Estados Unidos y Rusia con la relación más tensa de los últimos tiempos | El Nuevo Siglo
El presidente ruso, Vladimir Putin y el mandatario norteamericano, Joe Biden, empeoraron su relación durante la última semana.
ENS
Domingo, 18 de Abril de 2021
Redacción internacional

Las sanciones impuestas por Estados Unidos a Rusia el pasado jueves y la consecuente respuesta con igual contundencia dio una vuelta más a la rueca de tensión que ha ido escalando progresivamente entre Joe Biden y Vladimir Putin.

Y aunque los líderes de ambas potencias han expresado su voluntad de mantener una mínima armonía y puntos de encuentro en temas de mutuo interés, inclusive planteándose la posibilidad de una reunión no muy lejana en un tercer país, los hechos de esta semana vaticinan más una radicalización en sus posiciones que un acercamiento.

Este 30 de abril el presidente de Estados Unidos cumple 100 días en el poder, y en los 89 que lleva varias de sus decisiones han deteriorado la relación con Rusia, que durante la administración de su antecesor estuvo enmarcada dentro de la diplomacia y una estratégica sincronía.

El jueves el gobierno Biden decidió imponer sanciones, por segunda vez en menos de un mes a empresas rusas y expulsar diez diplomáticos por acciones que calificó de ‘nocivas’ y atentatorias contra la seguridad nacional de Estados Unidos. La respuesta del Kremlin no se hizo esperar con la orden de salida de igual número de representantes norteamericanos, la recomendación al embajador en Moscú de volver a su país y la declaración de persona non grata a varios altos cargos del gabinete norteamericano.

Y aun1que basta un repaso general e incluso somero para darse cuenta de que  históricamente las potencias han sostenido una comunicación obligada (por el poder estratégico que ambos asumen en el escenario internacional) y marcada por una atmósfera de tensión, la Administración Biden ha propiciado cuatro ‘golpes’ a su par ruso, lo que ha minado la desconfianza y enrarecido el ambiente para un posible encuentro de los mandatarios.

Todo comenzó el pasado jueves cuando Washington ordenó duras sanciones económicas contra Rusia, así como la expulsión de diez diplomáticos acusados de ser miembros de los servicios de inteligencia de Moscú).

Eso despertó la ira de Moscú y lo hizo a tal punto que el gobierno de Putin escaló la tensión de manera significativa, tras anunciar una batería de medidas y prohibiciones contra altos cargos del gobierno de Washington el viernes en horas de la tarde.

En efecto, hace 48 horas, un día después de que el Tesoro de Estados Unidos prohibiera a las instituciones financieras estadounidenses comprar directamente deuda emitida por Rusia después del 14 de junio y sancionara a seis empresas tecnológicas rusas acusadas de apoyar las actividades de inteligencia cibernética de Moscú, el Kremlin expulsó a diez diplomáticos estadounidenses.

Rusia también indicó que prohibirá la entrada a su país del responsable de la agencia federal de prisiones estadounidense y al exconsejero de Seguridad Nacional, así como al exdirector de la CIA de la Administración de Donald Trump.



Además, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov le “recomendó” al embajador de Estados Unidos en Moscú, John Sullivan, que regrese a Washington para que realice "unas consultas serias y en profundidad". Y algo profundamente inquietante para la potencia occidental, dijo que mantendría en la reserva "algunas medidas dolorosas" para las empresas norteamericanas.

Por último es importante referir que la orden ejecutiva de Estados Unidos fue apoyada por la OTAN, la Unión Europea y Londres

Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se han degradado considerablemente desde 2014 cuando se produjo la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea y que, precisamente ahora es un tema que vuelve a agitarse por la militarización que hizo de la zona fronteriza ante la posibilidad de que Kiev quiera recuperarla, como señala la inteligencia rusa.

.Las sanciones de marzo

Las de la semana pasada no fueron las primeras acciones del gobierno Biden al gobierno Putin. Las primeras fueron el pasado 2 de marzo en respuesta al envenenamiento y encarcelamiento del líder opositor ruso Alexéi Navalni.

En aquel entonces la Casa Blanca ‘castigó’ a 7 funcionarios rusos entre quienes se encontraron Alexánder Bórtnikov, jefe de los servicios de seguridad (FSB); el jefe de los servicios penitenciarios Alexánder Kaláshnikov; al fiscal general Ígor Krasnov y a un estrecho colaborador del presidente Vladimir Putin, Serguéi Kiriyenko. A todos ellos se les congelaron sus activos en Estados Unidos.

En su momento el ministerio de Asuntos Exteriores ruso denunció un "ataque hostil antirruso" como parte de una "política estadounidense insensata e ilógica que solo perjudica aún más las relaciones bilaterales" con Moscú.

El calificativo de “asesino”

Quince días más tarde de que Biden se estrenara en el ruedo de las sanciones, pues esas fueron las primeras de su mandato, el presidente norteamericano generó la indignación rusa al responder afirmativamente a un periodista que le preguntó si Putin era "un asesino", en una entrevista con la cadena ABC.

La respuesta del Kremlin no se hizo esperar y el presidente Putin, además de burlarse de  su homólogo estadounidense por haberlo tildado de "asesino", indicó que “El que lo dice lo es".

"Defenderemos nuestros intereses y trabajaremos con (los estadounidenses) cuando las condiciones nos resulten beneficiosas", insistió posteriormente Biden, pero Moscú no dudó en subrayar que las afirmaciones eran inaceptables.

Adicionalmente, y tomando una disposición inédita desde 1998, el ministerio ruso de Relaciones Exteriores llamó a consultas a su embajador en Estados Unidos para discutir sobre el futuro de la relación entre Moscú y Washington, la que catalogó de "estancada".

A la luz de los eventos del pasado jueves, es importante recordar que en esa misma entrevista, Biden afirmó que quería hacer que el presidente ruso "pague" por la injerencia en las elecciones estadounidenses de 2016 y 2020.

Nord Stream II

Aunque el gasoducto ruso-germano Nord Stream 2 ha sido un problema con Rusia de vieja data, el pasado 7 de abril el presidente Biden dijo que nombraría a Amos Hochestein (antiguo enviado especial y coordinador de asuntos energéticos de Barack Obama y ex miembro del Consejo de Supervisión de la compañía energética ucraniana Noftogaz), para bloquear la terminación del gasoducto Nord Stream II.

"Estados Unidos quiere evitar la terminación de esta obra, la que le permitirá a Rusia suministrar gas directamente a Alemania a través del Mar Báltico, con el fin evitar que el país eslavo continúe posicionándose como principal fuente de la energía europea. Aunque la administración estadounidense ha contemplado varias medidas para evitar la finalización del proyecto y ha contemplado el nombramiento de un enviado especial para este tema; las medidas aún no se han puesto en marcha”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el profesor de Política Exterior Norteamericana de la Universidad Javeriana, Emerson Forigua.

Desde su llegada al poder, Biden ha prometido ser mucho más firme frente a Moscú que su predecesor acusado de complacencia hacia Putin, y el horizonte que se avizora, por lo pronto es de una escalada en la relación.