Más que el desgaste propio de cuatro años de gobierno (que cumplirá este 1 de junio), al socialista al mando de España, Pedro Sánchez, le cuestionan que por su alianza política con todas las tendencias de la izquierda (desde Podemos hasta Bildu) ha tomado decisiones impensadas, inconvenientes y erráticas según la oposición y gran parte del electorado.

Con el paso del tiempo, esas constantes críticas, aunadas a otros temas de alto impacto social como el elevado costo de vida, así como de la energía, leyes como Sí solo es sí que permitió la excarcelación de agresores sexuales llevándolo a regañadientes a ajustarla, el alto endeudamiento del país, el agujero en pensiones y, más recientemente el escándalo de compra de votos en algunas regiones, llevaron a su partido, PSOE, a perder terreno electoral.

Eso se verifica con todas las encuestas, tanto independientes como la considerada oficial del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que generalmente se toma con reserva. Desde comienzos de año, el apoyo electoral a los socialistas comenzó a bajar y en la antesala de estas elecciones regionales y autonómicas, aunque se vaticina serán los más votados, con 30.2%, la diferencia con los conservadores del Partido Popular (PP) se redujo a solo 2.3 puntos porcentuales, ya que éstos logran 27.9%.

Pero vale aclarar que esta medición se realizó hace más de una semana, por lo que se desconoce el impacto que tendrá en los electores los escándalos de la ‘compra de votos a gran escala’ en Melilla –como lo calificó el fiscal general Álvaro García- y la imputación del número dos de los socialistas andaluces por el secuestro de una concejala en Macarena.

Ambas situaciones fueron develadas esta semana, convirtiéndose en el cierre con ‘broche de latón’ a la campaña socialista y exigencia de transparencia para los conservadores. Por ello, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo llamó a los españoles a votar masivamente este domingo y en contra de los que buscan “ganar con trampas” porque ningún demócrata puede permitir que se “meta la mano en la caja y en las urnas”.

Núñez Feijóo, quien aspira a final de año, cuando está previsto se realicen las parlamentarias, devolver a los conservadores al poder nacional, considero que el PSOE vive esta recta final de campaña una "explosión" y una "mascletá (disparo pirotécnico muy ruidoso) perfecta", por lo que hay acudir a las urnas para respaldar las propuestas del PP, ya que es la vía para empezar a "derogar el sanchismo".

Tras insistir en que “es lamentable que el partido del gobierno ofrezca este ejemplo a los ciudadanos, que nos impactan como españoles y demócratas, así como nos avergüenzan ante el mundo”.

Además, explicó que "derogar el sanchismo" es gobernar "con sentido común, honradez y honestidad para todos y devolverle el prestigio a España. "Y defender la democracia alto y claro, sin callarse ante nadie, y no aceptar que nadie meta la mano en los votos".

De otra parte, criticó el “triunfalismo" económico del Gobierno. “Sánchez dice que va España va bien y yo digo que no. Es un "país endeudado", con un "enorme déficit y el "doble de paro" de la Unión Europea. Además, ha alertado que tendrán que hacer frente a un "agujero" en las pensiones y a una "deuda desorbitada".

Prueba ácida

España renueva este domingo sus ayuntamientos (alcaldías) y los parlamentos de 12 de las 17 comunidades autónomas (regiones) del país, unos comicios que servirán de ensayo general para las legislativas nacionales dentro de unos seis meses -aún sin fecha- y se convierten en un test sobre el real apoyo a los partidos políticos y a sus líderes.

Y aunque es una ‘prueba acida’ para todos, es de mayor calibre para Sánchez y los socialistas, ante el imparable crecimiento de los conservadores y la alta posibilidad que tienen de arrebatarle el control en al menos cuatro comunidades, lo que les pavimentará el camino para las parlamentarias, mientras pone en la cuerda floja al jefe de gobierno.

Desde que asumió el poder, en junio de 2018 tras aprobar el Congreso la moción de censura en contra del entonces líder del PP, Mariano Rajoy, Sánchez gobierna en coalición con el partido de izquierda radical Podemos, hoy también en caída libre electoral. De allí que el socialista tenga mucho más en juego que Núñez Feijóo.

• Le puede interesar: Washington optimista sobre un acuerdo que impida el default de EU

A la fecha los sondeos para esa cita de final de año dan la victoria al PP, pero sin mayoría absoluta de diputados, frente a la coalición minoritaria de izquierdas en el poder, formada por el Psoe y el izquierdista radical Podemos. De allí que la jornada que abrirá en pocas horas sea un sondeo veraz, en toda regla.

De las 12 regiones (de un total de 17) que elegirán su asamblea y, por tanto, su gobierno, diez están dirigidas por el PSOE, ya sea directamente o como parte de una coalición. Las otras dos están bajo la batuta conservadora.

Con enormes competencias, especialmente en sanidad y educación, esas zonas fueron valiosas aliadas de Sánchez en los últimos años, especialmente durante la crisis del covid-19.

Pero se vaticina que en estos comicios, algunas de ellas "giren a la derecha" y la intensidad del mismo podría condicionar el resultado de las próximas generales, según Pablo Simón, politólogo de la Universidad Carlos III de Madrid.

El PP tiene la esperanza de arrebatarle hasta seis gobiernos regionales a los socialistas. Tal resultado, sería un contundente triunfo para Núñez Feijóo. La conquista de cuatro regiones sería ya considerada un éxito.

Según los últimos sondeos, tiene posibilidades en cuatro de ellas: La Rioja y Aragón, en el norte, Baleares y la Comunidad Valenciana, en el este.

Todo el mundo estará pendiente también del resultado de Vox, un partido de extrema derecha cuyo objetivo es convertirse en el socio indispensable del PP en el mayor número posible de gobiernos regionales (ya gobiernan juntos en Castilla y León).

En estas elecciones aunque hay resultados que se pueden considerar definido de antemano, como la reelección de 15 alcaldes (la mayoría del PP), las principales batallas a seguir en la jornada son: si la figura emergente del conservatismo, Isabel Díaz Ayuso, con otro mandato seguro, alcanzará la mayoría absoluta de escaños; si su partido, el PP, logrará el doble golpe para el que ha trabajado intensamente, a saber, quitar a los socialistas tanto la alcaldía de Valencia como el gobierno regional y, si los liderados por Sánchez pueden recuperar el mando de Barcelona, otrora uno de sus principales bastiones.

Díaz Ayuso es "la encarnación de una derecha madrileña" que estima que "el PP tiene que fortalecerse ideológicamente en la derecha y plantear un combate polarizado" con la izquierda, para "controlar la frontera con (la extrema derecha de) Vox", apunta Oriol Bartomeus, politólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona.

El partido de extrema derecha está "decidido a entrar en el máximo de gobiernos regionales" posibles, pero el PP preferiría "minimizar la presencia de Vox en los ejecutivos regionales para evitar situaciones polémicas que pudieran alejar al partido del centro y desmovilizar potencialmente a los votantes" en las elecciones nacionales, estimó Antonio Barroso, analista de la consultora Teneo.

Unos 35,5 millones de votantes (entre ellos 400.000 residentes extranjeros) están convocados a sufragar en los 8.131 municipios del país para elegir a 67.000 concejales municipales, así como sus representantes en la docena de comunidades autónomas.

Mañana en la noche, la verdadera encuesta, la de las urnas estará clara, de seguro con un renovado mapa electoral, y se comenzarán a definir tanto la táctica como la estrategia por el Palacio de La Moncloa./Redacción internacional