En un comunicado, la Embajada de Rusia en Colombia desmintió los señalamientos sobre su posible participación indirecta en el proceso político nacional, tanto en las pasadas elecciones de Congreso y consultas interpartidistas, como en la actual campaña presidencial.

La sede diplomática europea indicó que dichas afirmaciones en su contra fueron recibidas “con sentido de perplejidad y decepción”, y agregó que “causa risa la manera de convencer al lector de existencia de presuntos nexos entre Rusia y disturbios en Colombia”.

Adicionalmente, indicó que estos mensajes “parecen un típico ejemplo de ‘fake news’, cuando tratan de argumentar la conclusión necesaria y ya determinada con cosas descabaladas e incoherentes”.

La Embajada explicó que estas tienen un altísimo grado de “rusofobia y una furia ciega hacia todo lo vinculante con Rusia”, por lo que expresan su “rechazo categórico” a lo que calificaron como “calumnias”.

“Se han quedado en el aire las advertencias de algunas diplomáticas extranjeras visitantes sobre una casi inminente injerencia rusa en los procesos electorales colombianos de marzo. Y así seguirán las cosas, no tengan dudas”, afirmaron.

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En este sentido, la diplomacia rusa en Colombia volvió a reiterar que “no ha intentado ni tiene intención de injerirse en la vida interna de Colombia. Lo contrario, respetamos plenamente el derecho del pueblo colombiano de elegir su propio futuro”, por lo que “deseamos que en este amistoso país reine la paz y que se desarrolle de manera exitosa y sostenible”.

Finalmente, recordó que “existen varios mecanismos de interacción interestatal mediante los cuales se pueden denunciar las acciones y los hechos sospechosos. Lo que se hace por canales pertinentes, que están abiertos del lado ruso”.

Vale recordar que el pasado fin de semana se conoció información reseñada en diferentes medios de comunicación en la que se mencionó la participación de ciudadanos rusos en el giro de recursos a varios grupos que estuvieron involucrados en los disturbios de las pasadas protestas de abril, mayo y junio del año anterior, así como en la violencia ocurrida en noviembre del 2021.

Igualmente, las investigaciones apuntaron a una operación de lavado de activos que actualmente es indagada por la CIA, la DEA, los británicos y varias agencias en Colombia.