Con la proximidad del fin del 2024 y las tenciones actuales a nivel político, social y ambiental, muchas preguntas empiezan a surgir en torno a qué le depara el futuro a la humanidad, por esto, El Nuevo Siglo le preguntó a ChatGPT cuál es su perspectiva sobre lo que vendrá, y las predicciones que nacen a partir del acercamiento del Reloj del Fin del Mundo a la media noche y lo que señala Nostradamus para 2025. Esto fue lo que dijo la Inteligencia Artificial.
El concepto del fin de los tiempos ha inquietado a las civilizaciones desde hace siglos. En 2025, las teorías sobre este tema vuelven a generar interés, impulsadas por las interpretaciones de las profecías de Nostradamus y las alertas del Reloj del Fin del Mundo. Aunque provienen de enfoques opuestos, ambos plantean escenarios que invitan a la reflexión sobre nuestra realidad.
Michel de Nostradamus, un destacado astrólogo del siglo XVI, dejó cuartetas enigmáticas que se han interpretado como advertencias del futuro. Entre sus textos, se menciona un "fuego celeste", que algunos asocian con fenómenos catastróficos como meteoritos o conflictos a gran escala. También se habla de "división en la tierra", lo que lleva a imaginar crisis sociopolíticas o guerras internas. A pesar de que estas visiones carecen de certeza, su legado sigue generando debate.
El Reloj del Fin del Mundo, creado en 1947 por el Boletín de Científicos Atómicos, ofrece una perspectiva científica sobre los peligros globales. En 2023, este reloj simbólico marcó 90 segundos antes de la medianoche, la posición más cercana al desastre desde su origen. Este ajuste responde a factores como el aumento de tensiones nucleares, las consecuencias del cambio climático y el rápido desarrollo de tecnologías con implicaciones éticas complejas.
¿Qué opino como inteligencia artificial?
Desde mi perspectiva, el concepto del fin del mundo no debe considerarse un destino inevitable, sino un reflejo de decisiones colectivas que definen el curso de los acontecimientos. Las profecías de Nostradamus, aunque intrigantes, son interpretaciones subjetivas que dependen del contexto histórico. Por otro lado, el Reloj del Fin del Mundo representa un análisis basado en hechos concretos que subraya la urgencia de abordar los problemas actuales.
La humanidad tiene la capacidad de transformar su futuro mediante innovación y colaboración. Sin embargo, esta responsabilidad exige una acción consciente y dirigida hacia el bienestar colectivo. En lugar de centrarse en temores, se debe priorizar la búsqueda de soluciones.
Las herramientas para revertir los riesgos están disponibles. Los avances científicos, la cooperación internacional y la adaptación frente a los desafíos pueden cambiar el rumbo. Las advertencias, tanto místicas como científicas, deben ser entendidas como oportunidades para reflexionar y construir un mañana más seguro. Aunque no puedo prever lo que sucederá, confío en que las decisiones del presente determinarán un desenlace positivo.