‘El convite de los animales’, las coplas de un tributo al campo | El Nuevo Siglo
Carranguero de oficio, músico de profesión, poeta, juglar, investigador, actor y artista popular, Jorge Velosa comenzó su carrera artística en la Universidad Nacional de Colombia
Foto Yesid Campos
Domingo, 28 de Marzo de 2021
Redacción Cultura

Como un vino que al pasar de los años madura. Así nació El convite de los animales, la nueva obra literaria del compositor y cantante carranguero Jorge Velosa Ruiz, quien desde la década de los 70 inició una colección de coplas y versos que hoy se convirtieron en una oda al campo colombiano.

Así lo confirmó Mauricio Gaviria, quien acompañó desde un principio la gestación del libro: “El maestro nos contó que empezó a trabajar en este libro en los años 70 sin saber en qué se iba a convertir. Él hizo sus primeros esbozos de coplas cuando era estudiante de la Universidad Nacional de Colombia”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el editor y gerente de la editorial Monigote, la cual eligió Velosa como casa para esta publicación.

Las primeras coplas

Así mismo lo recuerda el maestro, quien en el fervor de la academia, inició esta travesía con la creación de Juan Torbellino, un personaje que a su juicio es un sabedor popular, amante de la copla y la fiesta.

“El uno y la otra están emparentados a través de Juan Torbellino, el sabedor popular, y sus amigos los animales que, salvo al lagarto, al mico y al morrocoy, he conocido y tratado desde mi crianza veredal en Ráquira”, menciona Velosa en la presentación de su obra.

Es así como concibe El convite de los animales, en el que a través de poesía Juan Torbellino se convierte en la voz de los animales que se va encontrando en el bosque, especies con las que Velosa interactuó desde su infancia, cuenta Gaviria.

Pero para llegar a este acervo de cantos, versos y recuerdos, el libro tuvo que pasar por un proceso casi que de ‘maduración’, pues fue escrito cerca de seis veces y en diferentes épocas.

“Cuando terminaba una versión, me quedaba con el pálpito de que estaba tras el rastro de algo muy vital, pero también maliciaba que a las ideas y sus ropajes, como al buen guarapo, aún les faltaba un poco de temple; y, nuevamente, los ponía a seguir madurando al abrigo del tiempo. Y aún ahora pienso que varias se podrían amasar mejor en su cuerpo y alma”, señala.

Pero durante el año pasado, como el maestro lo explica “una tonada me dijo que ya le había puesto todo lo que mi caletre podía, y que debía soltarlo para que se defendiera, caminara y recibiera lo que otros le pudieran aportar”.

Fue en ese momento en que Mario Gaviria y Velosa volvieron a unirse para trabajar en esta travesía de Juan Torbellino, pues Monigote también fue la casa editorial que publicó el libro La cucharita, que narra la historia detrás de la famosa canción homónima.

Así Mario recibió los manuscritos para empezar a descifrar la imagen que Velosa le quería dar a su nueva obra. “Con solo leer las primeras páginas quedé flechado de orgullo porque está lleno de poesía, ternura, humor, inteligencia, de denuncia social. De inmediato sentí como editor que el libro tenía que hacerse”, comentó Gaviria.

Al pasar de los años a Velosa se le aparecieron tres nombres para el libro. Al inicio tenía en mente simplemente a Juan Torbellino, luego pensó en ponerle Abran ventanas, portones, orejas y corazones haciendo alusión al primer verso de la historia y tiempo después surgió La minga de los animales y por último El convite de los animales. “Finalmente, me he decidido por esta última porque creo que lleva la minga por dentro”, apuntó.

Luego de varias charlas con el maestro, “y entendiendo que él concebía su libro para un público amplio desde adultos mayores, pasando por jóvenes y hasta niños porque realmente es un libro que hace clic sí o sí, no solo con la región, sino con todo el país” Mauricio se propuso la tarea de encontrar un artista que le diera color a cada texto.

Y en esta búsqueda se encontró con Soma Difusa, una artista que ha trabajado con comunidades, territorios, sostenibilidad, etnias y poblaciones afro, indígena y campesina, y quien finalmente entendió el pálpito que Velosa quería para su obra.

Homenaje al saber

El convite de los animales está escrito ‘versónicamente’, como lo dice el maestro. Además, sorprende a sus lectores con un léxico típico de su región natal, pero también con algunas palabras inventadas, por eso el libro cuenta con una joya adjunta: un glosario que aclara el significado de cada una de estas expresiones.

“Desde un comienzo decidí hacerlo coplera y versónicamente, porque así he topado siempre los pensares más cercanos, sencillos y contundentes, y una manera de expresar los míos, ora cantando, ora garlando, y porque, como en la narrativa popular, este adobo le da un saboreo más sonoro, juguetón y memorizante. Al final, también ha sido un modo de aprender a versear de diferentes maneras, y de campanear por conservarlo y retroalimentarlo”.

Este es tal vez una de sus obras más representativas, con la que los colombianos pueden sumergirse a esta historia no solamente con su lectura, escucha o declamación, sino también a través de juegos, cantos y adaptaciones musicales. Así lo estipuló el maestro como instrucción en las primeras páginas del libro.

El texto es la invitación a una experiencia por el campo que hoy en día, sin haber sido lanzado oficialmente en las librerías del país, ya es solicitado en varias regiones. “Nos han llegado pedidos desde el Amazonas, Putumayo, Caribe, Antioquia, Valle y Santander”, adelanta Gaviria.

Sin duda, este poema sonoro guarda en sus páginas memoria, tradiciones, música y sabiduría: “Este libro, entonces, es un tributo al saber, al habla, a la poesía y a la literatura oral campesina, a lo que ahora algunos llaman oralitura, con lo que he tenido que ver toda mi vida y por lo que soy lo que soy”.