¿Hasta dónde llegará la ayuda pesada de Occidente a Ucrania? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Sábado, 28 de Enero de 2023
Redacción internacional con AFP y Europa Press

DESDE que inició la invasión rusa a Ucrania, la coalición occidental liderada por Estados Unidos se ha cuidado de no convertirse en ‘cobeligerantes’. Sin embargo, el anuncio esta semana del envío de tanques de alta tecnología y otros poderosos vehículos de combate son ‘una intervención directa’ en esta guerra, según el Kremlin.

Tras una alta presión al gobierno alemán por parte de varios de sus socios de la Otan, ya que como país fabricante puede vetar el envío de esos pesados a una tercera nación desde otros países, su canciller terminó cediendo, lo que de inmediato derivó en el anuncio de entrega de tanques Leopard, en sus dos versiones, Challenger 2 y los estadounidenses Abrams a Kiev.

Emocionado por la decisión europea, que calificó como un “primer paso para ganar la guerra” así como por el inesperado anuncio de funcionario de un país europeo de que entregarían bombas racimo, el presidente ucraniano Volodomir Zelenski amplió su “lista de deseos”, pidiendo misiles de largo alcance y aviones de combate.

Vale recordar que un tratado de la ONU, respaldado por la mayoría de los países occidentales, prohíbe el uso y transferencia de bombas de racimo, que propaga decenas de pequeños explosivos. El anuncio que no identificó la AFP, agencia a la que hizo la declaración el mencionado funcionario, fue de inmediato condenado por Rusia, que días antes advirtió reiteradamente que dotar de artillería pesada a los ucranianos solo llevará a escalar el conflicto que se acerca a su primer año dejando un indeterminado -pero elevado- número de víctimas fatales, así como de heridos, ciudades devastadas y graves repercusiones económicas en todo el mundo.

La “coalición de tanques” conseguida por Zelenski, que se estima en unas 90 unidades y estarían sobre el terreno a partir de marzo, lo llevó a reiterar la demanda que semanas atrás hiciera al secretario de la Otan: “deberían posibilitarse las entregas de misiles de largo alcance. Es importante. Y también debemos ampliar nuestra cooperación en artillería y posibilitar el envío de aviones de combate".

Vía twitter también agradeció a los aliados “su voluntad de proporcionarnos tanques modernos e indispensables", pero instó a materializar rápidamente esa decisión y “abarcar material militar en cantidades suficientes para repeler la agresión rusa”.

"La clave ahora es la celeridad y el volumen. La celeridad en el entrenamiento de nuestros militares, la celeridad en la entrega de los tanques (...) y el volumen del apoyo", subrayó, no sin antes recordarles que el ejército ucraniano se enfrenta a una intensa ofensiva en la región ucraniana de Donetsk, en la cuenca del Donbás (el objetivo del Kremlin), donde disponen de "superioridad de efectivos y armamento”.

Y si bien Estados Unidos dejaron este jueves las vacilaciones de larga data sobre los tanques, de por si un ‘pesado’ espaldarazo a Kiev por considerar que su ejército es capaz de una contraofensiva contundente que haga retroceder a Rusia, de ahí a que complazcan los nuevos deseos de Zelenski no hay solo un gran trecho sino una escasísima probabilidad.

Como se sabe la coalición occidental ha enviado a Ucrania de todo, desde equipos castrenses y artillería -diferente tipos pero hasta de mediano alcance- hasta sistemas de defensa antimisiles Patriot. Ahora, el envío de los pesados de combate son un paso arriesgado, que sobrepasa la delicada línea roja de intervención directa en el conflicto lo que, de suyo, eleva el riesgo de una reacción cada vez mayor de Rusia.

El mandatario norteamericano, Joe Biden, al confirmar la entrega a Kiev de 31 Abrams, una de las armas más poderosas y sofisticadas del ejército estadounidense, aseguró que “se trata de ayudar a Ucrania a defender y proteger su territorio. No es una amenaza ofensiva para Rusia”.

Funcionarios estadounidenses dijeron que no habían cedido ante la presión alemana para que Washington se comprometiera con el envío de los Abrams como una forma de lograr que Berlín tomara una decisión.

"Alemania no me obligó a cambiar de opinión. Quería asegurarme de que estamos todos juntos", sostuvo Biden el miércoles cuando se le preguntó sobre el anuncio coordinado.

