“El 23 de junio empezamos a operar nuevamente. Aquí estamos con las puertas abiertas y los sartenes prendidos para todos aquellos que quieran venir a disfrutar de nuestra gastronomía”.
Eso le dijo a EL NUEVO SIGLO Martin Quintero, un chef bogotano que lleva más de 30 años viviendo en Providencia apostándole a su proyecto de vida, un restaurante turístico con gastronomía local, el Caribbean Place.
La isla abrió el 23 de junio con sus dos medios de transporte tradicionales, el Catamarán por vía marítima, con un trayecto de tres horas, saliendo desde San Andrés, “un gran aliado de la isla” según Quintero.
El otro medio es vía aérea, con vuelos que llegan de San Andrés a Providencia, ya que no hay vuelos directos para la isla.
“Yo vivo del turismo, soy chef y mi visión es sacar adelante mi restaurante”. Seguramente con la resiliencia de Martin no será difícil lograrlo. Tener su negocio con las puertas abiertas después de una pandemia como la del Covid 19 y la llegada del Huracán Iota con vientos de hasta 250 km/h, que destrozaron la isla en más del 90%, significa ganar una dura batalla.
La llegada del huracán
Con la llegada del Iota el 16 de noviembre de 2020 “la solidaridad de mis amigos y familiares hizo la diferencia. Con el Huracán no se perdió la totalidad del restaurante, pero si se deterioró mucho, aproximadamente en un 80%. Mi casa también se vio afectada”
“El dinero que donaron mis familiares y amigos no solo lo usé para restaurar mi restaurante, sino que lo compartí con las personas que trabajaban conmigo, quienes se vieron realmente afectadas, sobre todo por las perdidas en sus casas. No me parecía justo recibir dinero y no compartirlo con ellos”, agregó Quintero
Sin duda este bogotano es un enamorado de Providencia y de su gente y aunque lo atropellara una pandemia y un huracán, siguió aferrado a la ilusión de recuperar su restaurante, pues asegura que no sabe hacer otra cosa, más que cocinar y atender a sus comensales.
Quintero dice que cuando llegó el huracán no estaba en Providencia. “Sali de vacaciones el 1 de marzo de 2020, y pude regresar hasta el 1 de diciembre de ese año. Yo no viví el Huracán dentro de la isla, pero lo viví desde afuera y esa situación fue mucho más difícil. Para ese entonces tenía mucha ansiedad por saber lo que había pasado con las personas cercanas a mí, con mi casa y por supuesto con mi restaurante. Yo estaba en Bogotá y esos días fueron muy angustiantes. Recuerdo que cuando el presidente Duque dijo que el 98% de la isla de Providencia había quedado totalmente afectada, pensar en estar por fuera, no fue fácil”, sostuvo
Sin duda los colombianos vimos con tristeza y asombro las imágenes del paso del huracán Iota por Providencia, pero para Martín que tenía más de 30 años de su vida en esa Isla, que en ese momento solo podía ver en ruinas por televisión, fueron momentos de angustia y de ansiedad. Ansiedad de saber qué había pasado con esas personas, que con el paso de los años se han convertido en familia para este chef bogotano que decidió dejar el frio de la capital y aventurase a vivir en una Isla encantadora del Caribe colombiano, Providencia.
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Los inicios
Este Bogotano que se reconocería en Providencia por su acento, que aún está intacto a pesar de los años que lleva por fuera de la capital, llegó a la Isla por primera vez en 1984 para hacer sus prácticas en un restaurante de unos familiares.
“Volví a la isla en 1989 cuando tenía 28 años después de haber trabajado en varios restaurantes en Bogotá. Regresé porque acepté una propuesta de trabajo en el restaurante Cabaña de Agua Dulce, en donde estuve aproximadamente 5 años”.
“Después me retiré y empecé uno nuevo en 1994 que se especializaba en crepes marinos, mi primer negocio como independiente. En ese tiempo me fue muy bien porque era algo innovador en la isla, aseguró Quintero
Después de un tiempo, en 1997 creo Caribbean Place con un menú mucho más amplio hasta el 2019 había sido un éxito pues asegura que, en ese año, el 70% de los comensales eran extranjeros, provenientes de España, Italia, Chile, Brasil entre otros países y el porcentaje restante eran visitantes nacionales o isleños.
“Ese año de prepandemia fue uno de los mejores años del turismo para nosotros, recibimos alrededor de 1.000.000 de viajeros” sostuvo
Sin embargo, el 2020 no fue el mejor año, más bien uno que muchos quisieran olvidar. Inició con una pandemia en marzo y terminó con un huracán en noviembre. Después de más de dos años los isleños y los residentes permanentes de Providencia esperan salir adelante.
La reconstrucción
En marzo de 2021, Quintero decidió con recursos propios hacer algunas reparaciones en su restaurante para poder abrir, “aunque no había extranjeros, ni turistas nacionales, sí había arquitectos, ingenieros y otros profesionales que aun trabajan en la restauración de la isla, ellos y los mismos isleños, se volvieron nuestros clientes potenciales”, sostuvo el Chef
“Este es mi proyecto de vida y no se hacer nada más, así que no podía esperar los recursos por parte del Gobierno. Decidí entonces contactar a las personas que trabajaban conmigo para volver a empezar”, sostuvo
Además, asegura que con la reapertura de la isla se ven nuevamente turistas, en su mayoría extranjeros y espera que para este segundo semestre todo mejore, pues asegura que después de más de dos años en donde las cosas cambiaron, es justo que la isla salga a flote.
El 2020 es un año para olvidar para muchos en Providencia por la pandemia y por el Huracán Iota que arrasó con el 98% de la isla, pero Martin Quintero dice que “fue un año para aprender, para volverse más fuerte, mejorar, para cuidarse unos con otros y para levantarse con la cabeza en alto y seguir”.
“El 2020 fue un año diferente para que pudiéramos ver nuestra vida desde otra perspectiva, además nos enseñó a cuidarnos y a estar mejor preparados para nuevas eventualidades”.
La pandemia
La pandemia sin duda fue otro hecho que marco a Providencia. “Durante la pandemia tuve que cerrar el restaurante, no teníamos turistas. Desde marzo de 2020 hasta septiembre de ese año, el restaurante estuvo cerrado, después llegó el Iota en noviembre, lo que implicó que abriera nuevamente hasta marzo de 2021" afirmó el chef Quintero
“Para ese entonces hablé con todo el personal y le expliqué que no podíamos seguir trabajando y les dije que cuando reabriéramos seria la misma nómina de 10 empleados y volveríamos a trabajar juntos”. añadió
Entre tanto, para solventar las responsabilidades económicas afirma que tuvo que usar sus ahorros y así poder pagar el arriendo del local y algunas deudas a los bancos.
Para este chef bogotano como para muchos emprendedores de la isla y el país, la pandemia fue un golpe duro a su economía, pero el Iota fue sin duda, un golpe que nadie esperaba y que en Providencia tuvieron que sortear, aún con el Covid 19 cobrando vidas.