Rafael Nadal, que sumó este jueves su segunda victoria consecutiva en el torneo de Brisbane, en su regreso a la competición tras casi un año alejado por las lesiones, confirmó que por el momento no tiene ninguna molestia física.
“En términos generales, me siento bien. Lo más importante es que no tengo molestias de las operaciones del (músculo) iliopsoas y la cadera”, aseguró en conferencia de prensa tras imponerse al australiano Jason Kubler por 6-1 y 6-2 y clasificarse para los cuartos de final del torneo de Brisbane.
Nadal, de 37 años, se perdió casi toda la temporada 2023 por esas intervenciones quirúrgicas, dos episodios más de su largo historial de lesiones, que incluye también una dolencia crónica en su pie izquierdo.
“Por el momento, el pie está respondiendo bien y esa es la principal noticia, que el pie no me da problemas y soy capaz de moverme sin limitaciones” en la pista, precisó.
“Esto me hace sentirme feliz y, sin duda, ser capaz de jugar mejor”, insistió el mallorquín, que se mostró también muy satisfecho de su nivel tenístico ante Kubler.
“Los cinco primeros juegos fueron de un nivel muy positivo, haciendo casi todo de la manera correcta. Estoy muy contento por la victoria, obvio, y es importante que mañana vuelva a jugar” ante otro australiano, Jordan Thompson, por una plaza en semifinales.
Nadal admitió que, tras su larga ausencia de las canchas, debe volver a acostumbrarse a jugar bajo presión, como le ocurrió al final del primer set, cuando falló algunos golpes antes de cerrar la manga.
“Ha sido mucho tiempo sin estar en esta posición. Por supuesto es importante sobrevivir en estos momentos en los que estás ante la adversidad. Cada día es un aprendizaje”.
“Debo acostumbrarme de nuevo a competir y a entender los momentos en los que tengo que empujar y cuándo jugar un poco más relajado. Es algo que ahora mismo no soy capaz, sino que tengo que estar concentrado en cada punto. La práctica y el pasar más horas en pista me ayudará a ganar confianza”, añadió ante los periodistas.
Nadal protagonizó un momento anecdótico durante su partido cuando en el segundo set fue amonestado por el juez de silla por haber sobrepasado el tiempo en una pausa para ir al vestuario y cambiarse de ropa, empapada por el sudor.
“No lo entendí muy bien. Hasta donde yo sé, la regla dice que tienes cinco minutos para ir al vestuario. Alguien me dijo que el árbitro me llamó cuatro segundos después de ese tiempo, pero yo ya estaba saliendo. Creo que respeté el tiempo, pero puedo estar equivocado”, explicó.
Nadal volvió a ofrecer una buena imagen en su segundo partido tras casi un año de ausencia, mucho más cómodo que el del pasado martes ante el austriaco Dominic Thiem y controlado con mucha comodidad por el campeón de 22 Grand Slams, que sigue cogiendo confianza.
El de Manacor sólo necesitó algo más de una hora y 20 minutos para deshacerse de un rival, que opuso algo más resistencia en la segunda manga y que pareció también jugar con algún problema físico en su pierna derecha y por el que tuvo que ser tratado en un par de ocasiones. De todos modos, a Nadal se le vio suelto en sus golpes y muy seguro con un saque, con el que apenas perdió puntos, diez, cuatro con el primer servicio, y con su juego desde el fondo de pista.
Ya el inicio de encuentro fue arrollador para el español, que se colocó 3-0 arriba cediendo sólo un punto, una doble falta. Kubler trató de sacudirse los nervios, pero sólo le sirvió para evitar un ‘rosco’ ante un rival que levantó un 0-40 para cerrar el primer set.
En el segundo, que comenzó con un ‘warning’ para el balear por consumir su tiempo para ir al servicio, el exnúmero uno del mundo tuvo algo más de emoción porque, pese a romper de nuevo a las primeras de cambio y en blanco, Kubler aguantó mejor e incluso tuvo una opción de rotura para igualar. No la aprovechó y Nadal ya aceleró hacia sus primeros cuartos de final desde Wimbledon 2022 y donde se enfrentará este viernes a otro australiano, Jordan Thompson, al que ha ganado en sus dos enfrentamientos anteriores./ENS con agencias