Siete acciones para retribuir a las áreas protegidas | El Nuevo Siglo
Fotos ©Rodrigo Durán
Miércoles, 19 de Octubre de 2022
Redacción Medio Ambiente

Proteger las muestras de toda la biodiversidad existente en el planeta, mantener los servicios de la naturaleza (como la provisión de agua y la captura de carbono), incrementar la resiliencia frente al cambio climático, y mejorar la salud y calidad de vida de las personas, son solo algunas de las razones por las que existen las áreas protegidas, esos santuarios naturales que hoy ocupan el 15% de la superficie terrestre del planeta y cerca de un 8% de la cobertura de la superficie marina y conjugan una gran cantidad de elementos culturales y sociales.

“En el caso particular de los latinoamericanos hay una conexión directa entre las áreas protegidas, el desarrollo y el buen vivir. Nuestras comunidades y culturas tienen una relación estrecha con la producción agrícola, el aprovechamiento de los recursos naturales, las manifestaciones del agua en la naturaleza…”, explica Carlos Mauricio Herrera, especialista de Áreas Protegidas y Estrategias de Conservación en WWF Colombia.

Por eso, celebramos su existencia y recordamos que mejorar su manejo y gestión nos permite fortalecer nuestra relación con elementos como la tierra, el agua y el aire, además de proteger tradiciones ancestrales, beneficiar las economías locales y conmemorar el patrimonio natural del mundo.

Con esto está de acuerdo Claudio Maretti, promotor del Día Latinoamericano de las Áreas Protegidas esta celebración que fue concebida en el tercer Congreso de Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe (2019), quien asegura que son la mejor herramienta que tiene la humanidad para conservar sus valores culturales, además de la naturaleza y sus beneficios.

Estas son 7 acciones para retribuirles a las áreas protegidas los beneficios que proporcionan:

1. Infórmese: Identifique las áreas protegidas más cercanas al lugar que habita, conozca cuáles son los beneficios que proporcionan y entienda de qué manera puede relacionarse con ellas (visitante, voluntario, veedor, investigador, participante en espacios de educación ambiental, etc.).

2. Visítelas: Una gran cantidad de estos sitios tienen vocación ecoturística, es decir, ofrecen actividades abiertas al público como el senderismo, el avistamiento de especies, el buceo, el kayak y las caminatas en alta montaña. Para esto, compruebe que haya operadores turísticos autorizados y, una vez haga la visita, cumpla con las normas de seguridad y comportamiento que indique la administración.



3. Consuma sus productos: Muchas de las áreas protegidas son de uso múltiple, lo que quiere decir que además de contribuir a la protección de los recursos naturales y los sistemas ecológicos, aportan de forma significativa a las economías locales al promover sistemas productivos sostenibles. El café, la miel, el pescado y los productos agrícolas son algunos alimentos que pueden tener origen en estos lugares, además de elementos como artesanías. Por eso, luego de informarse sobre qué áreas protegidas tiene cerca, identifique qué iniciativas surgen en ellas y apóyelas.

4. Defiéndalas: Hay distintas autoridades y entidades que se encargan de la administración, conservación y control en las áreas protegidas, entre ellas, Parques Nacionales Naturales de Colombia, las Corporaciones Autónomas Regionales y la Policía Ambiental. Al identificarlas, puede involucrarse en los programas y proyectos que tienen disponibles para la sociedad civil, y sobre todo, denunciar ante ellas actividades como el tráfico de especies, la extracción de madera ilegal, la deforestación, la minería y el turismo no regulado.

5. Sea su embajador: No se defiende lo que no se conoce, por eso, aproveche sus redes sociales (virtuales y presenciales) para difundir mensajes sobre la importancia de conservar estos lugares que resguardan la magnífica biodiversidad del país. Sus acciones pueden hacer que otros se enteren de dónde están ubicadas las áreas protegidas, qué comunidades dependen de ellas, qué productos sostenibles se originan allí, qué amenazas enfrentan y qué especies animales y vegetales las integran.

6. Investígalas: Si hace parte de un grupo de investigación universitario, un colectivo ambiental o un proyecto de conservación local, tenga en cuenta que las áreas protegidas son un laboratorio vivo para conocer la diversidad y los servicios ecosistémicos que brindan. En 2018, hubo solo 85 investigaciones realizadas en los Parques Nacionales Naturales de Colombia, una cifra muy baja si se tienen en cuenta la cantidad de universidades, centros de investigación y grupos académicos que podrían estar produciendo conocimiento basado en la riqueza natural del país.

7. Crea tu propia área protegida de carácter privado: Cualquier persona natural o jurídica con interés en la conservación, puede inscribir un predio propio ante Parques Nacionales Naturales de Colombia como una Reserva Natural de la Sociedad Civil. Esta figura privada del Sistema Nacional de Áreas Protegidas permite que se mantengan muestras de ecosistemas naturales y, al mismo tiempo, que allí se desarrollen actividades de producción sostenible.