DOS años después de la irrupción del coronavirus que rápidamente fue bautizado como covid y que cobró su primera víctima mortal tan solo una semana después (9 de enero del 2020), el acumulado global de casos superó los 300 millones, el de fallecidos roza los 5.500.000 y se teme que India se convierta en el nuevo epicentro de la pandemia.
Entre los temores generados por la alta transmisibilidad de ómicron, pero también la esperanza que esta nueva variante sea el principio del fin de la pandemia, la mayoría de naciones, pese a registrar récords diarios de nuevos positivos comenzaron a relajar algunas de sus medidas sanitarias como la reducción del tiempo de aislamiento tras infectarse con covid.
Según las estadísticas de la pandemia de la Universidad Johns Hopkins, con corte en la mañana de este viernes, oficialmente el mundo acumulaba 300.309.930 contagios, aunque se presume que dicha cifra, al igual que los decesos son mucho mayores ya que, como se sabe, son decenas los países -especialmente de África y China en particular- que no entregan datos consolidados sobre el comportamiento del virus.
Aunque se tiene la percepción que ómicron es ‘leve’ porque así son sus síntomas en la mayoría de los casos, las estadísticas diarias sobre el comportamiento de la pandemia evidencian la gravedad de la situación. Baste citar estos datos: entre el 27 de diciembre y este 2 de enero, los nuevos contagios en el mundo sumaron 9,5 millones y los decesos superaron las 41 mil (los mayores registros de toda la pandemia). De igual forma, en un solo día, el jueves de esta semana, se confirmaron 2,4 millones de positivos a nivel global, con cerca de 7 mil fallecimientos, siendo el 3 de enero cuando se superó la barrera de los dos millones de casos diarios.
La Universidad Johns Hopkins registra también que durante los últimos 28 días se han notificado 31.602.933 contagios y 182.398 decesos, en una muestra más de la tendencia al alza registrada desde comienzos de diciembre a causa de la nueva variante que ha tenido como epicentro a Europa y Estados Unidos, pero ahora parece ‘desplazarse’ hacia India.
Estados Unidos figura como el país más afectado en cifras totales a nivel mundial, con cerca de 58,5 millones de casos -de los cuales casi 9 millones se presentaron en los últimos 28 días- y 834.000 decesos. Le sigue India, con 35,2 millones de contagios, más de 483.000 fallecidos y un acelerado repunte, en ambas variables, en los últimos días.
¿De vuelta al pasado?
Aunque la tendencia al alza en los contagios diarios se da en todos los continentes, inclusive con inéditos registros como, por ejemplo, Países Bajos (35 mil), Portugal (40 mil), Italia (100 mil), Arabia Saudí (3.500), Argentina (109.600) y Perú (8.697), el acelerado aumento en India, el segundo país más poblado del mundo, hace temer que se convierta en el nuevo epicentro de la pandemia.
Cuando en la retina global subsisten las imágenes de gigantescas piras funerarias para la cremación masiva de las víctimas de la pandemia en India, así como de las largas filas de personas buscando una bala de oxígeno ocurridas en el segundo trimestre del año pasado, el disparo de casos diarios, fruto de ómicron, revive esos fantasmas, por lo que su gobierno reestableció restricciones en varias de sus gigantescas ciudades, entre ellas el confinamiento este fin de semana en su capital, Nueva Delhi.
Aunque las infecciones están lejos de los terribles datos de esa época, las alarmas están encendidas ya que desde hace una semana éstas se han triplicado, superando los 100 mil este viernes y, obviamente, aumentando la presión sobre el sistema hospitalario.
En el área de Delhi, donde se ubica la capital, se impuso una nueva especie de confinamiento, que básicamente es un toque de queda sábado y domingo pidiendo a la gente quedarse en casa si no son trabajadores esenciales.
La misma medida se ha tomado en la ciudad de Bangalore, centro tecnológico del país. Y en Bombay, capital financiera, las autoridades introdujeron un toque de queda nocturno.
"Incluso un pequeño porcentaje de casos se traduce en un número grande en términos absolutos", dijo Gautam Menon, profesor de la Universidad Ashoka que ha trabajado en modelos de propagación del covid.
"Esto potencialmente puede poner en dificultades a nuestros sistemas sanitarios a niveles comparables o peor que en la segunda ola" de 2021.
La Agencia Francesa de Prensa, AFP, habló con médicos y enfermeras que, por ahora, son optimistas por el menor número de casos graves entre los pacientes ingresados y por la experiencia acumulada.
