SIN importar quien asuma las riendas de Colombia desde el próximo 7 de agosto, es claro que el próximo gobierno buscará restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela. Así lo establecen en su agenda programática los dos candidatos en contienda, Rodolfo Hernández y Gustavo Petro.
La decisión en tal sentido es un cambio radical frente a lo determinado por el país durante el mandato de Iván Duque que considera al gobierno de Nicolás Maduro como una “dictadura oprobiosa” y ha reconocido, al igual que medio centenar de países, la jefatura presidencial interina del líder opositor Juan Guaidó.
Para determinar la conveniencia e implicaciones de reanudar, como lo plantean los candidatos presidenciales, EL NUEVO SIGLO dialogó con Ana María Trujillo, internacionalista experta en América Latina y temas fronterizos, quien argumenta que no es funcional para el Estado colombiano mantener el diálogo cerrado con un vecino con el que comparte dos mil kilómetros de línea divisoria.
EL NUEVO SIGLO: Los dos candidatos presidenciales plantean restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela. ¿Cómo ve el escenario para ello?
ANA MARÍA TRUJILLO: Hay que entablar un diálogo muy fuerte con Nicolás Maduro y en ese sentido Colombia tiene que aprovechar el acercamiento que ha tenido Estados Unidos con ese gobierno. Esa es una bandera verde que facilitará muchísimo un eventual restablecimiento de relaciones. Además, vale recordar que hace más de un año la Unión Europea reconoció nuevamente a Nicolás Maduro y le quitó el reconocimiento a Juan Guaidó, y en ese orden de ideas creo que el escenario internacional es muy favorable.
ENS: ¿Qué implicaciones podría tener, considerando que durante los últimos años Colombia reconoció a Guaidó como presidente interino?
AMT: En ese reconocimiento el gobierno de Iván Duque ha sido muy claro, pero ha cometido también muchos errores porque realmente no es funcional. Los países pueden tener relaciones incluso con dictaduras y condenar abiertamente que no están de acuerdo ya sea con la violación a los Derechos Humanos o con el irrespeto al sistema democrático etc, pero por ejemplo ¿Por qué la Unión Europea se desligó de Guaidó? Porque no es funcional.
Más aún lo deberíamos hacer nosotros que somos un país vecino que comparte una frontera de más de 2 mil kilómetros y cuyos ciudadanos están viviendo una crisis. Tanto desde el discurso como desde la acción, creo que será relativamente fácil hacer un reconocimiento del gobierno de Nicolás Maduro. Y, en ese marco de negociaciones, Colombia puede y debería ser enfático en la necesidad de que se instaure un sistema de derecho y democrático, así como a que regresen a una mesa de negociación con la oposición.
Esos son puntos que nuestro país debe decir y esto incluso será un respiro tanto para el régimen de Maduro como para una oposición que ha demostrado una gran incapacidad de gestión. Esta es una oportunidad que si el nuevo presidente logra materializar, sería altamente exitoso.
En relaciones internacionales todo se puede manejar a partir de los intereses. Hay que demostrar que hay más beneficio en un acercamiento con el gobierno venezolano de Maduro y en presionar una sentada con la oposición a negociar, que mantener la situación actual. Esto puede posicionar a Colombia en la región como un líder. Es una gran posibilidad y hay gente en ambas campañas que pueden contribuir a que esta relación deje de ser tan rígida, securitizada y se entablen diálogos que ayuden, sobre todo a la población de frontera.
ENS: Colombia es un aliado externo de la OTAN. ¿Eso podría tener alguna implicación a la hora de dialogar con el gobierno Maduro?
AMT: No creo. Ya mencioné que la política exterior se maneja por intereses. En este momento la frontera realmente está generando una crisis muy grande y la misma seguridad nacional colombiana se está viendo afectada por que hay un montón de grupos criminales que desde Venezuela están desestabilizando al país. La mejor forma de solucionar este tema es entablando diálogos para que haya negociaciones políticas que frenen este escenario. La OTAN no se mete en los escenarios latinoamericanos y realmente al interior de este organismo el peso de Estados Unidos es muy grande, más aún en el escenario latinoamericano.
