Con la rendición de los últimos 265 combatientes atrincherados en la planta siderúrgica de Azovstal, último reducto de resistencia en la ciudad portuaria de Mariúpol, Rusia toma el control total del puerto.
Moscú había afirmado desde abril que tenía bajo su control esa estratégica ciudad portuaria tras un asedio de varias semanas. Sin embargo cientos de soldados ucranianos seguían atrincherados en los túneles bajo la enorme zona industrial de Azovstal, cercada por las tropas rusas.
Según el Ministerio de Defensa ruso, 265 soldados ucranianos se han rendido, entre ellos 51 heridos que fueron trasladados a un hospital de la región de Donetsk, en el este de Ucrania, controlada por los rebeldes pro rusos.
Por su parte el Departamento de Inteligencia Militar del Ministerio de Defensa ucraniano dijo en Telegram que el intercambio de esos soldados "se llevará a cabo para repatriar a estos héroes ucranianos lo antes posible", confirmando indirectamente que esos hombres, que "cumplieron" su misión, estaban efectivamente en manos rusas.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, también se refirió a un intercambio, pero solo en relación con "52 soldados gravemente heridos". "Cuando su estado se haya estabilizado, los intercambiaremos por prisioneros de guerra rusos", dijo en Telegram.
"Gracias a los defensores de Mariúpol, Ucrania obtuvo un tiempo vital para acumular reservas, reagrupar y movilizar fuerzas y recibir ayuda de los aliados", según el ministerio.
Según el ejército ucraniano, la resistencia en la acería permitió retrasar el traslado de 20.000 soldados rusos a otras partes de Ucrania impidiendo así que Moscú capture rápidamente la ciudad de Zaporiyia, en el sur.
En Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no respondió a las preguntas sobre si los soldados de Azovstal serían tratados como criminales de guerra o como prisioneros de guerra pero sí dijo que el presidente Vladimir Putin "garantizó que serían tratados de acuerdo con las leyes internacionales pertinentes".
Por su parte la Corte Penal Internacional anunció este martes el envió a Ucrania de un equipo de 42 expertos, el máyor en la historia de la institución, para investigar las acusaciones de crímenes de guerra cometidos durante la invasión rusa.
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"Intentar seguir vivo"
Ucrania está resistiendo más de lo que se esperaba inicialmente ante el ejército ruso, con la ayuda de armas y dinero de sus aliados occidentales. Tras rodear la capital, Kiev, en las primeras semanas de la guerra, Moscú centra ahora su ofensiva en la región de Donbás, en el este, fronteriza con Rusia.
El gobierno de Kiev asegura que las tropas rusas se están retirando de los alrededores de Járkov, la segunda ciudad más grande del país, para desplegarse en el Donbás.
Los combates alrededor de Járkov destruyeron pueblos enteros.
En Ruska Lozova, al norte de la ciudad, Rostislav Stepanenko, de 53 años, ironizó que su oficio era "intentar seguir vivo" y relató a AFP cómo sobrevivió a un devastador bombardeo, atrapado en la línea de fuego entre las fuerzas rusas y ucranianas.
"Con suerte, llegaré a los 54 años, pero hoy no lo esperaría", dijo con una sonrisa nerviosa.
"Bombardeos sin parar"
El gobernador regional de Lugansk, Sergii Gaiday, dijo que las tropas rusas estaban "bombardeando Severodonetsk sin parar" y el martes aseguró que dos edificios del hospital general de la ciudad habían sido alcanzados durante la noche.
"Tenemos diez muertos y tres heridos en la región", escribió en Telegram.
La toma de Severodonetsk, la ciudad más al este en poder de las fuerzas ucranianas, permitiría a Rusia el control de facto de Lugansk, una de las dos regiones, junto con Donetsk, que forman el Donbás.
Por otra parte, ocho personas murieron y 12 resultaron heridas en ataques rusos contra la localidad de Desna, en la región de Chernígov (noreste) donde se encuentra una base militar ucraniana, dijeron los servicios de emergencia.
En el oeste, la administración militar regional de Leópolis dijo que una instalación de infraestructura militar "casi en la frontera con Polonia" había sido alcanzada.
Y el mando del ejército en el sur dijo que Odesa y Mykolaiv también habían sido atacadas y que hubo víctimas en ambas ciudades.
Frente a la agresión rusa, Suecia y Finlandia, están a punto de renunciar a décadas de no alineamiento militar y el miércoles presentarán sus candidaturas a unirse a la alianza de la OTAN.
El parlamento de Finlandia --que comparte una frontera de 1.300 kilómetros con Rusia-- votó por abrumadora mayoría a favor de unirse a la alianza.