por Jean DECOTTE
El apoyo de los jugadores y la afición no bastó: el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, fue destituido este lunes al término de una segunda temporada más decepcionante que la primera, que lo consagró como artífice de la 10ª Champions del club.
Un año y un día después de conquistar "la décima", el técnico italiano de 55 años fue relevado sin miramientos pese a que varias figuras del vestuario, entre ellas Cristiano Ronaldo, habían defendido públicamente su causa.
"La junta directiva ha adoptado esta tarde la decisión de relevar a Carlo Ancelotti como entrenador del Real Madrid", afirmó en una muy esperada rueda de prensa el presidente del club, Florentino Pérez.
"En el Real Madrid la exigencia es máxima y creemos que es el momento de dar un nuevo impulso que nos permita conquistar nuevos títulos y alcanzar nuestro máximo nivel competitivo en una nueva etapa", agregó, sin más explicaciones.
El técnico italiano había dicho y repetido que su contrato acaba en junio de 2016 y que le habría gustado seguir en el club hasta entonces, pese a terminar la temporada sin un título mayor (Liga-Copa-Liga de Campeones).
"Me quedo con el recuerdo de dos años fantásticos en el Real Madrid. Gracias al club, a esta afición y a mis jugadores. Hala Madrid y Nada Más", escribió Ancelotti en su cuenta twitter tras el anuncio del club de cesarlo.
Con una Copa del Rey y una Liga de Campeones conquistadas en la primavera del año pasado, después una Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes a finales de año, 'Carletto' dejó su huella en Madrid. Pero, también una gran cantidad de energía, hasta el punto de que dijo planear tomarse un año sabático si era despedido.
Al menos que el AC Milan, club que llevó a ganar dos Champions League (2003, 2007), se muestre particularmente convincente. En campaña electoral el sábado cerca de Nápoles, el presidente milanista Silvio Berlusconi aseguró que Ancelotti volvería "si el Real Madrid le dejase libre".
- El vestuario y la afición -
Después de las tormentas de la era José Mourinho (2010-2013), Carlo Ancelotti llegó al Real Madrid en el verano boreal de 2013 para calmar a un vestuario encendido y profundamente dividido. Por su calma, su bondad y su gran experiencia, el italiano se ganó el apoyo de los pesos pesados del equipo madrileño.
"Super entrenador y un hombre increíble. Espero que trabajemos juntos la temporada que viene", tuiteó Cristiano Ronaldo en la noche del sábado.
Ese día, Ancelotti vivió su último encuentro como entrenador del Real Madrid, y lo hizo lejos del banquillo, en un palco privado debido a una sanción.
Sin embargo, su nombre fue ovacionado por los aficionados que acudieron al estadio Santiago Bernabéu.
El público madrileño no olvida el éxito de Lisboa hace un año: Ancelotti condujo al Real a su ansiada 'Décima' Copa de Europa tras doce años de espera.
Según una encuesta a 725 "socios" publicada este lunes por el diario deportivo español Marca, el 73% de los encuestados apoyaban la continuidad de Ancelotti.
"Como todos se pueden imaginar, ha sido una decisión muy difícil" destituirlo, "pero no hemos venido aquí a tomar decisones fáciles, sino a tomar aquellas decisiones que creemos son las mejores para una institución que es referencia en el mundo", explicó este lunes Florentino Pérez.
- Un sucesor 'que hable español' -
"La próxima semana daremos a conocer el nombre del nuevo entrenador", agregó el presidente, que corre ahora el riesgo de no encontrar en el mercado a un técnico de este calibre y que provoque una tan gran unanimidad.
En este contexto, su sucesor se verá sometido a una fuerte presión.
La prensa española baraja los nombres de los españoles Rafael Benítez (Nápoles) o Michel (extécnico del Olympiacos) y el del alemán Jürgen Klopp (que deja el borussia Dortmund).
"Estaría bien que hablase español", se limitó a decir Pérez.
El 'caso' Ancelotti recuerda a lo ocurrido con Vicente del Bosque: el técnico español (1999-2003) no fue renovado por Pérez pese a ganar la Liga española un año después de ganar la Liga de Campeones (2002) y contar con el apoyo del vestuario y la afición/AFP.