El agua, ¿olvido en plan Biden de infraestructuras? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 8 de Agosto de 2021
Redacción internacional con AFP y Europa Press

Los problemas que generan las cañerías antiguas en ciudades estadounidenses suelen permanecer ocultos y tienden a pasarse por alto durante años antes de salir a la luz. 

El mes pasado, la autoridad del agua de Clarksburg, Virginia Occidental, anunció que se habían detectado altos niveles de plomo en los niños de tres hogares. Las autoridades sustituyeron inmediatamente las tuberías y pusieron en marcha un programa para evaluar todo el sistema.

"No creo que sean conscientes de la magnitud del problema", dijo James Griffin, presidente del Festival del Patrimonio Negro de Virginia Occidental, que recientemente mantuvo una reunión vecinal con un funcionario del departamento del Agua. 

Esta crisis se produce cuando el Senado, gracias al apoyo de los republicanos,  está a punto de aprobar un plan de 1,2 billones de dólares para mejorar las infraestructuras y avanzar hacia las llamadas energías limpias.

Los ecologistas han acogido con satisfacción el plan, pero dicen que los fondos destinados a proyectos hídricos son insuficientes dada la magnitud del problema.

Esperan que más dinero sea destinado a las canalizaciones en el enorme paquete de gastos sociales y medioambientales del presidente Joe Biden, de 3,5 billones de dólares, que podría aprobarse este año pese a la oposición republicana. 

El plan de infraestructuras "es un comienzo", apunta Tracy Brown, directora regional de protección del agua de Save the Sound.



Un sistema desbordado

Esta organización, que se centra en el estuario de Long Island y otras vías fluviales de Nueva York y Connecticut, urge a las autoridades locales a solucionar los problemas de aguas residuales que obligan regularmente a cerrar las playas locales tras las fuertes lluvias. 

El grupo contabilizó 164 desbordamientos de aguas residuales en el condado de Westchester, cerca de Nueva York, entre 2010 y 2019, y deplora el descenso del apoyo federal en comparación con la década de 1970, cuando se construyó la mayor parte del sistema.

Esto "se origina por el deterioro de tuberías viejas, con un mantenimiento inadecuado, que se agrietan o no funcionan", según un informe de noviembre de 2020. 

Los peores incidentes se registraron en la localidad de Mount Vernon, de población predominantemente negra, a unos 32 kilómetros de la ciudad de Nueva York, donde los residentes a veces tienen que recoger sus propias heces y vaciarlas en una alcantarilla.

Una mujer contó en un programa de televisión local que sus nietos llaman a su hogar "la casa de la caca".

La ciudad, que fue demandada por la agencia federal de protección del medio ambiente por los problemas de alcantarillado, calcula que el coste de las reparaciones podría superar los 100 millones de dólares. 

"Es subterráneo", dice Brown. "La gente quiere invertir en cosas que pueda ver, como carreteras, puentes y policía".

Casas antiguas

En Virginia Occidental, la agencia de Aguas de Clarksburg analizó 228 hogares y encontró seis casos de niveles elevados de plomo, según el director general Jason Myers. 

La autoridad sustituyó las tuberías desde las calles hasta las viviendas y suministró agua embotellada a más de 500 hogares.

Pero en esta ciudad también podría haber plomo en las tuberías del interior de las viviendas, ya que la mayoría se construyeron décadas antes de que se conocieran los peligros del plomo para el desarrollo de los niños. 

"Sospecho que este problema está bastante extendido", dice Michael McCawley, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Virginia Occidental.

"Es esencial tener un programa nacional, porque si se deja en manos de las autoridades locales, no van a tener suficientes impuestos para mantener las infraestructuras", añade.

El Consejo de Defensa de los Recursos Naturales calcula que resolver el problema del plomo en todo el país costará 45.000 millones de dólares. Pero la propuesta del Senado sólo incluye 15.000 millones de dólares para este asunto.

"Es un paso en la dirección correcta, pero necesitamos mucho más", afirma Becky Hammer, subdirectora de política hídrica federal del Consejo.



Republicanos, claves

El ambicioso plan de Biden, que originalmente tenía proyectado USD 2.5 billones ha podido avanzar en el Congreso gracias al apoyo de los republicanos que no sólo lograron bajar a la mitad el monto, sino que han propuesto reformas claves en el mismo.

El plan, que ha sido presentado como "histórico" por Biden superó el sábado una etapa clave en el Senado estadounidense, donde su aprobación parece garantizada antes de ser enviada a la Cámara de Representantes.

Fruto de meses de negociaciones, este importante plan prevé 550.000 millones de dólares en nuevos gastos federales en carreteras, puentes y transportes, así como en internet de banda ancha y en la lucha contra el cambio climático.   

En total son 1,2 billones de dólares -el equivalente al Producto Interno Bruto de España en 2020- si se incluye la reorientación de otros fondos gubernamentales existentes. 

Con el acuerdo de 18 republicanos, incluido su poderoso líder Mitch McConnell, y 49 demócratas, el Senado decidió poner fin al debate sobre el proyecto de ley.  

Se requerían 60 votos para este procedimiento. Se trata de un paso decisivo, ya que subraya las grandes posibilidades que tiene el texto de ser aprobado después, por mayoría simple (51 votos), en el Senado.  

Pero el borrador aún se enfrenta a una fase de procedimiento y podría haber más votaciones sobre las enmiendas. 

Por tanto, la votación final podría tener lugar esta semana o inclusive extenderse hasta el fin de semana. Vale recordar que las flexibles normas del Senado permiten acelerar los procedimientos --siempre que haya unanimidad. 

Harris en el Congreso

El acuerdo "representa una inversión histórica", tuiteó Joe Biden el sábado. "No podemos permitirnos no aplicarlo". 

Si el Senado aprueba el plan, el texto deberá ser sometido a votación en la Cámara de Representantes. Todavía no se ha fijado una fecha y su aprobación no está garantizada. 

Los demócratas controlan la mayoría, pero por un margen muy estrecho, y existen tensiones entre los de centro y los que están más a la izquierda. 

La aprobación del proyecto de ley sería una victoria rotunda para el presidente demócrata, quien apuesta a la recuperación económica y la lucha contra los estragos de la pandemia del covid-19 para presentar un buen balance al pueblo estadounidense. 

Senador durante 36 años, Joe Biden está bien versado en las negociaciones maratonianas del Congreso y no debería dudar en tomar el teléfono para influir en las discusiones, según la Casa Blanca. 

Su vicepresidenta, Kamala Harris, también exsenadora, incluso acudió en persona al Capitolio el sábado para hablar con los senadores y ejercer más presión. 

Sin embargo, en plena campaña para las elecciones de 2022, muchos republicanos se abstuvieron de apoyarlo porque el expresidente Donald Trump lo ha calificado como "una vergüenza" y además por una anticipada advertencia.

"Me resultará muy difícil apoyar a alguien que sea tan estúpido como para votar a favor de este acuerdo", sostuvo en días pasados en un comunicado.

Trump sigue siendo muy popular entre los votantes republicanos y se acercan las elecciones de medio mandato en 2022. Pero los republicanos que apoyan el proyecto también saben que estas inversiones son muy populares entre los votantes y el influyente Mitch McConnell defendió un texto imperfecto pero fruto de un "compromiso"./