LAS vacaciones pueden ser vistas por los niños y adolescentes como una de las épocas más anheladas del año, debido a que representan un periodo de descanso, mayor número de horas libres al día, cambio de rutinas, incremento de horas de sueño y la posibilidad de dedicar mayor tiempo a realizar actividades que disfrutan o de simplemente no hacer nada.
No obstante, el panorama cambia para los padres o cuidadores, quienes en muchas oportunidades ven las vacaciones de los niños y jóvenes como un periodo retador, desafiante, de conflicto o de discusión constante en torno a las actividades en las que se debería o no invertir el tiempo disponible.
Andrea Criollo Gómez, psicóloga, especialista, magister de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz y Candidata a doctora de la Universidad de Valladolid nos entrega las siguientes recomendaciones para hacer de esta época del año una experiencia que permita el descanso, el aprendizaje y el fortalecimiento de los vínculos personales, familiares y sociales de nuestros niños y jóvenes.
1. Recuerda que también fuiste niño y adolescente. Es importante que les permitamos desconectarse de la academia y les ayudemos a encontrar oportunidades para descansar, disfrutar, entrar en contacto con ellos mismos, con la familia y con sus amigos.
2. Otórgales un rol activo en el proceso de toma de decisiones en cuanto al establecimiento de las nuevas rutinas, indicando límites y pautas claras. Lleguen a acuerdos y compromisos en cuanto a la hora de levantarse, de dormir, hora de regresar a casa cuando salgan, tareas domésticas y actividades de disfrute a realizar, tiempo de ocio y de uso de dispositivos electrónicos, entre otros.
3. Convierte las vacaciones en una oportunidad de aprendizaje, desarrollo de habilidades y destrezas. Encuentra un espacio para vincular a los niños y jóvenes en algún deporte, actividad artística o hobby, guiado por las preferencias y gustos personales, lo cual promoverá el aprendizaje y la conexión con la vida.
4. Guíalos en la aplicación de los aprendizajes académicos en las actividades cotidianas. Las vacaciones son una oportunidad para lograr articular lo aprendido en el colegio con el diario vivir, por ejemplo, involucrarlos en las compras del hogar preparando el presupuesto y analizando gastos, podría ser una perfecta oportunidad para la aplicación de las matemáticas, preparar postres o galletas con diversas formas podría permitir el reencuentro con la geometría; leer el periódico analizando las noticias promovería el desarrollo del pensamiento crítico; salir a caminar en los diferentes parques de la ciudad posibilitaría el encuentro con algunos animales, plantas y ecosistemas, lo cual ayudaría a la aplicación del conocimiento adquirido en ciencias naturales; ver y analizar películas de diferentes épocas permitiría el acercamiento a la historia; los juegos de mesa podrían facilitar el desarrollo del pensamiento lógico. En conclusión, podemos enseñarles a nuestros niños y jóvenes que los conocimientos adquiridos en el colegio no se encuentran desligados de nuestro día a día y que siempre tendremos oportunidades para aprender y fortalecer nuestras habilidades.
5. Facilita el fortalecimiento de vínculos y habilidades sociales e interpersonales. Genera espacios para promover el reencuentro de los niños y jóvenes con sus pares, amigos, compañeros o familiares, en modalidad presencial o virtual, no sería extraño que manifiesten incomodidad o pereza al tener que salir de casa, recuerda que durante varios meses por la emergencia sanitaria que vivimos a nivel mundial les impedimos tener contacto físico y hasta salir de casa, lo que obligó a la búsqueda de nuevas opciones y formas de adaptación para continuar su desarrollo social, por lo tanto sería normal y esperado que quisieran continuar con estas nuevas formas de relacionarse, así que no te alarmes y motívalos para que tengan interacciones tanto virtuales como presenciales, donde puedan expresar sus ideas, escuchar al otro y compartir experiencias.