujer al regresar de su pesca matutina bajo un sol abrasador, envuelta en un olor a basura y pescado.

“Para nosotros es difícil atrapar gambas y peces”, explica otro pescador, Vu Quoc Viet, que debe retirar los residuos de plástico atrapados en sus redes.

China, la segunda economía mundial, prohibió el año pasado la importación de desechos plásticos, rechazando ser el vertedero del mundo. Pero la inmensa mayoría de los residuos públicos en China son producidos por su propia población.