Deshielo por cambio climático empieza a mover fronteras | El Nuevo Siglo
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Lunes, 1 de Agosto de 2022
Redacción internacional con AFP

TODOS los estudios recientes coinciden en señalar que el deshielo que afecta los glaciares se empezó acelerar en el año 2000 y, en los últimos años están marcando récord, por el calentamiento global.

Este desastre ambiental que se puede dimensionar con este dato: la pérdida de hielo pasó de 227.000 millones de toneladas anualmente entre 2000 y 2004 a 298.000 entre 2015 y 2019, según informe del Laboratorio de Estudios de Geofísica Espacial y Oceanografía, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas.

Si la estadística se toma desde 1961 es más que preocupante: se han perdido 9,6 billones de toneladas de hielo.

Este indetenible fenómeno que también se ha comprobado se aceleró en los Alpes, Islandia y Alaska, ralentizándose en la costa oriental de Groenlandia y la región escandinava, tiene como efecto inmediato un aumento en el nivel de los mares. Sin embargo, ahora ha vuelto las rutas de las montañas legendarias de estos gigantes helados en intransitables y moviendo fronteras.

La prueba más reciente y fehaciente de ello es lo que está ocurriendo en lo alto de los Alpes nevados, a 3.480 metros de altitud, donde el deshielo consecuencia del cambio climático modificó la frontera entre Suiza e Italia, abriendo una disputa sobre la ubicación de un refugio de montaña italiano que ahora se encuentra del lado suizo.

La línea fronteriza entre ambos países está determinada por el flujo del agua de los deshielos, que corre hacia un país o el otro.

Pero el retroceso del glaciar Theodul significa que la cuenca se ha deslizado hacia el Rifugio Guide del Cervino, contiguo al pico Testa Grigia de 3.480 metros de altura, y pasa gradualmente por debajo del refugio.

La situación sorprende a los deportistas y turistas, como Frederic, de 59 años, que al ver el menú en italiano con precios en euros, en lugar de alemán y francos suizos, pregunta: "¿estamos en Suiza o en Italia?".

La pregunta es válida y la respuesta ha sido materia de negociaciones diplomáticas iniciadas en 2018 y concluidas el año pasado. Si embargo, los detalles del acuerdo permanecen secretos.



Dormir del lado suizo

Cuando el refugio fue construido en un afloramiento rocoso en 1984, sus 40 camas y largas mesas de madera estaban enteramente del lado italiano.

Pero ahora dos tercios del albergue, incluyendo la mayoría de las camas y el restaurante, técnicamente están en el sur de Suiza.

El tema volvió a la palestra porque la zona, dependiente del turismo, está situada en la cima de uno de los más grandes centros de esquí y a pocos metros se construye una nueva estación de teleférico.

Un acuerdo fue alcanzado en noviembre de 2021 en Florencia, pero el resultado solo se dará a conocer cuando lo apruebe el gobierno suizo, lo que no ocurrirá antes de 2023.

"Acordamos dividir la diferencia", dijo Alain Wicht, jefe de fronteras de la agencia cartográfica suiza Swisstopo.

Su trabajo incluye velar por los 7.000 marcadores a lo largo de los 1.935 km de frontera suiza con Francia, Italia, Alemania, Austria y Liechtenstein.

Wicht participó en las negociaciones en las que ambas partes hicieron concesiones para encontrar una solución en la cual "incluso si ninguna de partes resultó ganadora, al menos nadie perdió".

Línea en la nieve

La frontera ítalo-suiza atraviesa los glaciares a lo largo de la línea divisoria de aguas.

Pero el glaciar Theodul perdió casi un cuarto de su masa entre 1973 y 2010, lo que expuso las rocas bajo el hielo y alteró la división de drenaje y obligó a los dos vecinos redefinir alrededor de 100 metros de su frontera.

Según Wicht, tales ajustes eran frecuentes y solían ser resueltos sin involucrar a los políticos.

"Estamos discutiendo por territorio que no vale mucho", comentó. En este caso, "es el único sitio que involucraba un inmueble", lo que daba "valor económico" a la tierra.

Sus pares italianos se negaron a comentar "debido a la compleja situación internacional".

