“Indígenas saben que tumbar a Lasso es pegarse un tiro en el pie” | El Nuevo Siglo
Cortesía Universidad del Rosario
Domingo, 26 de Junio de 2022
Redacción internacional

EN estos momentos Ecuador está viviendo la movilización más intensa por parte de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) desde el 2019, cuando el paro degeneró en protestas violentas que, tras dejar once muertos y centenares de heridos, forzó al entonces presidente Lenín Moreno a reversar la eliminación de los subsidios a los combustibles, como lo había acordado con el Fondo Monetario Internacional.

Motivados fundamentalmente por los mismos reclamos, las actuales protestas indigenistas han degenerado en violencia y vandalismo en varias ciudades, especialmente en Quito. Ello hizo que el presidente Guillermo Lasso decretara el estado de excepción en seis provincias e instara reiteradamente al diálogo, pero los manifestantes, con Leonidas Iza a la cabeza han radicalizado su posición y se teme que el motivo real sea derrocar al mandatario.

El pulso callejero tiene un gran trasfondo político y así se evidenció con los constantes trinos del exiliado exmandatario Rafael Correa invitando a la población a una firmatón para revocar a Lasso, lo que de darse abriría la puerta a que su delfín, Andrés Arauz, buscara nuevamente llegar al poder, sueño que debió resignar ante el actual mandatario conservador.

Arauz no es de buen recibo ni por el movimiento indígena Conaie ni por el partido de éstos en el Congreso, lo que podría según el profesor internacionalista y experto en temas latinoamericanos de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo, llevar a una pronta alianza entre éstos y el actual gobierno, pues “la caída de Lasso implicaría una reacomodación de fuerzas y un adelanto en las elecciones en las que, me imagino, ganaría la carta correísta”.  

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo se puede explicar el estallido social en Ecuador?

MAURICIO JARAMILLO: Ahí tienes que tener en cuenta el empoderamiento de los indígenas, que no es algo nuevo. Este grupo había recuperado su capacidad de movilización en el 2019 y lo hicieron en ese momento, con Lenin Moreno en el poder, por la suspensión de la subvención en la gasolina y que encarecía los transportes.

En ese momento pactaron con quien hoy en día es el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, una especie de matrimonio por conveniencia en el que ellos no tocaban a Moreno y lo dejaban terminar su mandato, porque de lo contrario volvería Rafael Correa. Lo que hoy estamos viendo es como ese matrimonio se acabó.

Y se acabó porque Guillermo Lasso recibió un Ecuador muy endeudado, con un déficit fiscal muy alto y con un alza en los alimentos que está afectando la calidad de vida de las personas a razón de la guerra entre Rusia y Ucrania. El país no se puede dar el lujo de entregar muchos subsidios y ayudas, los ha recortado, lo que ha creado una situación de precariedad social, sobre todo de los indígenas.

ENS: ¿Son válidas las solicitudes del pueblo indígena?

MJ: Son absolutamente válidas por la suma de dos hechos: la precariedad sumada a la inflación generalizada. En Ecuador lo que la gente está pidiendo es que el gobierno les facilite ayudas, muchas más ayudas. La gente está diciendo: “aquí la prioridad no puede ser el pago de la deuda externa”; “aquí la prioridad no puede ser mantener el déficit fiscal por debajo del 4%”; “aquí tiene que haber más gasto social”.

Pero el gobierno tiene un compromiso con el Fondo Monetario Internacional que dejó firmado Lenin Moreno que obliga al Estado a no sobrepasar ese déficit fiscal. Voy a decir algo profundamente salomónico, pero que responde la pregunta: tienen razón los indígenas en pedir más ayudas, pero hasta cierto punto también tiene razón Guillermo Lasso porque está contra la pared. Él tiene un compromiso con sus acreedores inflacionarios de no sobrepasar el déficit, lo que le da un margen bastante estrecho. Lo salva que el precio del barril del petróleo está por encima de los US$110, pero aun así la tiene muy de para arriba.

Y hay un agravante y es que en Ecuador los indígenas tienen una capacidad de movilización enorme, como ningún otro país en América Latina, y está el antecedente de que apoyaron a Lasso a cambio del mantenimiento de las subvenciones que se han venido recortando.

