Nada que arranca efectiva regulación del bicitaxismo | El Nuevo Siglo
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Sábado, 30 de Julio de 2022
Redacción Política

La falta de fuentes de empleo y la insuficiente cobertura en muchos casos del transporte público formal, ha hecho que en la gran mayoría de capitales y municipios en las dos últimas dos décadas creciera de forma desbordada el mototaxismo y el bicitaxismo. 

Mientras que la operación del bicitaxismo actualmente está autorizada por una regulación incipiente; el mototaxismo es ilegal, aunque igual funciona ante la mirada de los alcaldes que poco pueden hacer para impedirlo.

El anuncio que hizo esta semana la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, sobre el bicitaxismo advirtiendo que se aplicará la norma dejando rodar los vehículos que se muevan por la fuerza del pedaleo, pero que no están autorizados los que se ayudan con motor, revive una discusión que se ha dado por años, y que en el fondo encierra un problema social, pues miles de personas ganan su sustento diario de esta actividad, así como del mototaxismo.

No hay cifras oficiales sobre el número de bicitaxis y mototaxis que operan en el país, sin embargo, algunos estudios parciales hablan que podrían estar entre 10 mil y 20 mil vehículos.

Mientras que el bicitaxismo se desarrolla en la mayoría de los 1.103 municipios de Colombia, el mototaxismo se ha enraizado particularmente en la costa Norte, en donde compite de igual a igual con el transporte formal, que se ve afectado pues por su condición de legal tiene que pagar impuestos, pólizas de responsabilidad y cumplir una serie de requisitos como empresa y en los vehículos, que exigen las autoridades.

Como se dijo una de las principales razones para que haya crecido el bicitaxismo y el mototaxismo es porque la cobertura del transporte formal en muchos municipios apenas llega al 60%. Entonces estos pequeños vehículos entran a cubrir las deficiencias del servicio llevando a las personas a sitios a donde no llegan los buses.

Sin embargo, en este asunto el aspecto más importante para el Estado es la seguridad tanto del pasajero como del conductor del bicitaxi o el mototaxi.

En ese sentido, el bicitaxi y el mototaxi no ofrecen garantías de seguridad, especialmente el segundo por las altas velocidades que se alcanzan. Sin desconocer que en el primero también el peligro de accidentes se ha incrementado en los últimos años porque muchos le han puesto motor.

A ello se suma que, por la deficiente regulación, no hay pólizas de responsabilidad de los propietarios de estos vehículos en caso de accidentes, como ya ha ocurrido que no hay quién responda.

A pesar de ello, miles de mototaxis y bicitaxis ruedan a diario por toda Colombia disputándose la vía con automotores, sin que las autoridades y los alcaldes puedan hacer mucho.



Hay que avanzar en regulación

José Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística y Movilidad del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia, indicó a EL NUEVO SIGLO que “lo que se ha propuesto en el Ministerio de Transporte es solamente formalizar aquellos bicitaxis que tengan tracción humana, pero si tienen un motor no están considerados dentro de la normatividad por cuanto el mototaxismo está prohibido”.

El experto dijo que en la práctica esto no se ha podido aplicar plenamente “por las implicaciones sociales, por lo sensible que es para muchas personas. Ha habido pocas acciones de los alcaldes para controlarlo. Eso ya es un fenómeno incontrolable y por eso la propuesta de la alcaldesa (López) no cayó muy bien en un tema tan sensible”. 

Rojas consideró también que hay que avanzar en la regulación del bicitaxismo.

“Para que el bicitaxismo sea regulado se necesitan tres condiciones: una es que sea cubierto por seguros, tanto para el que pedalea como el usuario. Han sufrido muchos accidentes y hasta muertes”.

Agregó que “la otra parte es que debe estar integrado al sistema de transporte. Quiere decir que no es solamente una estrategia funcional sino es una integración financiera. Esto en términos prácticos significa que el valor del pasaje tiene que estar cubierto. En el bicitaxismo una persona con un solo pasaje, si se avanza en eso, debe tomar el bicitaxi y con ese mismo pasaje incorporarse al sistema de transporte, al bus o al metro”.

Dijo también Rojas que el otro aspecto que debe ser regulado es que el bicitaxista tiene que estar protegido laboralmente. “Es decir, bajo un contrato o bajo una forma de remuneración que no dependa del número de pasajeros, sino que también esté cubierto él porque pedalea casi de lunes a viernes más de 8 horas, y no está protegido laboralmente o por el sistema de salud. Eso es grave”.

El problema del mototaxismo es mayor porque no tiene ningún tipo de regulación pues está prohibido, lo que complica más la falta de garantías de seguridad para los pasajeros y el conductor.

Sin embargo, es un hecho que este servicio informal esté presente en la mayoría de ciudades de la costa y en otras intermedias como Pereira y Armenia, incluso opera con plataformas estilo Uber. 

Pero la regulación es difícil de hacer debido a los riesgos que conlleva este servicio para la seguridad de los pasajeros por las altas velocidades que pueden alcanzar este tipo de vehículos. 

Sin embargo, EL NUEVO SIGLO conoció que el entrante gobierno, uno de los integrantes del equipo, está trabajando en el tema de economía popular para ver cómo se formaliza la actividad del mototaxismo, lo que se haría en el plan nacional de desarrollo.

Sería algo parecido a lo que se hizo con los recicladores. Es decir, que la perspectiva más allá de que sea un medio de transporte, es que se trata de la economía popular del rebusque y que se le tiene que dar una solución.