Siete formas de detener desertificación y combatir sequía | El Nuevo Siglo
EL SUELO es algo más que la tierra bajo nuestros pies./Unsplash/Roman Synkevych
Martes, 4 de Junio de 2024
Redacción Medio Ambiente

La tierra sustenta la vida en la Tierra. Espacios naturales como bosques, tierras de cultivo, sabanas, turberas y montañas proporcionan a la humanidad los alimentos, el agua y las materias primas que necesita para sobrevivir.

 

Sin embargo, más de 2.000 millones de hectáreas de la tierra mundial están degradadas, lo que afecta a más de 3.000 millones de personas. Ecosistemas vitales e innumerables especies están amenazados. Ante sequías más graves y prolongadas, tormentas de arena y temperaturas en aumento, es decisivo que encontremos maneras de impedir que la tierra seca se vuelva desierto, que las fuentes de agua dulce se evaporen y que el suelo fértil se convierta en polvo.

Aunque pueda parecer una tarea insuperable, no lo es, dicen los expertos. Mañana se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, que pondrá de relieve cómo se ayuda a acabar con la degradación de la tierra y restaurar los paisajes degradados.

 

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) dio a conocer siete maneras de participar en la restauración de ecosistemas en el Día Mundial del Medio Ambiente.

1. Hacer sostenible la agricultura. En todo el mundo, al menos 2.000 millones de personas, sobre todo de las zonas rurales y más pobres, dependen de la agricultura para su subsistencia. Sin embargo, los sistemas alimentarios actuales son insostenibles y uno de los principales motores de la degradación del suelo. Se puede hacer mucho para solucionarlo. Los gobiernos y el sector financiero pueden promover la agricultura regenerativa para aumentar la producción de alimentos preservando al mismo tiempo los ecosistemas. 

2. Salvar los suelos. El suelo es algo más que la tierra bajo nuestros pies. Es el hábitat más biodiverso del planeta. Casi el 60% de todas las especies viven en el suelo y el 95% de los alimentos que comemos proceden de él. Un suelo sano actúa como sumidero de carbono, ya que retiene los gases de efecto invernadero que de otro modo entrarían en la atmósfera, desempeñando un papel decisivo en la mitigación del cambio climático. 

Para mantener el suelo sano y productivo, los gobiernos y el sector financiero pueden apoyar la agricultura ecológica y respetuosa con el suelo. Las empresas agrícolas pueden practicar la labranza cero, una técnica que consiste en cultivar sin perturbar el suelo mediante la labranza para mantener la cubierta orgánica del suelo. 

3. Proteger los polinizadores. Tres de cada cuatro cultivos que producen frutos y semillas dependen de los polinizadores. Las abejas son los polinizadores más prolíficos, pero reciben mucha ayuda de murciélagos, insectos, mariposas, pájaros y escarabajos. De hecho, sin los murciélagos, podemos despedirnos de los plátanos, los aguacates y los mangos. A pesar de su importancia, todos los polinizadores están en grave declive, especialmente las abejas.

Para protegerlas, la gente debe reducir la contaminación atmosférica, minimizar el impacto adverso de los pesticidas y fertilizantes, y conservar las praderas, bosques y humedales donde prosperan los polinizadores.

4. Restaurar los ecosistemas de agua dulce. Los ecosistemas de agua dulce sostienen los ciclos del agua que mantienen fértil la tierra. Suministran alimentos y agua a miles de millones de personas, nos protegen de sequías e inundaciones y sirven de hábitat a innumerables plantas y animales. Sin embargo, están desapareciendo a un ritmo alarmante debido a la contaminación, el cambio climático, la sobrepesca y la sobreexplotación.

La gente puede poner fin a esta situación mejorando la calidad del agua, identificando las fuentes de contaminación y vigilando la salud de los ecosistemas de agua dulce.

5. Renovar las zonas costeras y marinas. Los océanos y los mares proporcionan a la humanidad oxígeno, alimentos y agua, al tiempo que mitigan el cambio climático y ayudan a las comunidades a adaptarse a condiciones meteorológicas extremas. Más de 3.000 millones de personas, principalmente en los países en desarrollo, dependen de la biodiversidad marina y costera para su subsistencia.

Para asegurar este precioso activo para las generaciones venideras, los gobiernos pueden acelerar la aplicación del Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal. Los países pueden restaurar los ecosistemas azules -incluidos los manglares, las marismas saladas, los bosques de algas y los arrecifes de coral- al tiempo que aplican una normativa estricta sobre la contaminación, el exceso de nutrientes, las escorrentías agrícolas, los vertidos industriales y los residuos plásticos para evitar que se filtren en las zonas costeras.

6. Devolver la naturaleza a las ciudades. Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. Para 2050, se prevé que dos de cada tres personas vivan en un centro urbano. Las ciudades consumen el 75% de los recursos del planeta, producen más de la mitad de sus residuos globales y generan al menos el 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Pero las ciudades no tienen por qué ser selvas de hormigón. Los bosques urbanos pueden mejorar la calidad del aire, dar más sombra y reducir la necesidad de refrigeración mecánica. Conservar los canales, estanques y otras masas de agua de las ciudades puede aliviar las olas de calor y aumentar la biodiversidad. Instalar más tejados y jardines verticales en nuestros edificios puede proporcionar hábitats para pájaros, insectos y plantas. 

7. Generar financiación para la restauración. Las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza deben más que duplicarse hasta alcanzar los 542.000 millones de dólares en 2030 para cumplir los objetivos mundiales en materia de clima, biodiversidad y restauración de ecosistemas. 

Para cerrar la brecha financiera existente, los gobiernos podrían invertir en sistemas de alerta temprana para prevenir los peores impactos de la sequía, así como financiar actividades de restauración de tierras y soluciones basadas en la naturaleza.