Una dieta amigable con los animales, el medio ambiente, baja en sal, azúcar y grasas se condensa hoy en un nuevo estilo de vida
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CON la ola fitness, la protección animal y del medio ambiente surgieron nuevas formas de consumo como el veganismo o el vegetarianismo, pero en los últimos años la tendencia de la inclusión de las proteínas alternativas a la dieta impulsó el crecimiento de un nuevo estilo de vida: el flexitarianismo.
Hoy hablamos de personas que determinan la compra de sus alimentos por salud, bienestar, seguridad para el organismo y control de peso. Por ello, en los supermercados hemos ido encontrando ofertas alimenticias a base de proteína de soya, nueces, granos, legumbres, cereales, pescado, carnes magras, entre otras.
Sin embargo, los youtubers, los mismos veganos o vegetarianos y demás dinámicas de información han generado rumores acerca del consumo de las proteínas alternativas, que como lo afirma la consultora para Latinoamérica del negocio Nutrición y Salud de la multinacional DuPont, Bárbara Peters: “hoy está de moda el terrorismo alimentario, entonces todo provoca cáncer, todo provoca muchas enfermedades, pero la verdad es otra”.
Por eso EL NUEVO SIGLO habló con la especialista en nutrición y PhD en Salud Pública de la Universidad de São Paulo, Bárbara Peters, quien nos aclaró los mitos y realidades, los beneficios y restricciones del consumo de proteínas alternativas.
EL NUEVO SIGLO: La tendencia del consumo de proteínas vegetales o animales impulsó al surgimiento del flexitarianismo, ¿en qué consiste esta nueva categoría de consumidores?
BÁRBARA PETERS: Son personas que les gusta la carne, la leche, la comida de origen animal, pero tienen una conciencia de que consumir proteínas de animales hace daño al mundo, a la tierra y entonces una o dos veces por semana hasta tres cambian todas las proteínas animales por proteínas vegetales. También están preocupados por el bienestar animal y otras cosas como la sostenibilidad. Pero les gusta comer carne, las proteínas animales. Con el aumento de los vegetarianos, los veganos y flexitarianos, la industria empezó a trabajar más para desarrollar proteínas vegetales de alta calidad y así las personas tienen la alternativa de cambiar la proteína animal por la vegetal.
ENS: ¿Qué es mito y qué es realidad sobre las proteínas alternativas?
BP: Existe el mito de que las proteínas son iguales, pensamos que la proteína es proteína y punto. Pero en realidad tenemos proteínas buenas y malas, así como el azúcar que también hay buena y mala, lo mismo que con las grasas.
El mito mayor es que ninguna proteína vegetal es tan buena como las que tienen proteínas de animales, mentira. La proteína, por ejemplo de soya, es tan buena como las proteínas animales. Dicen que la soya es mala porque cambian las hormonas en los niños, eso es imposible, ya tenemos muchos estudios comprobando que la soya es incapaz de cambiar las hormonas de los hombres, no van a tener mamas, ni van a quedar infértiles, ningún otro tipo de problemas. También hay unos mitos por las personas que son veganas, vegetarianas, médicos y muchos nutricionistas dicen que van a generar enfermedades, pero no es verdad. Aunque puede faltar un día la vitamina B12, la podemos tomar en cápsulas y en suplementos.
ENS: ¿Cuáles son las proteínas alternativas?
BP: La mejor es la proteína de la soya, es la única que tiene todos los aminoácidos esenciales. Después está la arveja que le falta un aminoácido esencial pero que ayuda a una buena digestión y después las otras, hasta llegar a la almendra, que no es tan buena, pero a las personas que les gusta pueden hacer una mezcla con la soya, la arveja y así con las demás.
ENS: ¿Qué beneficios tiene practicar el flexitarianismo?
BP: Las proteínas vegetales tienen beneficios, principalmente la soya, porque disminuye el colesterol, lo que la proteína animal no hace; baja la presión arterial, que para eso es muy buena la proteína de arveja; tenemos también el aumento de la saciedad, entonces las personas que quieren perder peso es interesante consumir más proteínas y podemos conseguir proteínas de alta calidad que tienen el mismo efecto de las proteínas animales para la saciedad. De igual forma se da un cambio del microbio intestinal con el aumento de la cantidad de las bacterias buenas, entonces la digestión es mejor; el sistema inmune se beneficia y disminuye la grasa abdominal, la proteína aislada de soya es importante para eso. Tenemos muchos beneficios para la salud con las proteínas vegetales.
ENS: ¿Cómo saber qué proteínas son las apropiadas?
BP: Algo que está ocurriendo es que las madres están reemplazando la leche de vaca por la de almendras, pero la proteína de la leche es súper buena y de alta calidad, en cambio la de almendras no lo es. Entonces a las madres les recomendamos que no cambien la leche, es recomendable mezclar la leche de almendra con otras proteínas vegetales para obtener una proteína de alta calidad y para conseguirla se tiene que escoger la de la soya y de la arveja, que son las más importantes.
ENS: ¿Es una dieta alimentaria que pueden hacer todos?
BP: Todos, es para todas las edades. Hasta los dos años de edad debemos tener cuidado con lo que le damos a los niños, sobre todo con todos los productos que son alergénicos. Pero tenemos que probarlos, si no ocurre nada en los niños, está muy bien, siempre teniendo en cuenta que la alergia a la proteína de la leche de la vaca es súper fuerte y la alergia a la proteína de la soya es más débil porque son solamente unos brotes y luego se va.
ENS: ¿Qué aspectos hay que tener en cuenta para hacer esta dieta?
BP: Todo en exceso es perjudicial. Hoy está súper de moda consumir productos con altísimo contenido de proteínas, pero debemos tener mucho cuidado. Si no somos deportistas, consumir cantidades de ocho gramos hasta 15 gramos de proteína, pero si hacemos actividad física constante y fuerte podemos ingerir hasta 45 gramos sin problema. También se debe siempre comer todo con moderación, no hay nada que haga daño pero es que hoy está de moda el terrorismo alimentario, entonces dicen que todo provoca cáncer o muchas enfermedades. Pero no, todas las comidas son buenas desde que lo hagamos con moderación.