Perspectiva. Iván, memoria viva de cuando el tren llegaba a Bogotá | El Nuevo Siglo
ANUNCIO realizado por Ferrocarriles Nacionales con fecha entre 1954 y 1990.
Tomada de @historia_bogota en Twitter
Sábado, 10 de Junio de 2023
Redacción Bogotá

DESDE las primeras décadas del siglo 20 hacia el año 1802, un obrero en Inglaterra llamado Richard Trevithick empezó a desarrollar la forma de utilizar el vapor como medio de locomoción, años después, en 1814 el proyecto se perfeccionó. No obstante, siempre fueron los ingleses quienes lideraron esta invención. Así lo contó a EL NUEVO SIGLO Iván Angarita, catedrático y consultor del Festival Internacional de Historia de Villa de Leyva.

“La historia del tren nos daría para varias páginas de un libro muy grande, pero a nivel de Colombia realmente fue inaugurado hacia el año 1889 con una línea de 40 kilómetros, precisamente destacándose un viaje de Bogotá a Zipaquirá como es el actual ferrocarril de la Sabana y llegó en 1956 a alcanzar 200 kilómetros de extensión”, explicó.

Con 10 años, Iván hizo su primer viaje en tren junto a su padre para iniciar sus estudios en Bogotá. “Fue una experiencia espectacular, el primer viaje en tren lo hacíamos entre la ciudad de Cali hacia el municipio de Jamundí, que en ese entonces empezaba a ser de amplio bagaje turístico”, señaló.

La ruta a Bogotá desde Cali, recordó Iván, era Cali, Palmira, Buga, Armenia, Ibagué, Girardot, Sasaima, Facatativá y Estación de la Sabana.

Para viajar de Bogotá a Cali o viceversa, los Ferrocarriles Nacionales ofrecían un pasaje a $ 15,85 pesos (en un sentido, moneda de la época) en Autoférro, pero debido a la falta de vía férrea entre Ibagué y Armenia se debía realizar un viaje en automóvil entre las dos ciudades para realizar el transbordo y continuar con su destino (transbordo incluido en el precio).

“Los primeros viajes eran una sensación para uno de niño. Era imposible permanecer sentado, entonces lo primero que advertían era que nunca sacáramos la cabeza porque como el tren era a vapor y con leña podía ocurrir algún accidente. Aun así, se podía corretear y comer”, recordó.

Los viajes en familia

A través de las memorias de Iván, los lectores de EL NUEVO SIGLO pueden vivir una travesía desde Bogotá hasta Santander.

“Después la vida me permitió hacer un viaje muy especial en familia de Bogotá hacia Puente Nacional en los Santanderes, en una correría fabulosa con paradas del tren iniciando en Cajicá, Zipaquirá, pasamos cerca por Tunja y, finalmente a Puente Nacional. Fue una experiencia maravillosa porque íbamos conociendo los lugares, las estaciones y a los vendedores ambulantes que ofrecían productos nativos del municipio y la región”, relató.

Iván expuso una reflexión en torno a la vida tomando como base sus experiencias en el tren y haciendo alusión a la velocidad que alcanzaban las locomotoras.

“Viajar en tren es como viajar en la vida, no se puede andar con mucha prisa porque tendríamos que tomar un avión. El tren alcanzaba una velocidad promedio de 110 kilómetros por hora, después llegaría un tren llamado “chofer”, que ya era un solo vagón de lujo. Recuerdo que lo utilicé para viajar hasta Santa Marta con otras comodidades”, dijo.

Compartió, además que añora poder repetir esos viajes en tren. “En este momento Colombia tiene 3.356 líneas de tren habilitadas, pero desafortunadamente solo utilizamos unos 300 kilómetros”, sostuvo mientras recordaba la emblemática canción “Santa Marta tiene tren, pero no tiene tranvía. Si no fuera por la zona, caramba, Santa Marta moriría” del veterano acordeonero Manuel Medina Moscote.

El autor no se refiere al Tranvía, como medio de transporte, si no “train-vía”, o vía del tren. Y como “Tranvía” quedaba mejor en la canción que “vías del tren”, optó por esta palabra.

“Después de que el presidente Manuel Murillo Toro apoyó la construcción de una vía férrea, que fue inicialmente entre Buenaventura y Bogotá y luego de Bogotá hacia los Santanderes, posteriormente llegó a Santa Marta y es cuando vienen todos esos temas musicales idílicos”, explicó.



Un poco más de historia

Iván señaló que hay una fecha especial: el primero de enero de 1871 cuando se inauguró el ferrocarril que iba desde Barranquilla hasta una aldea muy pequeña que era Sabanilla y que fue bautizada después como ‘Puerto Salgar’ finalizando el gobierno del general Eustorgio Salgar.

“Ese tren de la Sabana opera desde el año 1889, tuvo una interrupción hasta 1991 porque los Ferrocarriles Nacionales de Colombia nunca tuvieron una organización administrativa real y siempre tuvo altibajos en el manejo administrativo. Sin embargo, ahí debemos destacar para la historia las singulares estaciones que están en el patrimonio nacional de los departamentos y de Colombia. Allí habría que señalar la Estación de la Sabana en Bogotá sobre la avenida 13, la estación de Antioquia en Medellín, la estación en Barranquilla cercana al muelle, la estación del Pacífico en Cali como ciudad del occidente colombiano”, explicó.

En este sentido, Iván sostuvo que en Colombia los gobiernos no le han dedicado la importancia que merecen los trenes.

“El tren es una gran invención industrial, es un medio de locomoción estupendo, seguro y flexible, es valiosísimo, por ejemplo, para movilizar la carga, pero solamente lo utilizamos en la Guajira con las situaciones del Cerrejón. Ojalá los gobiernos futuros, empezando por el gobierno Petro, se interesen más en que podamos utilizar esos 3.300 kilómetros de líneas, habilitarlas y rehabilitarlas para que pudiéramos utilizarlas”, sugirió.

Una inspiración de vida

Iván Angarita estudió primaria y bachillerato en el Instituto La Salle en Bogotá. Posteriormente, se especializó en Relaciones Públicas y Diplomacia en George Washington en Estados Unidos. Con la Organización de Estados Americanos aprendió sobre ética y protocolo de los eventos oficiales.

“Por eso soy tan cercano a la consultoría con la Cancillería colombiana, con algunos ministerios y los máximos organismos que congregan a los grandes eventos en Colombia y en Bogotá. Tengo el honor de ser organizador de profesionales de congresos, he sido Presidente de la Asociación Colombiana de Organizadores de Congresos y de la Confederación Latinoamericana de organizadores de eventos cuya sede es en Lima, Perú; donde ejercí como consultor”, explicó.

Es, además periodista egresado de la Pontificia Universidad Javeriana, y bajo esta premisa relató parte de su inspiración para ejercer esta profesión.

“Desde que era niño e iba en el tren tenía el interés de conocer, de hablar con la gente, de mezclarme con ellos, conocer sus historias de vida. Soy un lector apasionado y desde esa época me inspiré en la historia de los trenes y las personas para ser un gran interlocutor en la actualidad”, concluyó el historiador Iván Angarita.