Al igual que el fenómeno que se está presentando en el mundo con la inflación, el costo de vida en Colombia superó todas las previsiones, incluso las del Banco de la República quedaron muy bajas con el resultado de 5,62% de 2021.
Tanto en Europa como en Asia, Estados Unidos, Latinoamérica y Colombia, el elevado precio de los productos está afectando todos los bolsillos. Una de las razones directas, es el alto costo que los países están asumiendo por trasladar materia prima y producir alimentos o generar productos y servicios básicos de la canasta familiar.
Sin embargo, este es un problema que no se puede resolver en el corto plazo, por lo que se prevé que este año la inflación va a continuar al alza, como ya lo pronostican expertos.
El pronóstico que tiene el Banco de la República para ese año de 3,7% se va a quedar corto.
Aunque el Gobierno todavía no tiene un plan claro sobre esta situación y se espera que ante este panorama preocupante adopte alguna medida que reduzca o por lo menos estabilice los precios, la situación es complicada.
Sin duda al ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, deberá hacer esfuerzos adicionales para lograr que el impacto del costo de vida no afecte las metas de crecimiento este año.
El panorama para 2022 llega cargado de grandes cambios en los precios de los servicios e impuestos que deben cancelar los colombianos, que, a pesar de tener un aumento en el salario mínimo, ven con dificultades el pago de sus obligaciones luego del impacto económico que dejó la pandemia del covid-19.
Con el cambio de año también llegan los aumentos y para este 2022, con el incremento del salario del 10,7% y una inflación del 5,62%, la vida de los colombianos tendrá significativos cambios.
Las razones
De acuerdo con María Paula Castañeda, economista de BBVA Research para Colombia, “en los próximos meses esperamos que la inflación continúe al alza, alcanzando su pico en el primer trimestre del año algo por encima del 6,0%. Las razones del alza son una normalización de precios por políticas implementadas por el gobierno, la indexación de precios a una inflación más alta, el incremento del salario mínimo muy por encima de la inflación y un efecto rezagado de la reciente devaluación del tipo de cambio en los precios y el incremento internacional de los insumos”.
La inflación en 2021 se aceleró a lo largo del año y cerró en 5,62%, el registro más alto en los últimos cinco años y muy superior al 1,61% que registró al cierre de 2020. Los alimentos, que cerraron el año con una inflación del 17,23%, fueron los protagonistas. Señala la experta que “únicamente esta división, dentro de las 12 divisiones de gasto, contribuyó con más de la mitad de la aceleración de la inflación en el año, especialmente en el último semestre, cuando las proteínas animales comenzaron a registrar los mayores incrementos y se observó un aumento de los precios internacionales de los insumos que afectó la estructura de costos del sector agrícola y se ha ido transmitiendo sobre otros rubros como los restaurantes”.
Sostiene la analista que “en el segundo semestre del año, veríamos una desaceleración de la inflación que iría de la mano de una desaceleración en los alimentos y con esto cerraría el año cerca del 4,5%”.
Espiral alcista
Por su parte, Jackeline Piraján, economista de Scotiabank Colpatria, explicó que “para las personas en condición de vulnerabilidad, la inflación fue de cerca del 20% superior a la del promedio nacional, pues enfrentaron una inflación del 6,85%”.
Por su parte, Ramón Javier Mesa, profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Antioquia, dijo que independiente del resultado de la inflación en 2021, es evidente que hay una espiral alcista de precios, como resultado, especialmente, de los efectos del aumento en el precio del dólar que afecta directamente el precio de los insumos, así como del incremento del 10,07% en la remuneración mínima que afecta los costos salariales e impulsa la informalidad”.
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Sin embargo, esa condición del incremento salarial debería tener efecto para este año, como también lo deberán reflejar otros indicadores, como es el caso de los peajes a cargo del Invías, los pagos de los arriendos, los avalúos catastrales y también la inflación funciona como un tope para el incremento de las matrículas en los colegios.
Camilo Pérez, gerente de investigaciones económicas de Banco de Bogotá, destacó que se debe tener en cuenta que “hay varios productos y servicios que están indexados a la inflación del año anterior”. Según Pérez, un ejemplo claro son los arriendos, pues “estos se ajustan durante 2022 con la inflación que estuvo vigente al cierre de 2021, lo que quiere decir que apenas empiecen a ajustarse esos contratos comenzarán a tener una variación anual de 5,26%. De esa manera, una inflación alta como la que tuvimos en 2021 va a afectar también la de 2022”.
De acuerdo con la economista Piraján, “la inflación continuaría acelerándose por lo menos durante el primer trimestre del año, pues vamos a tener los ajustes usuales en precios como arriendos, peajes, servicios de salud, servicios de restaurantes, servicios domésticos entre otros, que usualmente se incrementan basados en la inflación pasada y en el incremento del salario mínimo”.
La experta aseguró que a lo anterior se suma la reversión de la bajada de precios generada por los días sin IVA del último trimestre del 2021 y la vuelta de algunos impuestos como el impoconsumo en restaurantes. Así, desde Scotiabank se espera que la inflación se aproxime al 6% en el primer trimestre del año y que en el segundo semestre empiece a decrecer a algo más cercano al 4% anual.
Los últimos años en que se había tenido inflación alta fueron 2016 (5,75%) y 2015 (6,77%), ligados a la crisis internacional que se dio durante estos dos años.
Las razones del incremento
El director del DANE, Juan Daniel Oviedo, aseguró a los medios que “el comportamiento anual del IPC total en diciembre de 2021, que fue del 5,62%, se explicó principalmente por la variación anual de las divisiones Alimentos y bebidas no alcohólicas y Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles. Las mayores variaciones se presentaron en las divisiones alimentos y bebidas no alcohólicas con el 17,23% y restaurantes y hoteles con el 8,83%”.
Asimismo, se presentó un incremento en secciones como transporte con el 5,69%; las bebidas alcohólicas y tabaco con el 4,60%; los muebles, artículos para el hogar y para la conservación con el 4,34%; los bienes y servicios diversos con el 4,19%, lo que evidencia una variación en la mayoría de sectores, a excepción de la información y la comunicación y de las prendas de vestir y calzado.
Dentro de la división de alimentos y bebidas no alcohólicas, que evidenció la mayor variación anual, se presentó un incremento en los precios de las clases de papa 111,00%, aceites comestibles 47,98% y carne de res y derivados 33,03% y las mayores disminuciones de precio se reportaron en las subclases de arracacha, ñame y otros tubérculos -19,15%, arroz -14,38% y cebolla -3,38%.
“En diciembre de 2021 las mayores contribuciones a la variación anual en las 12 divisiones del IPC Total se registraron en las siguientes subclases: carne de res y derivados con 0,64%, comidas en establecimientos de servicio a la mesa y autoservicio con 0,64%, carne de aves con 0,33% y electricidad con 0,30%. Las subclases con las menores contribuciones fueron: servicios de comunicación fija y móvil y provisión a internet con -0,47 puntos porcentuales, arroz con -0,16 puntos porcentuales y prendas de vestir para mujer con -0,08 puntos porcentuales”, indicó el DANE.