La forma en la que decidimos vivir esta temporada de festividades tiene un impacto directo en el mundo que queremos crear, pues lo que comemos, lo que regalamos, cómo celebramos y cómo nos vestimos para ocasiones especiales como la Navidad y Año Nuevo, son decisiones que impactan a la naturaleza, nuestro principal sustento de vida.
La solución no está en dejar de hacerlo, sino en cómo hacerlo. Por eso, en este cierre de año, WWF comparte una serie de recomendaciones con las que podremos lograr que nuestras decisiones y acciones nos cuesten menos tanto a las personas como al planeta:
Si va a regalar…
1. Piense en calidad, no en cantidad: todos hemos recibido un regalo que tal vez necesitábamos. Por eso, invierta tu tiempo escogiendo uno que sea útil y que no impacte tanto al medioambiente. Muchas veces una experiencia o un recuerdo memorable genera mayor recordación que un objeto, y ahí los entornos naturales (parques y reservas naturales) pueden ser un buen aliado. Así, reduces las posibilidades de regalar algo que termine contaminando el planeta (o calentándolo más), y puede ser mejor para tu bolsillo.
2. La clave está en los materiales: fíjese de qué está hecho lo que quiere regalar y asegúrese de que, si es de papel o madera, provenga de materiales reciclados o haya una garantía de que su producción no afecta negativamente la naturaleza (el sello FSC es una de las certificaciones existentes). Evita plásticos de un solo uso para tus regalos, pues seguramente terminarán en los océanos o, si vas a obsequiar ropa o comida, procura que sean orgánicos.
3. El empaque dice mucho: el mejor residuo es aquel que no se genera e infortunadamente el mal manejo de nuestros desechos está llenando el océano de plástico y aumentando la temperatura del planeta a ritmos peligrosos. Llevar bolsas reutilizables al momento de comprar y escoger regalos con muy poco empaque, o sin este, es lo ideal. En caso de que quieras o sea necesario empacarlos, hay formas de reducir el impacto: compra local (a menor distancia, menos empaques se requieren para proteger y conservar ese objeto); revisa que el empaque que escogiste sea reciclable o tenga sello FSC; o reutiliza los que tengas en casa (empacar con tela también es una buena opción y hay una técnica japonesa para hacerlo: Furoshiki).
También, evite el uso de moños, cintas plásticas, y papel regalo o tarjetas con apariencia metálica o escarcha.
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Cuando vaya a cocinar o comer…
4. Reduzca el desperdicio de alimentos: producir comida requiere grandes cantidades de agua y suelo (necesitamos 160 litros de agua para producir 1 solo banano) y, sin embargo, 4 de cada 1o alimentos que se producen en el mundo nunca llegan a consumirse. Planea bien lo que vas a cocinar, compra solo que necesites para preparar esa receta, sírvete lo que te vayas a comer y, si sobra, almacénalo de forma que se conserve bien (en recipientes o empaques reutilizables) y puedas reutilizarlo en otra receta o consumirlo luego.
5. Coma local y de temporada (y no olvide las frutas y verduras): transportar los alimentos desde su origen hasta el supermercado genera gases efecto invernadero y entre más lleguen a la atmósfera, el cambio climático se agudizará. Compre alimentos que se produzcan en Colombia y, ojalá, cerca de donde vive, pero además, que estén en temporada (así, evitamos que todo lo que se produjo vaya a la caneca). Si bien las frutas y verduras son determinantes para tener una alimentación sana, en Colombia son los alimentos que más se pierden o desperdician. Aprenda cómo cocinarlas y combinarlas, y sácale provecho a la inmensa diversidad que existe en nuestro país.
El día de la celebración…
6. Decore con el planeta en mente: evite usar manteles o servilletas desechables (en su lugar utilice los que son de tela y tienen un ciclo de vida más largo que los de papel o plástico); nunca utilice la comida para decorar si finalmente no se la va a comer; reutilice la decoración de años anteriores o cree una nueva usando materiales que ya tiene en casa; prefiera las luces LED, pues consumen menos energía y duran más, y no las deje prendidas toda la noche. Si va a comprar un árbol navideño sintético, asegúrese de usarlo al menos por 10 años y de que sea reciclable. La creatividad ayudará a que tu decoración no acabe en la basura y perjudique a la naturaleza.
7. Revise muy bien su armario: trate de usar ropa que ya tiene, de darle un giro con accesorios diferentes y, si no te convence, busca ropa de segunda mano, fabricada con criterios de sostenibilidad o ¡pide prestado! Para que te hagas una idea del impacto que la producción de ropa tiene en la naturaleza, acá un par de datos: fabricar un par de jeans le cuesta al planeta 8.000 litros de agua; una camiseta, 4.100 litros, y una chaqueta de cuero o unos zapatos, 8.500 litros.