Lo que debe tener en cuenta sobre el cambio de pañal en adultos | El Nuevo Siglo
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Martes, 15 de Febrero de 2022
Redacción Cultura

A cierta edad o ante enfermedades terminales, el uso de pañal se convierte en una necesidad para garantizar la calidad de vida de los pacientes, sus cuidadores y los familiares. Sin embargo, existen unas pautas que se deben seguir para evitar infecciones o lesiones en la piel, que se pueden provocar a raíz de malos procedimientos.

En el mercado existen diferentes tipos de pañales, por lo que es necesario identificar las necesidades del paciente, entre ellas su talla, para así poder garantizar su bienestar. A continuación, Innovar Salud brinda cinco recomendaciones para el cambio de pañal en adultos.

  • ¿Cada cuánto se debe cambiar el pañal? Se recomienda realizar cuatro cambios durante el día, es decir, aproximadamente cada seis horas. En el caso de que el paciente presente diarrea, el cambio se debe realizar mínimo cada cuatro horas o inclusive en menos tiempo, según la necesidad de la persona.

Es muy importante que se garantice el cambio del pañal en estos periodos de tiempo para así evitar lesiones en la piel que se pueden generar por la humedad, el calor y el PH tanto de la orina como de la materia fecal.

  • Tipo de pañales: existen diferentes tipos de pañales para personas adultas. Los más comunes son los predoblados, pañal absorbente con tiras adhesivas; los Gard, pañal estrecho con bandas elásticas reutilizables; y los calzón, con forma de braga-pañal para adultos.


También existen los pañales desechables, sobre los que se debe tener especial cuidado ya que pueden generar micosis, irritaciones, enrojecimiento, flictenas y pérdida de la continuidad de la piel.

  • Atención a la talla: los pañales tienen diferentes tallas y es muy importante identificar cuál es la ideal para nuestro paciente. Una talla pequeña generará dificultades en el cierre y podrá hacer que rompa la cinta adhesiva. Por otro lado, cuando la talla es muy grande, puede generar filtraciones que provocan alergias en la región perineal.
  • Buenas prácticas: es fundamental que haya un correcto lavado de manos antes y después para prevenir la transmisión de bacterias al sistema urinario y la contaminación de las superficies de la casa, incluyendo las que involucran la preparación de alimentos.
  • Cada paciente es diferente: es importante caracterizar bien a nuestro paciente para poder aplicar las prácticas que mejor se ajusten a él. Por ejemplo, si se trata de un paciente que está en cama y no realiza ninguna actividad, se recomienda el uso de pañales convencionales, mientras que si es una persona con incontinencia urinaria o fecal, se deben utilizar los anatómicos, que son muy similares a unos pantis.