Los propios funcionarios estadounidenses habían estado indecisos sobre el envío de tanques Abrams, describiendo los tanques como demasiado complejos para el ejército ucraniano. Y, a diferencia de los alemanes, que llegarán en marzo, los M1 Abrams tendrán que adquirirse y su entrega será en varios meses.

El Kremlin fue claro en indicar que con esa decisión de enviar artillería pesada y de largo alcance cruza, la coalición occidental cruza una nueva línea peligrosa y su primera respuesta fue militar: un bombardeo masivo contra algunas ciudades ucranianas que dejaron no menos de once fallecidos y destruidas algunas infraestructuras energéticas.

El embajador de Rusia en Alemania, Sergei Nechaev, sostuvo que esa "decisión es extremadamente peligrosa lleva el conflicto a un nuevo nivel de confrontación y contradice las declaraciones de los políticos alemanes sobre la falta de voluntad de la Federación alemana para involucrarse en él".

Ningún país de la coalición como tampoco la Otan se pronunciaron sobre las nuevas demandas del gobierno Zelenski, que de seguro no considerarán por la grave implicación que conllevan, ya que no sería un cambio radical en su política exterior, sino una intervención directa en el conflicto, puerta de entrada a una tercera guerra mundial.

Si con el solo anuncio de la entrega de los tanques Moscú lo consideró “una implicación directa en el conflicto, y vemos que ésta crece", como sostuvo el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, es impensable la reacción rusa si la coalición decidiera dar otro arriesgado paso.

Por lo pronto, la contundente respuesta rusa a esa ayuda de artillería a Kiev fue respondida con ‘alud’ de misiles disparados el jueves y una feroz batalla terrestre por el control de Vugledar, otra ciudad del este ucraniano que buscan conquistar para consolidar su avance en esa región del Donbás que asegura el corredor hacia la anexada península de Crimea y le da el control hacia las salidas marítimas.

El jefe de la ocupación rusa de la región ucraniana de Donetsk (este), Denis Pushilin, dijo que la conquista de esta ciudad minera "cambiaría el equilibrio de fuerzas en el frente" porque despeja el camino para una ofensiva hacia las ciudades de Pokrovsk y Kurakhove, más al norte.

Uno de sus consejeros declaró a la agencia Tass que estaban en curso combates "brutales" y que las fuerzas rusas se "implantaron en el sureste y el este de la ciudad".

Mientras, el portavoz del ejército ucraniano Serguéi Cherevaty, confirmó que se estaban librando "feroces combates" pero que habían hecho retroceder a las fuerzas rusas.



"El enemigo está buscando una victoria en ese sector pero no lo logra gracias a los esfuerzos de las fuerzas de defensa de Ucrania", aseguró, admitiendo de paso que una situación similar se presenta en Bajmut, la que estalló una vez se vieron forzados a retirarse de Soledar.

Como se ve, este frente unido para apoyar a Ucrania es un nuevo agravio para los rusos, que desde inicios del conflicto apuestan por un agotamiento del apoyo de la coalición occidental. Y es altamente probable que no tomen otra decisión de “peso” como la de los tanques, por su impacto geopolítico.

El candidato presidencial republicano Donald Trump lamentó el envío a nivel internacional de carros de combate a Ucrania al considerar que esto "podría aumentar las hostilidades". "Primero tanques, luego vendrán las armas nucleares", sostuvo en su primera reacción a mediados de semana en la que también instó al actual inquilino de la Casa Blanca a que "ponga fin a esta guerra loca".

El viernes, en un nuevo trino, sostuvo que él hubiera estado en la presidencia, “el conflicto entre Rusia y Ucrania nunca habría tenido lugar. Pero incluso ahora, si lo fuera, podría llegar a un acuerdo para ponerle fin en cuestión de 24 horas”.

Biden, que en pocas semanas debe anunciar si buscará la reelección frente a su antecesor, enfrenta un creciente descontento político y ciudadano por su millonaria ayuda a Ucrania, así como por el temor de que su espaldarazo bélico termine involucrando al país en otra guerra.

Putin, por su parte, con China como aliado lejano pero firme, se mantiene inamovible en su ‘ofensiva militar especial’ en el país vecino. No está tan golpeado económicamente ni aislado internacionalmente como se buscó con las sanciones. Y, por ello, no aflojará en su objetivo de ganar la guerra.