La conjunción entre las autoridades públicas, la empresa privada y las comunidades para preservar los nodos ecosistémicos es, sin duda alguna, una estrategia muy eficiente para preservar el medio ambiente.

Una prueba de ello es que la secretaría distrital de Ambiente de Bogotá, la gobernación de Cundinamarca y la Fundación Biocuenca firmaron un acuerdo de pagos por servicios ambientales para la regulación hídrica con la junta de acción comunal de Santa Ana, del municipio de Guasca.

El acuerdo se suscribió en 311,7 hectáreas con siete familias de la zona rural de Santa Ana y que hacen parte de la microcuenca del río Siecha. Con este pago por servicio ambiental el Distrito y la Gobernación buscan conservar, a través de acciones de preservación y restauración, áreas y ecosistemas estratégicos para la provisión de agua.

La autoridad ambiental de Bogotá ya ha suscrito pagos por servicios ambientales en 1112,2 hectáreas, en 57 predios y donde se benefician 45 familias en los municipios de Fómeque, Sesquilé, Guasca, La Calera y Guatavita.

La meta de los pagos por servicios ambientales, en su modalidad de regulación y calidad hídrica, busca mantener en conservación (preservación y/o restauración) mínimo 2.128 hectáreas en zonas de influencia del Páramo de Chingaza y el Embalse de Tominé.

El objetivo de la Administración distrital es trabajar articuladamente con la Región para mejorar la seguridad hídrica de Bogotá. La ruralidad debe ser resiliente al cambio climático.