Implicaciones de Biden candidato, dentro y fuera de EE.UU. | El Nuevo Siglo
Foto: AFP
Martes, 25 de Abril de 2023
Redacción internacional

ES una decisión política interna pero la campaña y elección presidencial en Estados Unidos tiene implicaciones en el escenario global. De allí, que la oficialización del presidente Joe Biden de buscar su reelección, en llave con su vice Kamala Harris, despierte grandes dudas e interrogantes.

La prolongación de la guerra en Ucrania, nuevos picos de tensión con su tradicional rival, China, en diversos frentes como la soberanía de Taiwán, la competencia comercial, las alianzas geopolíticas y la influencia en regiones claves como América Latina, son entre otros, los panoramas previsibles con ‘cuatro años más’ para Biden en la Casa Blanca.

A nivel doméstico, se visualiza el enraizamiento de la división política, el estancamiento de la agenda legislativa y una ralentización del crecimiento económico que mantiene vivo el fantasma de una recesión, máxime por su alta vulnerabilidad a un shock exógeno, como un grave conflicto internacional, una debacle financiera o una nueva pandemia, entre otros.

‘Let’s finish the job’ (terminemos el trabajo) fue la frase con la que Biden oficializó su aspiración a la reelección en el video que titulado “Libertad” divulgó a las 6 a.m. de este martes, argumentando que la “batalla por el alma de Estados Unidos”, el objetivo que se fijó al asumir la Casa Blanca, no se ha cumplido del todo. 

El anuncio no causó sorpresa más sin reacciones políticas, inclusive dentro de las filas de su propio partido, el demócrata.

¿Qué implicaciones tiene un presidente candidato en la política doméstica y exterior de Estados Unidos? Serían muchas y aquí exponemos las mayores y/o inmediatas:

1. Más allá de la edad. Biden se convirtió en enero de 2021 en el presidente de mayor edad en Estados Unidos y, ahora, exactamente cuatro años después de que anunciara su entonces candidatura, oficializa su deseo reeleccionista, con 80 años. Y aunque ello no es inconveniente si se generan muchas dudas sobre su capacidad física y mental para cumplir con la desgastante campaña así, como en caso de ganar, cumplir un nuevo mandato. Goza de buena salud y está apto para el cargo, tal cual lo confirmaron los chequeos de salud del pasado febrero, en el que también se informó que le habían extirpado una pequeña lesión cancerosa en la piel, en la zona del pecho. Es evidente la ridigez en el andar de Biden, sus problemas de elocución (elegir y emplear palabras), generando errores en sus intervenciones, olvidos momentáneos y su hablar quedo, entre otros. De allí sus escasos -casi nulos- encuentros con la prensa y limitados discursos.  El líder demócrata explica que los años le han dado sabiduría, que tiene más experiencia que cualquier otro presidente en la historia de Estados Unidos y eso “me da algunas excusas” y que, pese a su edad, “está en acción”. A fe que es así, pero ahora enfrentará un esfuerzo mayor porque se embarcará en una campaña que le demandan viajes y apretada agenda de un presidente-candidato.

2. Polarización política. Tras su elección en noviembre del 2020, con una ventaja de 4.5% de votos sobre el entonces aspirante a la reelección, el republicano Donald Trump, Joe Biden prometió “poner toda mi alma en volver a unir a Estados Unidos". Se refería a las profundas divisiones en la sociedad, las que a hoy se han profundizado, evidenciándose primero con el resultado de las elecciones de medio mandato y, luego, con las cada vez menos favorables encuestas para el ocupante de la Casa Blanca.  RealClear Politics, sitio de medición y referencia de la opinión, reseña este mes que, en promedio, la desaprobación a la gestión de Biden es del 53.9% y que la percepción de que el país va en una dirección equivocada ascendió al 64.6%.  Con baja popularidad (en marzo fue de 38%) por la alta inflación, el aumento de la inmigración ilegal, no haber logrado consenso para medidas urgentes como extremar los controles sobre las armas y la creciente crisis de opioides, el fiel de la balanza se inclina más hacia los errores que a los aciertos del mandatario. A ello hay que sumar que, pese a mostrarse siempre afable y centrista, ha ido perdiendo terreno entre los jóvenes (18 a 30 años) y sigue sin convencer al grupo etario de adultos mayores (55 a 65).

