“No elijas la extinción” campaña de la ONU contra cambio climático | El Nuevo Siglo
CON UN cortometraje de una dinosaurio que pronuncia un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas se insta a los líderes mundiales a eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y a no elegir la extinción.
/ONU
Jueves, 28 de Octubre de 2021
Redacción Medio Ambiente

El mundo gasta la asombrosa cifra de US$423.000 millones de los Estados Unidos por año en subsidios a los combustibles fósiles para los consumidores: petróleo, electricidad generada por la quema de otros combustibles fósiles, gas y carbón. 

Esta cantidad es cuatro veces superior a la que se necesita para ayudar a los países pobres a hacer frente a la crisis climática, uno de los puntos a tratar en la conferencia mundial sobre el clima (COP26) que se celebrará la semana que viene, según una nueva investigación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La cantidad que se gasta directamente en estos subsidios podría sufragar las vacunas contra la covid-19 de todas las personas del planeta o financiar tres veces la cantidad anual necesaria para erradicar la pobreza extrema en el mundo. Si se tienen en cuenta los costos indirectos, incluidos los costos para el medio ambiente, la cifra se eleva a casi US$6 billones, según datos publicados recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En cambio, el análisis del PNUD destaca que estos fondos, aportados por los contribuyentes, acaban profundizando la desigualdad e impidiendo la acción para combatir el cambio climático.

“La pandemia de covid-19 ha dejado al descubierto aspectos obsoletos de la economía mundial. Entre ellos, el hecho de que el mundo siga gastando miles de millones de dólares en subsidios a los combustibles fósiles, mientras cientos de millones de personas viven en la pobreza y la crisis climática se acelera. Ante este contexto, debemos preguntarnos si subsidiar los combustibles fósiles es un uso racional del dinero público”, dijo el administrador del PNUD, Achim Steiner.

Los subsidios a los combustibles fósiles son ineficientes y poco equitativos. En los países en desarrollo, cerca de la mitad de los recursos públicos que se destinan a apoyar el consumo de combustibles fósiles beneficia al 20% más rico de la población, según el FMI.



“Abordar los subsidios a los combustibles fósiles es una cuestión que tiene fuertes connotaciones políticas, pero los hechos demuestran que la reforma es necesaria y, cuando se hace correctamente, ayuda a los pobres, crea empleo y protege el planeta”, dijo George Gray Molina, Economista de la Dirección de Políticas y Apoyo a Programas del PNUD y coautor de la investigación. “Esperamos que esta investigación movilice el diálogo sobre el papel fundamental que puede desempeñar la reforma para impulsar transiciones verdes y justas en todos los países”.

El informe, publicado antes de las próximas reuniones del G20 y la COP26, se presenta en el contexto de un creciente reconocimiento de la necesidad de reformar los subsidios a los combustibles fósiles por parte de los economistas y políticos, así como del FMI y el Banco Mundial. El secretario de las Naciones Unidas, António Guterres, también ha hecho un fuerte llamamiento en favor de la reforma.

Para destacar los efectos enormemente negativos que tienen los subsidios a los combustibles fósiles en las personas y el planeta, el PNUD ha producido un interesante cortometraje como parte de una nueva campaña en la que uno de los animales extintos más conocidos del mundo, una dinosaurio, pronuncia un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en el que insta a los líderes mundiales a eliminar los subsidios a los combustibles fósiles y a no elegir la extinción.

Encabezada por un elenco de personalidades de todo el mundo, la actriz mexicana Eiza González, la actriz francosenegalesa, Aïssa Maïga, y el actor británico Stephen Fry, la campaña “No elijas la extinción” tiene por objeto despertar la conciencia pública sobre cómo los subsidios a los combustibles fósiles anulan los importantes progresos realizados hasta la fecha para poner fin al cambio climático e impulsan la desigualdad al beneficiar a los ricos.

El principal contribuyente a la emergencia climática es el sector energético, que representa el 73 % de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la actividad humana. Las reformas de los subsidios a los combustibles fósiles contribuirían a reducir las emisiones de CO2 y beneficiarían la salud y el bienestar de los seres humanos. Son además un primer paso hacia la fijación correcta de los precios de la energía para que reflejen el costo “verdadero” y total del uso de los combustibles fósiles para la sociedad y el medio ambiente.

No obstante, el análisis del PNUD muestra que las reformas de los subsidios a los combustibles fósiles también pueden ser injustas y perjudiciales para los hogares y la sociedad si están mal concebidas. Si bien estos subsidios tienden a ser un instrumento de desigualdad, ya que la mayor parte de los beneficios se concentra en los ricos, también representan una porción importante de los ingresos de las personas pobres que, de otro modo, deben pagar por el consumo de energía. La supresión de los subsidios a los combustibles fósiles podría convertirse fácilmente en una estrategia de empobrecimiento de los ingresos y de la energía. Esto contribuye a dificultar la reforma de los combustibles fósiles y constituye un obstáculo clave para la transición hacia fuentes de energía limpias y renovables.