Un juez federal de Estados Unidos ordenó el viernes que el fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, regrese a prisión luego de que los fiscales lo señalaron de haber violado las condiciones de su fianza y de manipular testigos menos de dos meses de su juicio.
Bankman-Fried, de 31 años, se declaró no culpable de fraude electrónico y conspiración para lavado de dinero y transgresiones financieras, en relación con el aparatoso colapso de su firma de criptomonedas.
El juez estadounidense del Distrito, Lewis Kaplan, ordenó que Bankman-Fried regresara a custodia federal citando como "causa probable... que el acusado haya cometido el delito federal de intento de manipulación de testigos", dijo el fallo.
Los fiscales argumentaron que las actividades de Bankman-Fried como fuente del diario The New York Times equivalían a intimidación de testigos, y citaron un artículo con escritos privados de Caroline Ellison, quien anteriormente trabajó en Alameda Research.
Ellison, quien estaba involucrada sentimentalmente con Bankman-Fried, coopera como testigo en el caso.
Está previsto que Bankman-Fried vaya a juicio a comienzos de octubre.
FTX y su rama de corretaje Alameda Research quebraron en noviembre y así disolvieron un negocio virtual de comercio que llegó a ser estimado por el mercado en 32.000 millones de dólares.
- Le puede interesar: Nombran fiscal especial para investigar al hijo de Biden
Los fiscales dicen que Bankman-Fried, quien fue liberado bajo una fianza de 250 millones de dólares y se confinó en la casa de sus padres en California antes del fallo del viernes, engañó a los inversores y malversó los fondos que pertenecían a los clientes de FTX y Alameda Research.
El empresario apareció en portadas de revistas financieras y tecnológicas y Fortune llegó a compararlo con Warren Buffet Empero todo se desmoronó cuando un medio reveló el balance de Alameda estaba basado principalmente en un token creado por FTX sin valor por sí solo, lo que expuso a las compañías de Bankman-Fried a quedar peligrosamente enlazadas.
El hombre fue arrestado en su apartamento en Bahamas el 12 de diciembre tras el pedido de los fiscales federales en Nueva York.
Residente permanente de Bahamas, pasó nueve días en prisión evaluando sus opciones antes de decidir que no impugnar la extradición a Estados Unidos.