El colapso del casquete polar en la parte occidental de la Antártida, que podría causar una subida del nivel del mar catastrófica, no es "inevitable", según un estudio publicado el lunes en la revista Nature Communications.
Los científicos han observado desde principios de los años 1990 una aceleración del deshielo en esta zona de la Antártida a causa del cambio climático.
El temor es que ese fenómeno alcance un punto de no retorno, más allá de la evolución del clima.
Según este nuevo estudio, elaborado a partir de datos vía satélite y sobre el terreno, el ritmo y la extensión de las perturbaciones a lo largo de la costa occidental antártica, particularmente el inestable glaciar de Thwaites (frente al Mar de Amundsen), varían en función de los diferentes microclimas locales.
"El colapso del casquete glaciar no es inevitable", asegura Eric Steig, profesor de la universidad de Washington en Seattle.
"Depende de la manera cómo el clima cambiará en las próximas décadas, un cambio sobre el cual podemos influir positivamente, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero", añadió.
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En esas regiones el viento sopla habitualmente desde el oeste, lo que aporta un agua más caliente y salada, lo que a su vez favorece el deshielo.
Sin embargo, la intensidad de esos vientos fue más débil en el mar de Amundsen durante el periodo de observación, en comparación con la situación en el mar de Bellingshausen.
Tanto la región polar antártica como la ártica han registrado un aumento de su temperatura media de 3º C, respecto a los niveles de finales del siglo XIX, lo que representa casi el triple de la media mundial.
Los científicos temen que los glaciares de Twhaites y de Pine Island se encuentren ya en ese "punto de no retorno".
"Creo que tenemos que vivir y elaborar nuestra planificación costera bajo la hipótesis de que el casquete polar de la Antártida occidental es inestable y que vamos a experimentar un alza de tres metros y medio del nivel del mar", indicó Anders Levermann, un climatólogo del Instituto Potsdam en Alemania.
El experto saludó de todas maneras el estudio, realizado a partir de fuentes múltiples, aunque el periodo analizado es apenas "un parpadeo en términos glaciares".