3. Duelo con Trump. El pulso verbal con su antecesor y favorito a la nominación republicana ha sido constante e intenso desde hace cuatro años. Sin tramitarse la carrera por la candidatura única conservadora se da por descontado que Donald Trump no renunciará a su aspiración, máxime porque si bien hay otros ocho contendientes en liza y la estrella emergente del partido, el gobernador de Florida, Ron De Santis, no ha confirmado si se presentará, siendo el único que podría darle la pelea, el escenario del 2024 será la reedición del duelo Trump-Biden. El expresidente, incurso en un juicio en Nueva York por presunto fraude en registro comercial y una inédita ofensiva judicial con miras a frenar su carrera, con varias acusaciones, desde posible ocultamiento de documentos oficiales hasta la más reciente de una supuesta violación ocurrida hace cuatro décadas, reitera que no ha cometido ninguno de los delitos que le endilgan y que luchará por volver a la Casa Blanca para hacer “Grande a América” de nuevo (Maga por sus siglas en inglés). El libreto del hoy presidente-candidato para esta campaña será además del consabido retrovisor, sus férreas críticas a ese lema y misión de su opositor, tal cual lo hizo con el video de ayer, donde con imágenes de la toma del 6 de enero del 2021 al Capitolio y otra de un abrazo de Trump con De Santis lanza esta advertencia: “Como saben, en todo el país, los extremistas Maga se preparan para tomar esas libertades fundamentales". 



4. Escenario desfavorable. Si los opositores a Trump han esgrimido como caballo de batalla electoral que esa candidatura presidencial no despierta gran entusiasmo, menos lo hace la de Biden. Y las razones van desde los temores de que su salud se deteriore por la edad hasta por su cuestionada gestión, especialmente en el manejo económico y la política internacional. El demócrata confía en que normalmente los presidentes estadounidenses suelen salir reelegidos si se presentan a un segundo mandato. Pero, al menos por ahora, las encuestas contradicen esta premisa. Las mediciones de RealClearPolitics de la última semana, salvo la de Wall Street Journal, que en Trump se impondría a Biden con una ventaja de entre tres y cinco puntos porcentuales. En el hipotético escenario de que la contienda se diera con De Santis, este también ganaría por ese mismo margen. Un secreto a voces es que la candidatura reeleccionista de Biden fue cuestionada por varios demócratas por las razones anteriormente expuestas. Sin embargo, ese inconformismo no se hará evidente y mostrarán un partido ‘unificado’.  No habrá carrera por la nominación partidaria y, con presidente a bordo, sus dos precandidatos, Marianne Williamson, autora de libros de autoayuda y Robert Kennedy Jr, un reconocido opositor a las vacunas y sobrino del asesinado presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy (JFK), darán un paso al costado.

5. Geopolítica global. Biden cumplió a medias su promesa de campaña de poner fin a las fueras de Estados Unidos ya que si bien ordenó la retirada de Afganistán, que en agosto de 2021 se cumplió en medio de la improvisación y el caos, lideró la coalición occidental contra Rusia por la invasión a Ucrania, que inició el 24 de febrero del año pasado. Cuidándose de ser tildado como “beligerante”, ha impuesto y promovido sanciones contra el Kremlin, ha entregado millonaria ayuda en arsenal y recursos financieros a Kiev y convenció a Suecia y Finlandia de unirse a la Otan. Con su lema de “Estados Unidos está de vuelta” el demócrata hizo que los occidentales y la opinión pública cerrara filas tras él, pero no se sabe hasta cuándo persistirá y resistirá esta alianza internacional, sobretodo porque la oposición republicana en el Congreso (son mayoría en Cámara de Representantes) han señalado que no están dispuestos a extender “un cheque en blanco” al gobierno de Volodimir Zelenski.  También la ciudadanía comienza a mostrar su inconformismo. En este concierto internacional, otro frente que preocupa y se afectará con la campaña electoral estadounidense es el ascenso e influencia de China -aliada con Rusia e India- que tiene el ojo en América Latina y en el Indo-Pacífico, que quiere convertir en el nuevo eje geopolítico mundial. Biden ha centrado su política exterior en la creciente rivalidad con China y de allí que ‘cuatro años más’ para el presidente tendrán un alto impacto en la misma. Pero tampoco se pueden desconocer otros escenarios amenazantes: el constante desafío norcoreano, el programa nuclear iraní y el alineamiento al gigante asiático de algunas naciones latinoamericanas.