El avance científico ha permitido desarrollar innovadoras alternativas de diagnóstico para varios tipos de cáncer, en particular el de pulmón, pues ha cobrado gran importancia al ser uno de los tipos que más ha crecido tanto en Colombia como a nivel mundial, posicionándose en los primeros lugares en términos de prevalencia.
Estos nuevos métodos de diagnóstico se caracterizan por su precisión y rapidez, debido a que ayudan a conocer las características moleculares del tumor, facilitando al paciente el acceso a un tratamiento adecuado y ajustado a su perfil clínico, lo que contribuye a aumentar la supervivencia de la enfermedad y a mejorar la calidad de vida.
Cuando los médicos sospechan que un paciente puede tener cáncer de pulmón ordenan tomar una muestra del tumor (biopsia) para examinarlo. Una vez tomada la muestra se envía para el análisis, el cual está a cargo de un patólogo, quien observa a través de un microscopio las células del tejido tomado del pulmón del paciente y determina si éste padece cáncer.
Una vez el patólogo confirma el diagnóstico de cáncer de pulmón, lo clasifica de acuerdo a su histología y emite el correspondiente informe de patología que orientará al oncólogo clínico para que solicite una o varias pruebas de testeo molecular. Con estas pruebas se determinan las características del tumor a profundidad y en detalle, lo que sería equivalente a establecer su huella digital.
El testeo molecular utiliza tecnología de punta para analizar el perfil molecular del tumor con el fin de: identificar mutaciones (alteraciones) en el ADN del tumor así como identificar niveles específicos de proteínas presentes en el tumor
A través de esta prueba, el oncólogo clínico busca la presencia de alteraciones en alguno de los genes responsables del cáncer de pulmón. Dichas alteraciones normalmente se presentan entre el 10% y el 40% de los pacientes con cáncer de pulmón de célula no pequeña (un subtipo histológico). Por ejemplo, en nuestro país ya se conoce que el 24.7% de los pacientes con cáncer de pulmón de célula no pequeña son portadores de mutaciones en el gen EGFR (Epidermal Growth Factor Receptor por sus siglas en inglés), el cual está estrechamente relacionado con este tipo de cáncer.
Así, con base en la información recolectada, los oncólogos clínicos definen el mejor tratamiento para el paciente tomando como principio la medicina personalizada, ofreciéndole la posibilidad de recibir terapias dirigidas. Estas últimas han sido desarrolladas con el objetivo de apuntar únicamente a las células cancerosas, ofreciendo un mayor beneficio clínico y menores efectos secundarios.
En Colombia esta prueba se realiza desde hace 8 años, específicamente en la Fundación para la Investigación Clínica y Molecular aplicada del Cáncer, FICMAC, permitiendo el diagnóstico efectivo y certero de aproximadamente 8.500 pacientes con cáncer de pulmón.
El director médico científico de FICMAC contó a EL NUEVO SIGLO “la genómica no es solo para detectar el cáncer de pulmón. Lo que pasa es que donde más se ha desarrollado este conocimiento es en el caso del pulmón, que además es el mayor ‘asesino’ en el planeta. La genómica está distribuida para todas las patologías tumorales, incluso tenemos paneles que sirven para conformar los tratamientos en tumores raros”.