La posibilidad de que el país comience a generar electricidad a partir de un reactor es lejana, no solo por los altos costos y tecnología que se requieren, sino porque aún reina la idea de que la cantidad de ríos que tiene es suficiente para atender la demanda a través de hidroeléctricas
Colombia tiene solo un reactor nuclear desde hace 56 años, donado por los Estados Unidos, pero en todo este tiempo su desarrollo ha sido casi nulo en investigación y aprovechamiento de la energía nuclear, la que desde hace décadas se le da mayor uso en el mundo para la generación de electricidad. En nuestro país apenas se emplean tecnologías nucleares en medicina y en algunas actividades de la industria petrolera.
- Le puede interesar: Argos logró reciclar 7 millones de sacos de cemento
No obstante Colombia es miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica – OIEA, producto de ello se beneficia de algunos proyectos de su programa de cooperación técnica, que es el mecanismo principal de esta entidad de la ONU para transferir tecnología nuclear a los estados miembros, en ámbitos como la salud y la nutrición; la alimentación y la agricultura; el agua y el medio ambiente; las aplicaciones industriales y el desarrollo; así como la gestión de los conocimientos nucleares.
Vale señalar que Bill Gates, fundador de Microsoft, en el reciente libro que lanzó titulado ‘Cómo evitar el desastre del cambio climático’, señala que en el mundo se lanzan a la atmósfera cada año 51 billones de toneladas de partículas con Gases de Efecto Invernadero (GEI), y que es indispensable reducirlas a cero en las próximas décadas si queremos hacer algo rotundo contra ese fenómeno.
Detalla que por la generación de energía eléctrica a través de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) se produce el 27% de las emisiones de partículas con efecto invernadero (la primera causa es la producción de cemento, acero y plásticos, con el 31%).
Por ello, la recomendación fundamental de Gates es producir los bienes con menos energía eléctrica generada con base en combustibles fósiles.
El autor se muestra optimista por la producción futura y controlada de energía a partir de fuentes nucleares.
Dice que la energía nuclear es la única fuente neutra en carbono capaz de proporcionar energía sin fallos día y noche. Explica que alrededor del 20% de la que consume Estados Unidos procede de centrales nucleares; Francia tiene la mayor proporción con un 70%.
Hoy alrededor del mundo hay 442 reactores nucleares y otros 53 están en construcción. En América Latina hay ubicados tres en Argentina, dos en Brasil y uno en Méjico.
Usos en Colombia
Algunas de las razones por las que no se ha pensado en serio en el país en instalar una planta de energía nuclear son, por un lado, los costos y, por el otro, que se ve innecesario por la creencia de que la riqueza hídrica que tenemos es más que suficiente para generar a través de represas la electricidad que se requiere.
Así lo indicó a EL NUEVO SIGLO, Luis Fernando Cristancho, director del Grupo de Física Nuclear de la Universidad Nacional, quien explicó que el reactor que fue donado a Colombia por los norteamericanos “no es para producir energía, es para enseñanza y experimentos”.
Rememoró que en un principio dicho reactor quedó en manos del Instituto de Asuntos Nucleares, “pero en algún Gobierno al Instituto lo hicieron desaparecer. El lado político consideró que era sabio ahorrarse en administración”. Aunque también el experto dijo que “tengo una queja con los colegas de la época, no hubo defensa”.
Añadió que luego esa parte la entregaron al Ministerio de Minas y Energía, que para su administración puso esa dependencia en cabeza del Ingeominas. Institución de la cual advierte el profesor Cristancho que siempre tuvo que ver con temas geológicos, “pero nunca con física nuclear”.
Señaló que con este reactor “se supone que se iba a ganar en aprendizaje de alto nivel. Hoy en día lo han recuperado y algo se está haciendo con él en uno de los programas que tienden a mejorar la enseñanza de parte de la misma Universidad Nacional y de parte del Servicio Geológico Colombiano”.
Concluyó Cristancho su referencia sobre el único reactor nuclear que tiene el país señalando que “ha pertenecido a un problema administrativo, no a una política de enseñanza o de ciencia, o si tiene que ver con energía o no”.
En cuanto a los usos, el académico dijo que en Colombia no tiene aplicación la energía nuclear, “entendemos como tal la que sale de los reactores, lo demás son tecnologías nucleares. El uso de radiaciones, eso se utiliza en el campo médico esencialmente”.
Explicó que ese material radioactivo que se utiliza en Colombia “se compra sintetizado y le pagamos un montón de plata a las empresas esencialmente gringas”.
Añadió el académico de la Universidad Nacional que también “los petroleros utilizan varias técnicas para prospección que tienen que ver con el manejo de radiación”.
Agregó que el Grupo de Física Nuclear, “al cual dirijo, ahí hemos avanzado en los últimos años. En este momento tenemos un proyecto de regalías en el cual estamos proponiendo nuevas técnicas de inspección no destructiva usando material reactivo. Es ciencia originada en el país, suficientemente convincente como para que nos den un proyecto de regalías”.
El Grupo “ha educado un buen número de gente en ese tema. La Universidad Nacional y otras universidades, por ejemplo, la Javeriana, tiene enseñanza en física médica y ahí enseñan cómo manejar los materiales radiactivos”, acotó el académico.
A pesar de ello dijo que en el país en materia nuclear “estamos muy quedados, pero no estamos en cero”.
¿Una planta nuclear en Colombia?
Cristancho consideró que “estamos muy lejos” en Colombia de producir electricidad a través de un reactor nuclear.
Explicó que además de los respectivos estudios de factibilidad que se requieren, sería un proceso que necesariamente debe hacerse de la mano de la OIEA, que tiene ciertas exigencias de conocimiento técnico del país, también “de estabilidad política del país pues tener un reactor exige cierta capacidad de manejo de evitar situaciones críticas”.
Agregó que la inversión de la planta nuclear es alta, “puede recuperarse en un tiempo bastante largo”.
Sin embargo consideró que el país no ha dado ese paso principalmente porque no ha habido voluntad política. En este sentido dijo que una de las razones para eludir el tema es que siempre se ha dicho “para qué si en Colombia sobra el agua para hidroeléctricas”.
Cristancho piensa que este es un razonamiento equivocado debido a que “definitivamente no hay dónde. No hay valle que aguante una hidroeléctrica. Ya vimos todos los costos con lo que sucedió en Hidroituango”.
Por lo pronto Colombia seguirá moviéndose con energía producida a través de combustibles fósiles, aunque vale señalar que el actual Gobierno ha avanzado en la implementación de energías renovables no convencionales, que solo constituían el 0,2% de la matriz del país, y que su meta es llegar al 14% al final de esta administración.