La economía mundial crecerá este año 2,9 % y la amenaza de recesión se atenuará en algunos países debido a consumo e inversión fuertes, y al levantamiento de la política de cero covid en China, estimó el FMI.
Con el mundo experimentando las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, recesiones y los esfuerzos para frenar la inflación a través del encarecimiento del crédito, el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que la economía mundial se expanda 2,9 % en 2023, 0,2 puntos porcentuales más de lo que había vaticinado en octubre pasado.
"Los riesgos adversos se han moderado" desde el pronóstico de octubre, señala el Fondo en la actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial.
El año "seguirá siendo desafiante (...) pero bien podría representar un punto de inflexión", declaró a periodistas el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas.
Según el FMI, la desaceleración es menos pronunciada de lo que cabría esperar en varias economías desarrolladas, como Estados Unidos (1,4 % de crecimiento en 2023, 0,4 puntos porcentuales más que lo estimado en octubre), Alemania o Italia. Estas dos economías europeas incluso verían alejarse la perspectiva de una recesión.
"Estamos muy lejos de cualquier tipo de marcador de recesión global", aseguró Gourinchas.
Es una buena noticia que el Fondo atribuye sobre todo a la reapertura de China tras el abandono de la política cero covid. El gigante asiático crecerá 5,2 % frente al 4,4 % previsto tres meses atrás, y arrastrará consigo a la economía global.
La inflación también parece decaer en comparación con 2022. El FMI prevé para este año un nivel ligeramente superior a lo pronosticado hace tres meses (+6,6 % frente a +6,5 %), pero en 2024 debería volver a niveles inferiores a los de 2021 (+4,3 % frente a +4,7 %).
Sorprendente
Las tres locomotoras globales –Estados Unidos, China y Europa– resisten, aunque por motivos diferentes, y se espera que todas las economías desarrolladas sigan sus pasos.
Pero hay una excepción: el Reino Unido, el único país del G20 que experimentará una recesión, del orden del 0,6 %.
Rusia, por el contrario, podría salir de la recesión a pesar de las sanciones impuestas desde que invadió Ucrania. Su economía se expandirá ligeramente en 2023 (0,3 %) y bastante más en 2024 (2,1 %).
Pese a que en 2023 muchas economías crecerán menos que otros años, algunas han demostrado una resistencia sorprendente.
"El pronóstico de bajo crecimiento en 2023 refleja el aumento de las tasas de los bancos centrales para combatir la inflación, especialmente en las economías avanzadas, así como (el efecto de) la guerra en Ucrania", explica el FMI.
Pero "el crecimiento económico demostró ser sorprendentemente resistente en el tercer trimestre del año pasado, con mercados laborales sólidos, un consumo doméstico fuerte y también inversión empresarial", recalca Gourinchas.
Los países se adaptaron mejor de lo esperado a la crisis energética en Europa, agregó, con precios del gas más bajos de lo anticipado y suficientes recursos para el invierno boreal.
En el resto del mundo la situación varía en función de las regiones.
El crecimiento más pronunciado se espera en África subsahariana (3,8 %, casi sin cambios sobre la previsión anterior) u Oriente Medio y Asia Central (3,2 %, 0,4 puntos porcentuales menos que en octubre).
América Latina
La región de América Latina y el Caribe crecerá 1,8 %, menos que a nivel global pero 0,1 puntos porcentuales más que lo anticipado en octubre.
Las dos locomotoras económicas regionales, Brasil y México, crecerán 1,2 % (+0,2 puntos porcentuales) y 1,7 % (+0,5 puntos porcentuales) respectivamente. Es mucho menos de lo previsto para otros países emergentes como India (6,1 %).
Para 2024, cuando se espera que el crecimiento global alcance el 3,1 %, América Latina y el Caribe crecerá 2,1 % (-0,3 puntos porcentuales en comparación con lo pronosticado en octubre), a causa de "condiciones financieras más estrictas, precios más bajos de los productos básicos exportados, y revisiones a la baja del crecimiento de los socios comerciales".
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Las predicciones del FMI son más optimistas que las publicadas por el Banco Mundial (BM) a mediados de enero, antes del anuncio del fin de los confinamientos masivos en China.
Pese a este optimismo moderado, el FMI vislumbra riesgos en el horizonte: una escalada de la contienda bélica en Ucrania podría afectar los precios de los alimentos y la energía, la crisis inmobiliaria puede bloquear la recuperación en China, y los brotes de covid-19 pueden seguir complicando.
El aumento de la inflación es otro de los peligros que señala el Fondo: la lucha contra este flagelo "aún no está ganada", advirtió Gourinchas.
La inflación general puede haber tocado fondo, pero la subyacente (que no incluye elementos volátiles como alimentos y energía) sigue muy por encima de los niveles prepandemia en la mayoría de los países.
Las buenas señales
De otro lado, varias personalidades del mundo económico que se reunieron en el reciente foro de Davos destacaron las buenas señales de las últimas semanas en la economía mundial, pese a los nubarrones que siguen amenazándola.
"No es tan grave como temíamos hace dos meses", dijo la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, en un debate sobre las perspectivas económicas internacionales en el Foro Económico Mundial.
La institución, con sede en Washington, prevé un crecimiento del 2,7 % este año, y dará a conocer nuevas previsiones en los próximos días.
"No será una mejora espectacular", advirtió Georgieva, dando a entender que esta vez las previsiones podrían mejorar tras varias revisiones sucesivas a la baja.
La víspera, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ya había pronosticado en Davos que 2023 sería "mucho mejor" de lo que se esperaba.
En Europa, donde se temía que el invierno boreal se viera muy afectado por la crisis energética, la economía parece tener menos dificultades, en parte gracias a un clima más benigno, que aleja el riesgo de interrupciones del suministro y de subida de los precios de la energía.
En este contexto, Alemania podría salir de la recesión, afirmó el martes el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz.
Las medidas de China
Otra buena sorpresa procede de China, un motor tradicional de la economía mundial, que ha abandonado su política de "covid cero" que implicaba draconianas restricciones sanitarias.
El pico de la epidemia y la vuelta a la normalidad han "superado nuestras expectativas", dijo el vice primer ministro Liu He, apenas un mes después del levantamiento de las restricciones que estuvieron en vigor tres años y que podrían dar paso a un repunte de la economía en 2023.
"El cambio en esta política matará a mucha gente", señaló Christine Lagarde el viernes, "pero también impulsará la economía". Y añadió que "sin duda será positivo para el resto del mundo".
A pesar de este optimismo en los Alpes suizos, sigue habiendo muchos motivos de preocupación.
El repunte chino podría verse afectado por la inflación porque es probable que la demanda en el país se dispare con la reapertura de la economía.
Y en Europa, la inflación sigue siendo "demasiado alta", según Lagarde. Más inflación significará más subidas de las tasas de interés por parte de los bancos centrales, lo que es una mala noticia para la economía.
En Estados Unidos, la vicepresidenta de la Fed, Lael Brainard, indicó el viernes que su institución estaba "decidida a mantener el rumbo" de una política monetaria estricta porque la inflación sigue en el 6,5 %.
"Las tasas de interés aún no han hecho mella en la economía", comentó Georgieva.