"El año pasado no sabíamos exactamente con qué estábamos lidiando. Creo que ahora, mentalmente, es un poco mejor", dice una enfermera de un hospital de Delhi, que requirió el anonimato por no estar autorizada a expresarse en público.
Suresh Kumar, director del hospital Lok Nayak Jai Prakash de la capital, indicó que el aumento "no era motivo de pánico" aunque los ingresos se hayan cuadruplicado hasta 20 desde apenas un puñado a principios de semana.
El gobierno del primer ministro Narendra Modi hasta ahora ha dejado de lado la posibilidad del confinamiento nacional introducido durante el catastrófico brote del año pasado.
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Pero las autoridades locales siguen con preocupación este rápido incremento de contagios y algunos de los mayores centros urbanos se apresuraron a reimponer restricciones.
Los confinamientos anteriores fueron un duro golpe para su economía y algunos temen por el impacto financiero de estas nuevas medidas.
India prevé un crecimiento revisado al alza de 9,2% para el ejercicio financiero 2021-2022, tras un retroceso de 7,3% en el período anterior, pero el panorama podría ensombrecerse debido a la nueva ola del coronavirus.
La tercera economía de Asia -tras China y Japón- se recuperó rápidamente tras la violenta segunda ola epidémica en 2021, pero los economistas temen que la nueva variante ómicron afecte a la actividad económica.
Aunque hay temor, las autoridades sanitarias aseguran que hoy están mejor preparadas para lidiar con ómicron de lo que lo estaba con la aparición de delta, cuando más de 200.000 personas murieron en cuestión de semanas.
Entonces los hospitales se quedaron sin oxígeno y los pacientes buscaban desesperadamente medicinas. Pero en este tiempo, el personal sanitario ha administrado casi 1.500 millones de dosis de vacunas anticovid y los datos del gobierno muestran que dos tercios de la población están completamente vacunados.
Esta campaña de inmunización, sumada a la fuerte propagación de la variante delta en pueblos y ciudades durante la ola anterior, puede ayudar a mitigar el impacto de este nuevo brote.
"Aunque no tenemos datos, esto puede dar una fuerte inmunidad híbrida contra los efectos graves", dijo la epidemióloga Bhramar Mukherjee, de la Universidad de Michigan.
Estudios preliminares sugieren que la variante ómicron tiene consecuencias más leves entre los infectados a pesar de su rápida propagación.
Pero Mukherjee advierte que una expansión descontrolada del virus puede presentar serios problemas para India, aunque el balance de la pandemia sea una fracción de lo visto el año anterior.
"Como vemos en Estados Unidos y Reino Unido, una gran parte de la mano de obra enferma está afectando la infraestructura de la sociedad y conduce al caos. Me temo que puede haber un periodo en India en el que veamos lo mismo. Simplemente el volumen (de contagios) puede desmoronar el sistema", añadió.
Militares…a hospitales
Las autoridades sanitarias de Reino Unido confirmaron ayer que el Ejército ha desplegado efectivos en la capital, Londres, para ayudar a los hospitales a hacer frente al avance de la variante ómicron del coronavirus, de la que se han contagiado numerosos trabajadores sanitarios.
En total han sido desplegados por el momento unos 200 miembros del personal del Ejército, de los cuales 40 son médicos que ayudarán a los sanitarios a hacer frente a la situación en los hospitales de la ciudad. Los demás se encargarán de los ingresos, los suministros y otro tipo de cuestiones burocráticas, tal y como ha informado el Ministerio de defensa en un comunicado.
Algunos de ellos empezaron a trabajar ayer y está previsto que sigan desplegados hasta finales de enero. El anuncio llega dos días después de que el primer ministro, Boris Johnson, expresara que espera que Reino Unido "salga" de la actual ola de contagios sin necesidad de aplicar más restricciones.
No obstante, ha admitido que la sanidad está "temporalmente sobrepasada" debido a la aparición de la nueva variante. Los sindicatos, aunque han agradecido la ayuda, han instado a reforzar la seguridad social británica.
Miles de trabajadores sanitarios han dejado de trabajar debido a los contagios de covid-19, lo que ha provocado un fuerte descenso de los trabajadores en los hospitales y centros de salud.
Las autoridades no descartan que el despliegue de militares sea necesario también en otras zonas del país. El jueves, Reino Unido notificó 179.756 casos. Las cifras muestran que en la última semana el país ha constatado más de un millón de contagios, un 29 por ciento más que la semana anterior. En la región de Inglaterra hay 17.988 personas hospitalizadas, 15.659 más que el día anterior.
Por su parte, el 82,8 por ciento de la población británica cuenta con el esquema completo de vacunación. Un 61 por ciento ha recibido, además, la dosis de refuerzo.