SON CASI cinco mil hombres y mujeres de la Policía los que integran la Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo), que es la metamorfosis operacional de los Escuadrones Móviles Antidisturbios (Esmad).
Desde que este Gobierno asumió el poder había indicado que aplicaría una reforma de fondo en estos últimos. A punto de cumplirse diez meses de gestión, esa reingeniería ya está lista e implementándose.
EL NUEVO SIGLO habló con la nueva directora de la Undmo, coronel Alba Patricia Lancheros Silva, primera mujer en ocupar este cargo en la historia de las unidades especializadas en enfrentar casos de vandalismo, asonada y otros desbordes violentos de la protesta social.
Según, la alta oficial, el proceso de transformación del antiguo Esmad ya está en marcha. Ahora los uniformados se distinguirán por portar casco blanco y chalecos azules que llevan letreros en español e inglés con las palabras: ‘Diálogo’ y ‘Speak’. Además, su vehículo de transporte también es de color claro, para ser más visible.
“Estos hombres y mujeres, en un número reducido, saldrán siempre a buscar salidas negociadas a las principales problemáticas sociales que son atendidas por efectivos de la Policía Nacional”, indicó la coronel.
Agregó que “en estos procesos y mecanismos de atención de conflictos prevalecerá siempre el diálogo, destacando que la reunión, la manifestación pública y pacífica, es un derecho fundamental que se debe garantizar en todo momento a los colombianos”.
De acuerdo con Lancheros “el diálogo debe estar por encima de todos los procesos y, por esta razón, los uniformados, con casco blanco y chalecos azules, estarán a cargo de las conversaciones con las personas que están al frente de las manifestaciones y demás eventos sociales que se presenten en las principales ciudades del territorio nacional”.
La comandante de los Undmo enfatizó que se trabajará desde el principio de la intervención en buscar y alcanzar salidas negociadas y evitar en todo momento que se presenten hechos de alteración del orden. “En estos diálogos no estamos solos, debido a que trabajamos con otras entidades, como la Defensoría del Pueblo y con (instancias de) Derechos Humanos, precisamente, para garantizar el libre ejercicio a la protesta”, recalcó.
¿Equipamiento?
Respecto a los equipamientos de los integrantes de estas unidades policiales, la oficial indicó que están funcionando unas mesas de trabajo para analizar con cuáles elementos no letales podrán contar los integrantes de esta especialidad policial.
“Como su nombre lo indica, el diálogo es fundamental. Entonces, estamos capacitando a nuestros policías para poder, de esa manera, evitar que la manifestación pública escale a la violencia”, precisó.
Lancheros insistió en que “cuando las manifestaciones, marchas, mítines y otros eventos se conviertan en hechos de alteración del orden público o afectaciones a la convivencia ciudadana, la Undmo actuará para hacer cumplir la ley. Esta fuerza cuenta con sus uniformes negros y con sus equipos de protección y con el empleo de elementos no letales de disuasión”.
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“En este proceso para contener hechos de alteración se trabajará con el uso legal, proporcional y racional de la fuerza para garantizar la vida, la tranquilidad ciudadana y, por supuesto, los derechos fundamentales de los ciudadanos”, indicó la coronel.
Respecto al cómo y cuándo actuarán, explicó que la “Unidad lo que realiza exactamente es el restablecimiento del orden, porque es la última instancia para actuar. Lo que se pretende es que no tengamos necesidad de intervenir desde la Undmo, sino que simplemente haya un diálogo o que la manifestación pública, como un derecho, se realice sin que genere violencia”.
En cuanto a la forma de proceder una vez se establece el canal de diálogo, la comandante del Undmo explicó que “es fundamental el diálogo y la presencia. Cuando hay un diálogo, pero con la conversación no se logra nada, entonces se llega al tema de la presencia, lo que indica que nuestros hombres y mujeres de la Unidad, con sus protecciones, se ubican para que de tal manera puedan ser visibilizados por las personas que están haciendo uso del derecho a la manifestación pública y, de esta forma, evitar alguna confrontación, y cuando sea realmente necesario, entonces se debe actuar”.
Aseguró que en el proceso de transformación de la Unidad se están revisando los protocolos doctrinales de actuación, los procesos de diálogo y concertación, los derechos humanos y el empleo de las armas de uso no letal. Una vez estén las nuevas directrices, el Gobierno Nacional, el Ministerio de Defensa y la misma Policía Nacional, se darán a conocer a los colombianos.
Rol de ciudadanía
Otro de los retos para la oficial es que “la ciudadanía vea de manera diferente todo el proceso de transformación de la Policía Nacional y de la Undmo. Este trabajo no solamente les corresponde a los policías, sino también a la sociedad”.
Ratifica que “los ciudadanos deben entender que ese grupo de hombres y mujeres que integran el Undmo está debidamente capacitados y que, en forma permanente, están recibiendo retroalimentación en sus procedimientos y deberes, pero que cuando se necesite su intervención, cuando haya que actuar, es porque así lo permite la ley”.
Además, advirtió que “la norma nos establece en qué momento se puede actuar y que las decisiones están en cabeza de los mandatarios locales y de las diferentes entidades que, ya en un momento determinado, deciden que se hace necesaria la presencia de Undmo”.
Responsabilidad inédita
Actualmente la coronel Lancheros adelanta los cursos Integral de Seguridad y Defensa Nacional y de Alta Gerencia para ascender en el próximo diciembre al grado de brigadier general.
“Como mujer, como policía, sé que voy a marcar historia con este cargo tan importante. Es un grupo en el cual nunca se había pensado que una mujer fuera su comandante y hoy, gracias al nombramiento hecho por el director de la Policía, me da esa gran responsabilidad”, aludió.
Señaló que “liderar el trabajo de casi cinco mil hombres y mujeres, dedicados a trabajar por la convivencia y la seguridad de los colombianos, es uno de los retos más importantes para mi vida profesional y como oficial de Policía”.
“Soy una boyacense, hija de un agente de la Reserva Activa de la Policía Nacional y mi madre trabajo en un almacén de cadena en Tunja. Tengo dos hermanos, uno de ellos es pensionado de la Policía y mi hermana labora en la Secretaría de Salud de Boyacá”, compartió.
Reveló que ha trabajado en Magdalena, Santander y Medellín. Fue la primera mujer directora de la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (Unipep), que tiene como misión asesorar, diseñar, dirigir, coordinar, articular, verificar el cumplimiento de los compromisos y responsabilidades institucionales complementarias y misionales derivados de la construcción de paz.
También laboró en la Policía Metropolitana de Bogotá, con la función principal de acercamiento a la comunidad. “Es una de las fortalezas que me ha permitido hoy, como comandante de la Policía en el Quindío, poder sobresalir en cuanto a eso lo que la gente quiere: que se le escuché, que pueda encontrar a un policía amable, a un policía amigo, a un policía que con una palabra atenta y oportuna pueda solucionar el tema que no siempre es la inseguridad”, explicó.
Además, es especialista en Seguridad, especialista en Investigación Criminal y magister en la Intervención en Sistemas Humanos de la Universidad Central.