Una de las cinco propuestas ganadoras de la convocatoria de buenas prácticas y experiencias en agua y saneamiento para América Latina y el Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue la del Programa de Saneamiento del río Medellín, que por cerca de 50 años ha desarrollado EPM.
El galardón fue recibido por León Arturo Yepes Enríquez, gerente (e) de Gestión Aguas Residuales de EPM, durante una ceremonia especial realizada en el Foro Mundial del Agua en Brasilia, Brasil.
El Foro Mundial del Agua, considerado el principal evento de agua y saneamiento en el planeta, aborda hasta el viernes temas y experiencias relacionadas con el cuidado del agua y el saneamiento de ríos y cuencas.
En el concurso, convocado con motivo de la octava edición del Foro Mundial del Agua, tomaron parte 320 iniciativas provenientes de América Latina y el Caribe en nueve ejes temáticos que comprendían aspectos como: cambio climático, saneamiento y salud; desarrollo sostenible, gestión integrada de aguas urbanas y residuos, calidad del agua, biodiversidad, seguridad hídrica y gobernanza del agua.
Entre los ganadores hay propuestas de Brasil, Ecuador, Honduras, México y Colombia. En el caso de Colombia, el seleccionado fue el “Programa de Saneamiento del río Medellín-una gestión integral”, postulado por EPM.
Al celebrar esta buena noticia para la región, el Gerente General de EPM, Jorge Londoño De la Cuesta, indicó que “durante cerca de 50 años nuestra empresa ha trabajado para descontaminar el río Medellín y sus quebradas afluentes con una gestión integral del saneamiento, permitiendo que gran parte de la dinámica de la ciudad se realice en inmediaciones del río, entre ellas: la ciclovía, el alumbrado navideño, el asentamiento de las sedes de importantes empresas, el desplazamiento vial y algunos tramos del viaducto del metro, lo que ha contribuido al desarrollo del Valle de Aburrá y a la calidad de vida de millones de personas”.
En 2013, EPM recibió el Premio Agua y Saneamiento, en la categoría Saneamiento, otorgado por el BID y la Fundación Femsa por el “Programa de Saneamiento del Río Medellín”, destacando los logros obtenidos como un referente de ciudad a nivel latinoamericano.
Más vida para el río
En la década de los años 70, EPM comenzó el saneamiento del río Medellín, con el propósito de contribuir al cuidado del ambiente a través de la recolección, el transporte y el tratamiento de las aguas residuales generadas en la subregión. El éxito del Programa de Saneamiento del río Medellín, reconocido por el BID y ahora por el Foro Mundial del Agua, se fundamenta en un servicio de alcantarillado eficaz y eficiente, con altos beneficios para la comunidad asentada en los diez municipios del Valle de Aburrá. Desde 2005 la inversión en este Programa ha sido cercana a USD1.000 millones.
EPM cuenta hoy con un sistema de alcantarillado que atiende más de 1,1 millones de clientes, con 4.563 kilómetros de redes secundarias, colectores e interceptores, y dos grandes plantas de tratamiento de aguas residuales San Fernando, de 1,8 m3/s en funcionamiento, y Aguas Claras, de 5 m3/s y próxima a iniciar operación.
De manera integral, la empresa mantiene un modelo operativo en redes, que permite recolectar y transportar a la planta de tratamiento el agua residual en la cantidad y calidad esperada. Adicional a las estrategias tradicionales de mantenimiento, se cumple una gestión de instrumentación en las redes de aguas residuales con 73 estaciones de medición de caudal, 17 sensores de aliviaderos y ocho estaciones de medición de calidad de agua en línea.
Para los próximos años, EPM prevé eliminar cerca de 400 descargas de redes a las fuentes hídricas de mayor dificultad de saneamiento y la construcción de otras plantas de tratamiento de aguas residuales menores en los últimos tres municipios del norte del Valle de Aburrá.
El Programa de Saneamiento del río Medellín ha logrado una cobertura de recolección de aguas residuales estimada del 94% en los usuarios del Valle de Aburrá. Esta labor ha posibilitado mejorar las condiciones de salubridad, contribuido con la disminución de malos olores y hacer realidad la utilización de zonas aledañas a las quebradas y el río, permitiendo el desarrollo de la ciudad y el disfrute de actividades en estos sectores por parte de la comunidad.