Perspectivas. Reviven 'bosques azules' de Ciénaga de Mallorquín | El Nuevo Siglo
HENRY ALBERTO Cáceres, director de Barranquilla Verde (derecha) trabaja activamente en la siembra de mangle en la Ciénaga de Mallorquín.
/Barranquilla Verde
Miércoles, 25 de Mayo de 2022
Redacción Medio Ambiente

Los manglares son eficientes para almacenar carbono. Esto convierte a los bosques azules en una solución natural en la lucha contra el cambio climático, ya que son capaces de absorber hasta 10 veces más gases de efecto invernadero que otros bosques tropicales o ecosistemas terrestres.

Colombia cuenta con 290 mil hectáreas de manglares, entre ellas las 200 que se encuentran en Barranquilla y concretamente en la Ciénaga de Mallorquín, cuya tarea de siembra y recuperación está en marcha.

El Establecimiento Público Ambiental Barranquilla Verde le ha apostado a la recuperación integral de la Ciénaga de Mallorquín, “preciado e invaluable ecosistema, cuyo cuerpo de agua se encuentra en área urbana y de expansión urbana del Distrito principalmente”, estratégico para Colombia y la región, vital para la estabilización de la zona costera, la preservación y reproducción del recurso pesquero y, en consecuencia, garante de la seguridad alimentaria de quienes derivan su sustento de la pesca, además de poseer la cualidad de capturar mayores cantidades de CO2.

Pero, como es tradición, en el país la relación población-medio ambiente no es la ideal. De acuerdo con Henry Alberto Cáceres, director de Barranquilla Verde y quien participa activamente en la siembra de mangle, “este sistema ha venido sufriendo dramáticos cambios, especialmente relacionados con las variaciones de la urbanización de este espacio, en donde el principal elemento cambiante ha sido la propia ciénaga”.

Los principales agentes de degradación que han sido identificados son: sedimentación y pérdida de la profundidad; contaminación química y física por residuos sólidos y aguas residuales; rellenos y reducción del espejo de agua; deforestación del área de manglar y erosión costera.

La Gestión Integral del Manglar está orientada a restaurar aquellas áreas que por su composición, estructura y función mantienen unos altos niveles de alteración, presencia de tensionantes e interrupción de servicios o funciones ecosistémicas, y que deben ser manejadas a través de intervenciones de restauración, rehabilitación o recuperación ecológica.

En el 2017 la autoridad ambiental, en convenio con la Universidad del Atlántico, inició el proceso de caracterización ecológica del manglar en la Ciénaga de Mallorquín para efectos de restauración, evidenciándose que (…) “el manglar es de borde compuesto por tres especies: Rhizophora mangle (mangle rojo), Avicennia germinans (mangle negro) y Laguncularia racemosa (mangle amarillo); por fuera del núcleo del manglar propiamente dicho crece Conocarpus erectus (mangle Zaragoza)”.

“A pesar de la influencia humana y de las presiones de toda índole que actúan sobre la Ciénaga, el manglar aún conserva una estructura relevante y valores de complejidad ecológica que garantizarán su permanencia si se toman a tiempo y adecuadamente las medidas para proteger y mantener su área de influencia, que -al menos desde el punto de vista de la vegetación- deben estar enfocadas al control de los rellenos para establecer barrios y lugares subnormales de habitación, los vertimientos industriales, la deposición de sólidos y la tala (...)”, según Barranquilla Verde.

El proceso

En el marco del proceso de restauración ecológica participativa del ecosistema de manglar presente en Mallorquín, Barranquilla Verde, con el acompañamiento de la Universidad del Atlántico, en 2019 establecieron cinco parcelas de monitoreo en áreas de manglar en diferentes estados de cobertura, según indica Henry Cáceres.

Se sembraron 20.100 plántulas en áreas adecuadas para la revegetación, en jurisdicción urbana del Distrito de Barranquilla, y se instalaron tres parcelas para monitorear la revegetación o siembra.


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“Considerando que uno de los principales objetivos de un proceso de restauración o reforestación es contribuir con la recuperación o mejoramiento de bienes y servicios ecosistémicos, se seleccionó la barra de arena como área para la implementación de la reforestación buscando ampliar la cobertura de mangle en dicho sector, de tal modo que en el mediano o largo plazo se cuente con una franja más amplia de mangle rojo, que por sus características estructurales contribuya con la estabilización y protección de la línea de costa, ante el embate de fuertes vientos, oleaje, inundaciones y procesos de erosión costera”, explica Cáceres.

Añade que, “por tanto, se realizó la siembra de mangle rojo sobre una franja de dos mil metros de longitud y ancho variable entre seis y 12 metros, que conforma un polígono de 2,83 hectáreas, caracterizado por presentar baja profundidad y ser un área de fácil acceso, que favorece la caracterización ambiental y el transporte de material necesario para el proceso de reforestación y monitoreo”.

La siembra de las 22.100 plántulas de mangle rojo en los sitios priorizados previamente, estuvo a cargo de las comunidades de La Playa y Las Flores en periodos diferentes, de tal modo que se facilitaran los arreglos logísticos y operativos antes, durante y después de las actividades de siembra en campo.

Para 2020 y 2021 se continúa y fortalece el proceso de restauración, doblando prácticamente la meta de revegetación, y así repoblar otros sectores con 40 mil plántulas de mangle, fortaleciendo además las acciones de monitoreo de estructura y de revegetación o siembra, nuevamente con el acompañamiento de la Universidad del Atlántico.

“Las plántulas locales fueron producidas en tres viveros diferentes, propiedad de las asociaciones locales: uno de las Asociación de Pescadores de La Playa (Asoplaya), un segundo vivero perteneciente a la Asociación de Pescadores y Usuarios de Mallorquín (Asopesmar), y el último, vivero Poda Fumi, asociado a la Fundación para la Promotoría Ambiental y Desarrollo Sostenible Fundambiente”, señala Cáceres.

Otras actividades

“Paralelamente a las actividades de monitoreo y revegetación, se realizaron otras de limpieza de los tres box coulverts que comunican al río Magdalena con la Ciénaga y que permiten el paso de agua dulce a Mallorquín; igualmente se realizaron actividades de caracterización y monitoreo de fauna asociada al ecosistema de manglar, que serán permanentes, porque al garantizarse el éxito de la restauración, sobreviene un proceso de preservación de la cobertura de manglar recuperada”, indica Cáceres, quien lleva al frente de Barranquilla Verde dos años y medio y dice que su mayor satisfacción y la mayor recompensa es poder trabajar por el medio ambiente.

“En el proceso de siembra o restauración de mangle en la Ciénaga, hoy se cuenta con siete parcelas de monitoreo de estructura y 11 parcelas de monitoreo de la revegetación o siembra. Además, se iniciarán los estudios para determinar la capacidad de almacenamiento y captura de carbono de la estructura de manglar presente en la ciénaga dentro de nuestras parcelas de monitoreo, apostándole en un mediano plazo a proyectos de carbono azul como estrategia de conservación y apoyo a las comunidades de pescadores en la Ciénaga de Mallorquín”, señala Cáceres.