El exjefe de Swisstopo, Jean-Philippe Amstein, señaló que tales disputas suelen ser resueltas mediante el intercambio de parcelas de tierra equivalentes en superficie y valor.

En este caso, "a Suiza no le interesa obtener un pedazo de glaciar", explicó, "y los italianos no pueden compensar la pérdida de superficie suiza".

Aunque el resultado del acuerdo es secreto, al cuidador del refugio, Lucio Trucco de 51 años, le han dicho que el sitio seguirá en suelo italiano.

"El refugio sigue siendo italiano porque nosotros siempre hemos sido italianos. El menú es italiano, el vino es italiano y los impuestos son italianos", aseguró.

Los años de negociaciones aplazaron la renovación del refugio debido a que ninguno de los poblados a uno y otro lado de la frontera pudo emitir el permiso de construcción.

Las obras no serán concluidas a tiempo para la inauguración, programada para fines de 2023, de un nuevo teleférico por el lado italiano del monte Klein Matterhorn.

Sus laderas solo son accesibles desde Zermatt, la conocida estación suiza de esquí.

Algunas estaciones de esquí de altitud media se preparan para cerrar sus operaciones debido al calentamiento global, pero se puede esquiar en el verano en las laderas de Zermatt-Cervinia, aunque hacerlo contribuye con el retroceso del glaciar.

"Por eso tenemos que potenciar la zona aquí porque seguramente será la última en morir", comentó Trucco.

De momento, en los mapas de Swisstopo, la cinta rosada sólida de la frontera suiza permanece como una línea discontinua al pasar por el refugio.



Rutas intransitables

Así mismo, algunas de las rutas de montaña más legendarias de los Alpes, en Europa Central, se han vuelto intransitables este verano debido a las olas de calor y el deshielo de los glaciares, que las vuelven demasiado peligrosas.

En verano, excursionistas y turistas suelen acudir en masa a la cadena montañosa de los Alpes para subir algunos de los picos más emblemáticos de Europa gracias a caminos muy transitados.

Pero el derretimiento de los glaciares y el deshielo del permafrost han hecho que algunas rutas sean demasiado peligrosas, con repetidos desprendimientos de rocas.

"Actualmente en los Alpes, hay advertencias para unos diez picos, entre ellos los picos emblemáticos como el monte Cervino y el Mont Blanc", declaró el secretario general de la Asociación suiza de guías de montaña, Pierre Mathey.

"Normalmente, estos cierres ocurren más bien en agosto. Pero ahora se hicieron a finales de junio, inicios de julio", subrayó.

Los guías que suelen llevar a miles de aficionados a los picos más altos de Europa cada año han decidido dejar de utilizar ciertas rutas para subir al Mont Blanc, a caballo entre Francia, Italia y Suiza.

Las "condiciones particularmente delicadas de las últimas semanas" causadas por el pico de temperatura hicieron necesario "posponer las subidas", dijeron los guías alpinos italianos.

También en Suiza, los guías decidieron no subir al famoso pico Jungfrau y desaconsejaron seguir las rutas de las vertientes italiana y suiza del Cervino, la montaña emblemática de Suiza.

Las medidas suponen un golpe tras dos temporadas difíciles marcadas por la pandemia del covid-19, dijo el presidente de la asociación de guías del Valle de Aosta (Italia), Ezio Marlier.

Acceder a los glaciares que se han derretido a un ritmo acelerado este año también entraña riesgos.

"Los glaciares están en un estado en el que suelen estar al final del verano o incluso más tarde", advirtió Andreas Linsbauer, glaciólogo de la Universidad de Zúrich.

Según el experto, una serie de factores explica que este verano sea "verdaderamente extremo" para los glaciares. Entre ellos el hecho de que cayó poca nieve en invierno y de que la arena del desierto del Sáhara llegó antes, lo que oscureció la nieve y la derritió más rápido.

A estos factores se suman las olas de calor que azotaron Europa en mayo, junio y julio y aceleraron el deshielo de los glaciares.

En Italia, un enorme bloque del glaciar de la Marmolada (noreste) se desprendió en julio y dejó 11 muertos.

Las altas temperaturas hicieron que se acumulara agua bajo la capa de hielo, aumentando la inestabilidad de la cima. La víspera del desprendimiento, se habían registrado 10ºC en la cumbre.