Discurso derrotista

ENS: La lectura del presidente Lasso es que lo quieren botar. ¿Qué de cierto hay en eso?

MJ: Esa es una lectura que se entiende, que tiene lógica, pero que es completamente injustificada. Ante la protesta social un presidente no puede salir a decir que lo quieren derrocar y, por el contrario, lo que tiene que hacer es salir a negociar. Ahora, si bien es cierto que ese discurso no tiene una justificación si tiene una explicación: ¿de dónde viene esa lógica?

Al revisar el pasado, a Abdalá Bucaram en 1997 y a Jamil Mahuad entre 1999 y el 2000, ¿quiénes los derrocaron? Los indígenas. Lo que está haciendo Lasso es jugar con la historia. Él participó de esa disidencia, la conoce a fondo y lo que está diciendo ahora es que están repitiendo el libreto de lo que han hecho siempre: un golpe de estado. Entonces es injustificado. pero tiene su lógica porque los indígenas han sido un actor clave a la hora de tumbar presidentes en Ecuador. Pero la situación es grave, ya hay cuatro muertos; se le está saliendo de las manos.



ENS: Efectivamente hay cuatro muertos, siete provincias en estado de excepción y el jueves el presidente comenzó a ceder pero, ¿qué tiene que hacer el ejecutivo en forma inmediata para frenar el estallido social?

MJ: Lo primero que tiene que hacer es atender el reclamo de los indígenas de desmilitarizar las calles y levantar el estado de sitio. Si no lo levanta los indígenas no van a negociar porque, en buena medida, el cálculo de los manifestantes es que entre más se militarice más violencia habrá. En ese sentido hay que ver quien cederá primero, pero yo creo que el presidente está en el deber, por la forma en la que ha escalado la situación, de ceder primero y desmilitariza. De lo contrario será muy difícil negociar.

Una vez desmilitarizado, yo me imagino que lo que los indígenas quieren es una mesa de negociación en la que se discuta un plan de subsidios, de un mínimo vital, de desempleo, de alimentación, de vías, de extractivismo etc. Es muy complicado, pero con esto se mantendría un canal de diálogo que se pacta en estas crisis, en donde se reunirán con cierta periodicidad para ver cómo se avanza en términos de lo que se pactó. El monitoreo de esos acuerdos.

ENS: ¿Y cree que eso ocurra?

MJ: Yo creo que los indígenas están contemplando que si Guillermo Lasso se cae volverá al poder el candidato de Correa, que es Andrés Arauz. En Ecuador el anticorreismo es más fuerte que el antipetrismo en Colombia, así que yo creo que se hará un pacto de todo el mundo porque la caída de Lasso, insisto, implicaría una reacomodación de fuerzas y un adelanto en las elecciones en las que, yo me imagino, ganaría Arauz.

Los indígenas no querrán tumbar a Lasso porque será como pegarse un tiro en el pie. Es mi intuición por lo que pasó en la elección del 2021, en donde hubo una alianza muy rara entre la derecha y los indígenas para evitar que Arauz llegara al poder.

ENS: Frente a lo que acaba de decir, ¿qué tanto ha incidido en este estallido social la bancada indigenista en el Congreso?

MJ: Ha sido grande. En Ecuador los indígenas tienen dos grandes brazos: la Conaie y Pachakutik, que es mucho más minoritario en tanto que no es una confederación. Pero cuando la Conaie llama la capacidad de convocatoria es muy amplia.

Pero, ¿qué pasa con relación al partido?: cuando llegó la segunda vuelta presidencial entre Andrés Arauz y Guillermo Lasso lo que hicieron los indígenas, contra todo pronóstico, fue no aliarse con el candidato de Correa porque ellos tienen una historia de odio con ese expresidente. Hubo un matrimonio por conveniencia que se tradujo en un bloque legislativo, pero acabado por la suspensión de buena parte de la política social, también se disolvió ese bloque legislativo y eso sin duda complica el panorama de Lasso en términos de gobernabilidad.