Estados Unidos está abriendo una pequeña puerta (con el tema de las sanciones energéticas) y realmente está indicando a Colombia que dé un paso adelante. Y la cooperación internacional por parte de Washington en temas de desarrollo en la frontera es gigante. Desde el 2018 se volcó la cooperación y se desplazó a escenarios como el Catatumbo, Arauca y la Guajira. Allí está centrada para dar respuesta a la emergencia humanitaria. Estados Unidos sabe que es necesario ir más allá, está replanteando su política y el paso siguiente lo debemos dar nosotros, pero desde una figura de liderazgo.
Cómo sería la negociación
ENS: ¿Cómo podría darse este restablecimiento?
AMT: Lo primero que tiene que pasar es que se reestablezcan las relaciones consulares con la frontera y con la reactivación de los puestos fronterizos. Eso debe ser prioritario porque es un tema que pasa por el tránsito de ciudadanos que están en constante movimiento a través de la misma, ya sea porque viven en Venezuela y trabajan en Colombia, o porque tiene familias al otro lado del trazo. Estas personas que migran pendularmente son el primer elemento que se debe considerar para garantizar los derechos de esos ciudadanos.
Sobre todo, del lado venezolano hay mucha corrupción, muchas vulneraciones a derechos humanos y hay un elemento tradicional, que no es nuevo, que es el de los tráficos ilícitos y que están nutriendo cada vez más el crimen organizado, de lado y lado de la frontera. Ese puede ser un factor positivo en una eventual negociación porque hay una atomización de grupos armados que no le conviene al gobierno venezolano.
ENS: Eso a corto plazo, ¿y después?
AMT: Más a mediano plazo el gobierno colombiano debe hacer una agenda muy pausada, tema por tema, muy consensuada y que muy al estilo diplomático tradicional tenga un bajísimo perfil, que sea muy secreta y sin tanto bombo publicitario. Ahí es en donde yo veo que puede haber inconvenientes, tanto del lado venezolano como del colombiano.
El gobierno venezolano se ha caracterizado por sacar y mostrar todos los avances, lo vimos ahora que Estados Unidos permitió unos acercamientos. Bien sea Rodolfo Hernández o Gustavo Petro serán gobiernos que se inclinarán por la figura del líder al que le gusta mostrar todos los avances rápidamente y eso puede complejizar muchísimo la situación.
En ese orden de ideas creo que el nuevo gobierno deberá establecer cancilleres muy estrictos y muy rigurosos, que tengan un manejo muy bueno de esa relación diplomática.
ENS: ¿Quién debería asumir ese “chicharrón” de liderar la negociación con Venezuela?
AMT: Más allá de los nombres, se debe construir un equipo de alto nivel en donde haya académicos capaces de identificar las necesidades. En el equipo que tenía Sergio Fajardo, por ejemplo, había personas muy interesantes en materia de política exterior como por ejemplo Sandra Borda.
Hay también personas que ya conocen a Nicolás Maduro y tienen un relacionamiento de vieja data, como la que fue canciller de Juan Manuel Santos, María Ángela Holguín. Ella no solo tiene el conocimiento sino una relación histórica con Maduro y tuvo que manejar muy delicados en torno a la negociación de paz que se hizo sin grandes escándalos y con mucha rigurosidad. Sin embargo, preocupan los rumores acerca de que Rodolfo Hernández piense poner a Ingrid Betancourt como su canciller. Eso indicaría que muy posiblemente no vaya a restablecer relaciones diplomáticas con el régimen de Maduro.
ENS: ¿Cómo cree que funcionen los tiempos?
AMT: El próximo gobierno debería plantear un plan de por lo menos seis meses para hacer el reconocimiento formal al gobierno Maduro y abrir la frontera que, como ya lo indiqué, debe ser prioritario. Poco a poco se deberían ir incorporando otros temas más delicados.
Por ejemplo, no creo que Colombia pueda entrar a negociar el tema de las Farc y del Eln en territorio venezolano en forma inmediata. Tocará generar confianza, pero lo que si debe ser inmediato, la carta de presentación del gobierno colombiano a la negociación debe ser: “¿Qué vamos a hacer con las poblaciones?”.
ENS: ¿Independientemente del tiempo que tome se podrán reestablecer las relaciones diplomáticas?
AMT: Sin duda.