Los muiscas, primitivos habitantes del altiplano cundiboyacense adoraban las lagunas porque las veían como unos santuarios donde rendían culto a sus dioses al creer que allí residía algún tipo de divinidad dentro de sus aguas.
Entre estos lugares sagrados sobresalieron, la laguna de Iguaque que representaba la fuente creadora del ser humano; la laguna de Fúquene como lugar de reposo y misteriosas deidades; la laguna de Suesca por donde transcurrían caravanas de mercaderes de carbón y sal; la laguna de Guatavita fue usada como lugar de culto y celebraciones comunitarias, de peregrinación y punto de llegada en las celebraciones. Centraron sus miradas en estos cuerpos hídricos porque dejaron claro su cultura al agua en los ritos religiosos y los relatos mitológicos.
La CAR ha venido recuperando y manteniendo las lagunas que se encuentran en su territorio, por una parte, por su valor cultural y por otra parte como fuente de agua. Un ejemplo es la laguna de Fúquene para la cual a principios del siglo se emprendió una campaña de desecación para ampliar las fronteras agrícolas de su periferia; pero esta mítica laguna ha resistido y periódicamente recuerda sus ancestros e inunda las áreas que antes fueron suyas y que hoy están ocupadas por predios dedicados a la ganadería y agricultura. Con grandes esfuerzos económicos la Corporación ha recuperado parte de su espejo de agua y sus alrededores.
En la actualidad la laguna de Suesca presenta una crisis ambiental debido a que sus niveles están entre los más bajos de la historia, afectando su relación con el medio ambiente y los seres vivos. A raíz de esta situación atípica de este cuerpo de agua, se tiene la idea errónea de que otras lagunas en la región CAR sufren similares problemas. A continuación, se describe el estado de las lagunas más emblemáticas en cuanto a sus niveles:
Laguna de Fúquene
Presente una condición normal para la época, con cotas que fluctúan entre 2.538,90 y 2.538,80 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m). Para tener una referencia histórica, a principios de 2016, registró cotas por debajo de 2.538.00 m.s.n.m., por efectos del fenómeno de El Niño 2015/2016.
Laguna Pedro Palo
Ubicada en la cuenca baja del río Bogotá (municipio de Tena), no solo es un cuerpo de atracciones turísticas, sino que también presta un servicio ambiental al proveer de agua a varios acueductos veredales de la zona. En la actualidad registra un nivel de 2,20 m, valor que se considera alto producto de las constantes lluvias que caen sobre la zona del Tequendama por esta época.
Laguna de Suesca
Este cuerpo hídrico está ubicado al nororiente de la Sabana de Bogotá, dentro de la jurisdicción de los municipios de Suesca (59% del área total de la cuenca) y Cucunubá (41% del área restante). Colinda con la cuenca alta del río Bogotá por el límite oriental y la cuenca de la laguna de Cucunubá (complejo lagunar Fúquene-Cucunuba) por el extremo occidental.
Actualmente es la única que registra niveles críticos, con valores de 1,03 metros que, como punto de referencia, dista de lo alcanzado a finales del año 2012 cuando estaba en 5,70 metros, recuperación importante que obtuvo como consecuencia del fenómeno de la Niña 2010/2011 que trajo abundantes lluvias sobre esta laguna.
Lo que la Corporación quiere dejar en claro es que, con excepción de la laguna de Suesca por sus condiciones hidroclimáticas particulares al estar ubicada en una zona seca, las demás lagunas no presentan problemas por niveles bajos que indiquen algún estado de alarma por el momento, lo cual no indica que en otros años de la historia reciente hubiesen tenido niveles críticos. Queda demostrado que los fenómenos adversos de variabilidad climática no impactan de manera similar a todas las zonas en un mismo periodo, y que la intervención antrópica no planeada acelera los procesos de deterioro de los sistemas lagunares.
Laguna de Chisacá
Ubicada en la cuenca alta del río Tunjuelo, presenta un volumen almacenado de 5,40 millones de metros cúbicos, equivalente a un 80% de su capacidad máxima. Ha registrado algunas lluvias en los últimos días y está en condiciones normales.
RECUADRO
Afectada desde 2011
La emblemática laguna de Suesca, ubicada en los municipios de Suesca y Cucunubá en el departamento de Cundinamarca, se encuentra en un estado crítico de sequía a causa de la falta de lluvias. El espejo de agua, que es la mayor atracción turística de la región, podría desaparecer como consecuencia del calentamiento global.
Según el jefe de la Unidad de Saber Agropecuario de Suesca, Edgar Muñoz Fresneda, desde antes del 2011 se estaba detectando el secamiento de la laguna, pero dado que en ese mismo año y parte del siguiente ocurrió el fenómeno de La Niña (que provoca precipitaciones) el cuerpo de agua retomó un nivel de aproximadamente seis metros.
Muñoz mencionó que se recuperó el cuerpo de agua de la laguna. No obstante, desde entonces no se presentan lluvias masivas en la región y eso ha causado ese sacamiento paulatino.
“Hay quienes han propuesto alimentar la laguna con otro cuerpo de agua (…), no me parece una mala idea. Estamos hablando de grandes inversiones. Otra opción es establecer un sistema de protección con cercas vivas o establecimiento de bosques. Este es un proyecto grande que requiere la participación de todos los lugareños”, describió Muñoz a la Agencia Anadolu.
De acuerdo con José Veloza Moreno, habitante de Suesca, la falta de turismo afecta a todos de una u otra forma. "Además da tristeza ver que ya no llegan los pajaritos o que se mueren los peces y los jardines”, lamentó.